El contraataque le brindó una victoria solvente ante Valladolid
BADA HUESCA 32
AT. VALLADOLID 26
Bada Huesca: Jorge Gómez, Camas (5, 1p), Ostojic (2), Oier (3), Rodrigo (4),
Sergio Pérez (2), Marcelo (4) - equipo inicial- Mira (1), Asier Nieto (1),
Del Valle (2), Carmona (5), Val (2), Adriá (1), Arguillas (ps) y Pinto.
Valladolid: César Pérez, Nico López, Turrado, Rubén Río
(5), Miguel Camino (3), Manuel García (4), Víctor Rodríguez (2) -
equipo inicial- Adrián Fernández (4), Diego Camino (5, 3p), Álvaro
Martínez, Patrianova (2), Dpurte (1), Miguel Martínez, Cepeda (ps) y Daniel
Pérez.
Parciales: 3-2, 4-3, 8-5, 11-7, 14-9, 14-11 (descanso), 17-13, 20-15, 22-16, 24-19,
28-23 y 32-26.
Árbitros: Enric Escoda y Roland Sánchez. Excluyeron Asier Nieto y Ostojic
(2), de Bada y a Víctor Rodríguez (2), Turrado y Rubén Río,
de Valladolid.
Incidencias: Buen ambiente en el Palacio, con unas ochocientas personas.
HUESCA.- Bada Huesca ha sumado este viernes dos puntos fundamentales para
su tranquilidad, que le permiten alejarse levemente de la zona baja y dar caza
a su rival de anoche, el Valladolid.
Lo ha hecho echando mano de sus pilares: la defensa y el contraataque. Recurrió
a ellos con constancia e insistencia y ambos le sacaron del atolladero, pues
en el juego posicional tuvo muchos más problemas para encontrar soluciones.
Bada ha vuelto a demostrar que se siente cómodo en el Palacio, donde saca su
versión más competitiva. La de este viernes ha sido su tercera victoria
en casa de la campaña, pero incluso en las dos derrotas caseras ha sido capaz
el equipo de dar un buen tono. Este viernes ha vuelto a hacerlo y es una buena señal
de cara al futuro y para seguir adelante con cierta calma. Ahora falta rascar algo
fuera. A ver este miércoles en Granollers.
Comenzó el partido con los equipos midiéndose y un rápido intercambio
de goles. Bada se ponía por encima a partir del 3-2 y ya no dejaría de
estarlo durante todo el partido, lo que no implica que no atravesara momentos
de dificultades.
Pero muy pronto el equipo de casa empezó a imponer su defensa, atascando el
juego de un rival que acababa haciéndose previsible. Ello permitió a Bada
Huesca encontrar recuperaciones de balón para salir disparado hacia la portería
contraria. Así lo hicieron Quique Camas y Marco Mira en los goles que suponían
el 5-3 y el 6-3, primera ventaja significativa para el Bada Huesca.
Las dificultades que encontraba Bada en su ataque estático, que funcionó
a trompicones, mezclando falta de claridad y precipitaciones con algunas fases
lúcidas, las compensaba con creces con su contraataque.
Llegó una nueva remesa de goles a la carrera que culminaban Oier García
y Ostojic para situar un 10-5. El partido se estaba rompiendo y era una buena
noticia para el Bada Huesca, que hasta ahora no se había visto con perspectivas
tan halagüeñas en esta liga.
El equipo se frenó un poco entre los cambios. Pero mantenía el pulso goleador
a un Valladolid que se echaba en manos de la dirección de Diego Camino. El
veterano y sensacional central volvía a demostrar su clase y a ser capaz de
poner pausa entre el estrés para hallar buenas decisiones. Y Valladolid
conseguía recortar distancias en el tramo final hasta el 14-11.
Entre todo ello, había comparecido en la pista Joao Pinto, por primera vez
en juego en partido oficial en su año y tres meses en Huesca. Fue una presencia
testimonial, aunque con importancia anímica y simbólica.
Tuvo Bada el acierto de salir en tromba en la segunda parte. Funcionaron un par
de defensas, corrieron Asier Nieto y Carmona para machacar ante el portero y pusieron
un 16-11 que suponía un freno al ascenso visitante y un incremento del margen
y la tranquilidad local.
Valladolid recurría al lanzamiento durísimo de Rubén Río en
acciones muy directas que a Bada le costó parar. Pero el equipo local respondía
con nuevos contraataques de un entonado Del Valle y de un Carmona que tuvo un cuarto
de hora de inspiración tanto en el contraataque como desde el extremo. El
marcador se fue a las máximas diferencias (22-15).
Valladolid siguió insitiendo, pese a todo, y Bada perdió renta entre sus
dificultades para defender a Adrián Fernández y a Río y ciertas precipitaciones
en ataque (24-20), que condujeron a un tiempo muerto para reconducir la situación.
No llegó Bada a sufrir ni a verse seriamente amenazado porque encontró
goles en un Camas de nuevo incisivo y acertado, en Marcelo y en Oier. Se produjo
un intercambio de goles que beneficiaba a Bada, en cuanto que le servía para
mantener las distancias mientras el reloj seguía corriendo hacia el final.
Un 29-24 suponía la sentencia y al final se enrareció algo el encuentro
con un par de encontronazos que ya no venían a cuento y que sólo
podían perjudicar a Bada.
Al final, dos puntos a la cartera que deben servir para calmar los ánimos y
para seguir hacia adelante. Queda mejorar en posicional, a lo que ayudarán
los lesionados cuando vuelvan, y gestionar mejor algunas situaciones.
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