El club, sin lanzar las campanas al vuelo, manda un mensaje cargado de "positivismo"
MIGUEL ÁNGEL BLASCO 04/02/2019
HUESCA.- Las cinco incorporaciones (más una sexta cuando se confirme
la contratación de un portero procedente del paro) y las seis bajas que se
han producido en el mercado invernal del Huesca sirven para confirmar un rearme
obligado tras la deficiente construcción de la plantilla.
A fin de cuentas esos cinco-seis fichajes suponen la cuarta parte del plantel con
respecto al que se inició la temporada. Muchos remiendos porque también
han sido abundantes las "goteras" que han dejado al Huesca muy descolgado
en el furgón de cola.
Entre las llamadas "voces autorizadas", el presidente azulgrana, Agustín
Lasaosa, fue el primero en entonar el "mea culpa" del club
cuando se destituyó a Leo Franco ("nos hemos equivocado"
o "no era el momento de Leo" fueron algunas de sus frases) y Petón
ya avisó que el mercado de invierno del Huesca sería "muy activo".
Posteriormente, y a medida que fue gestándose, el rearme, tanto Lasaosa como
Petón hicieron una pública invitación a la ilusión y al optimismo
porque el Huesca haría "todo lo posible" por revertir la situación.
De hecho, el máximo mandatario azulgrana afirmó en este mismo periódico
que el conjunto azulgrana haría una segunda vuelta "sorprendente".
La entrada de
Santamaría en la portería primero -con ese "duende" que
le acompaña desde que se le brindó la oportunidad, al punto que dejó
de existir un problema bajo palos- y las sucesivas llegadas de Enric Gallego, Yangel
y el pasado viernes el debut del lateral zurdo Javi Galán han alimentado
con resultados la esperanza de la permanencia. Sin duda
la apuesta de Enric ha sido la más importante. El Huesca buscó
un goleador y lo encontró en el mejor artillero de Segunda A en la actual
campaña y del fútbol español la pasada entre Segunda B y Segunda
A. Ha encontrado un impulso y una referencia no solo para el equipo sino para las
defensas contrarias, que ya tiemblan solo con pensar en que van a enfrentarse al
ariete catalán, convertido en tres partidos en nuevo ídolo de la hinchada.
En el club azulgrana están con los pies en el suelo. El equipo sigue todavía
lejos en la clasificación, esa es la cruda realidad, pero tras la victoria
sobre el Valladolid, y sin alejarse de la cautela -porque el asunto sigue sin estar
para tirar cohetes-, hay un claro mensaje cargado de positivismo. "Ya
dije que la segunda vuelta sería otra liga diferente y que ilusionaría
a todo el mundo porque el equipo va a dar mucho de sí", señaló
el presidente, Agustín Lasaosa, quien lamentaba los "errores imperdonables
que cometimos en verano" pero prefería centrarse en el presente y futuro
inmediato que debe afrontar el equipo. "Se ha utilizado la sensatez y el
sentido común y también contamos con un pequeño índice de
suerte. La fortuna en el fútbol es un 15 o un 20 por ciento que no controlas
y que también influye".
Dentro de ese mensaje, el dirigente azulgrana asegura que el objetivo no es otro
que "estar hasta el último encuentro partiéndonos el pecho"
con un Alcoraz "lleno de gente y de ilusión" porque, afirma, "ha
nacido otro Huesca".
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