El oscense se ha asentado con su familia en Esplús
ELENA PUÉRTOLAS 19/01/2019
Vivía en Huesca capital en un quinto piso y ahora abrir la puerta de casa y
tener el campo, me parece increíble". Fernando Jarne, de 37 años,
dejó su ciudad natal por trabajo y se instaló en Fraga. Allí
conoció y vivieron inicialmente con su mujer, Andrea Fontán, natural de
Esplús, hasta que se trasladaron a esta población, Construyeron
su propia casa hace unos siete años y allí han tenido dos hijos de siete
y cuatro años. "No echo de menos para nada la ciudad, nos tira más
la vida en el medio rural", resalta Fernando, para quien no tiene precio
salir directamente de casa al monte con sus hijos en la bicicleta.
Son una de las jóvenes parejas que se ha asentado en los últimos años
en esta localidad de La Litera, que en 2018 ha conseguido cambiar la tendencia
de pérdida de población y sumar 44 vecinos -de 588 a 632-, entre los
que hay siete recién nacidos. Esplús ha conseguido cambiar la dinámica,
porque "antes la gente joven se iba a vivir a Binéfar y ahora la mayoría
quieren quedarse", indica la alcaldesa, Tania Solans, que pone su cuadrilla
de ejemplo, porque se quedaron pocos y en los últimos años algunos más
se están haciendo casas. "La gente se da cuenta de que damos servicios
y de que la calidad de vida es mejor. Nosotros tenemos que buscar los medios
para que se queden", indica, ya que cree que es parte de su función.
"Trabajo en Grañén y Andrea también se desplaza por trabajo,
porque es veterinaria y recorre muchas granjas, pero merece la pena el trayecto
por vivir aquí, lo hago encantado", señala Jarne. Ambos se van pronto
por la mañana e intentan llegar a media tarde para hacer vida familiar en el
pueblo. En un solar que les cedieron los padres de Andrea y otro que compraron al
lado, levantaron su casa. Ahora, dice Fernando, "hay familias que están
intentando hacer lo mismo que nosotros. Tenemos una alcaldesa que se desvive
por que estemos cómodos y no nos falta nada. No es por pelotearla, pero
es una maravilla".
"Si te gusta el deporte, la vida sana y familiar, es el lugar ideal.
Y si quieres algo más, tienes Binéfar a cinco minutos o autovía a
Huesca o Lérida", indica Fernando Jarne, que resalta que tienen cuatro
tiendas, médicos, colegio, dos bares y zonas verdes. "Yo prefiero que
mi hija vaya a una clase de 10 que a una de 30", resalta. Valeria, de 7 años,
va a la única clase de un solo nivel porque hay muchos niños de la misma
edad en el centro, que cuanta con cuatro aulas. Por su parte, su hijo Lucas, de
4 años, comparte maestra con todos los niveles de Infantil. Además, hay
otra clase para 2º y 3º de Primaria y una cuarta para 4º, 5º
y 6º. Entre todas, suman 41 alumnos. El nacimiento de los siete bebés
de 2018 no solo es una garantía para el colegio, sino más a corto plazo
para la escuela infantil, donde hay cinco niños.
Con todo, la alcaldesa, Tania Solans, que tiene una hija de 6 años y otro de
los nacidos en 2018, cree que además de tener servicios hay que contribuir
a la creación de puestos de trabajo. En Esplús hay oferta de empleo
porque tienen industria de material veterinario, de excavadoras, una deshidratadora
y carpintería; así como trabajo en agricultura y ganadería.
Por ello, desde el Ayuntamiento crearon una bolsa de vivienda para poner
en contacto a propietarios con la gente que busca vivienda para alquilar o comprar,
pero hay lista de espera porque hay más demanda. Lo que Fernando Jarne
tiene claro es que: "Si más gente de ciudad probara lo que es vivir en
el medio rural, se vendría".
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