La historiadora repasó su construcción durante la Transición
HUESCA.- El movimiento feminista tuvo gran actividad en Aragón durante
el periodo del "desencanto", comprendido entre 1977 y 1982. La historiadora
Sandra Blasco ha dado a conocer, en el ciclo Otras miradas sobre la transición,
organizado por Izquierda Unida y Universidad Ciudadana de Huesca, sus investigaciones
para "rescatar unos relatos que habían permanecido en cierta manera
invisibilizados pero que ya estaban ahí en los años setenta. Aunque
a lo mejor ese desencanto y parte de las ideas se han podido capitalizar ahora políticamente,
había ideas que ya se presentaban en muchas personas que militaban en partidos
de izquierda".
La historiadora realizó alrededor de cuarenta entrevistas para su tesis sobre
la construcción de las subjetividades feministas en el tardofranquismo y la
transición. "Así como de otros relatos podemos tener documentos
escritos, de estos solo se conserva la memoria. Esto es así porque a partir
del desencanto con el proceso de Transición, muchas de estas personas decidieron
hacer política de otra manera, no por el cauce institucional sino en otros
movimientos sociales" como feminismo, pacifismo, ecologismo y movimientos homosexuales.
La Transición y el periodo actual presentan similitudes y diferencias.
En los años 70, ni siquiera la izquierda se hizo eco de estos discursos, "y
hoy parece que todos los partidos tienen que tener algo en sus programas electorales
por ejemplo sobre la igualdad entre hombres y mujeres. En los setenta era impensable
que ningún partido lo tuviera como algo central en su programa. Sin embargo,
el marxismo sí que lo era, y esto hoy es totalmente al revés".
Sobre el vínculo entre el feminismo de ayer y de hoy, Sandra Blasco ha afirmado
que "en algunos aspectos, las feministas de hoy no se pueden entender si
no se ve cómo evolucionó el movimiento en los años setenta en España,
con unas características muy diferentes al de otros países europeos por
el hecho de salir de una dictadura. El movimiento antifranquista hipotecó mucho
al feminismo y este apareció más tarde como el movimiento social autónomo
que era en el resto de países".
Por otro lado, la legislación franquista atribuyó a la mujer el papel
de esposa, ama de casa, sin olvidar la protección del matrimonio con estipulaciones
muy concretas en el código penal. "Era delito abortar y la prostitución.
Solamente era violación si había penetración vaginal, porque se protegía
el honor del marido, y solo si la mujer podía quedar embarazada se consideraba
así. Si no, era abuso deshonesto, con una tipificación similar al robo
de una cartera". Todo esto colocó a la mujer "como cuerpo denostado
y supeditado al honor del cabeza de familia". El feminismo se orientó
sobre todo a desestructurar esta normativa. Otros movimientos abogaron más
por una reforma estructural y la defensa de la libertad individual. "Hubo muchos
feminismos: normalmente solo se ha hablado del de la igualdad, que luchó contra
las leyes franquistas y tuvo más músculo. En Aragón fue el Frente
Feminista, pero también hubo muchos otros de gran riqueza individual. Tenemos
una deuda muy grande con este movimiento, que nos ha permitido mayores cotas de
libertad, no solo como mujeres sino como sujetos, pero también hay una inercia
que hace que las cosas no vayan tan rápido como nos gustaría. Pero creo
que, con algunas inercias, la lucha feminista ha avanzado de forma positiva a grandes
rasgos".
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