El proyecto "Empenta Artieda" ha propiciado la llegada de nuevos vecinos y el regreso de oriundos con varias propuestas laborales
HUESCA.- El descenso demográfico que vivía la localidad de Artieda
desde principios del siglo XX se acentuó en las décadas de los años
40 y 50 y se ha mantenido así, en caída, hasta hace nada. Si en los
años 40 había registrados 250 vecinos, en la actualidad hay 80. Sin
embargo, en el último año, no sólo se ha frenado esta tendencia sino
que se ha invertido ligeramente. Y a ello ha contribuido la puesta en marcha de
un proyecto de desarrollo rural denominado "Empenta Artieda", promovido
y desarrollado por gente del pueblo y al que se han unido personas de fuera, que
han elegido hacer frente al fenómeno de la despoblación desde el
ámbito local para diseñar ellos mismos cómo y de qué vivir en
el medio rural, porque "somos dueños de nuestros destinos".
Con esta frase, Víctor Iguácel, joven de Artieda que ha regresado a vivir
a su pueblo y que trabaja como técnico del Ayuntamiento en el "Empenta
Artieda", ilustra el sentir de quienes han impulsado el proyecto y de quienes
se han sumado a él, y gracias al cual Artieda tiene una decena de nuevos
vecinos, todos ellos jóvenes emprendedores que han puesto en marcha diferentes
iniciativas.
Gracias al proyecto han nacido la página web "Cima Norte", que
ofrece contenidos del Pirineo, tanto de las múltiples actividades deportivas
y de ocio que ofrece el territorio como de su cultura, tradición e historia;
y "Senderos de Teja", una empresa social que trabaja en el ámbito
del envejecimiento en Artieda, Mianos, Sigüés y Salvatierra de Esca, además
de gestionar el albergue municipal de peregrinos del Camino de Santiago y llevar
un huerto ecológico para surtir de materia prima al restaurante, así como
de dedicarse a producir, transformar y envasar la ciruela autóctona "cascabillo".
También al amparo de este proyecto se han puesto en marcha "Sociolochía",
un gabinete que realiza estudios de sociología rural, juventud y sociolingüística;
y "Ribaguifi", una iniciativa nacida en Ribagorza sobre redes de
internet colaborativa que permiten impulsar el medio rural con este servicio.
Representantes de todas estas iniciativas han explicado sus experiencias en tres
charlas llevadas a cabo en Jaca, Huesca y Zaragoza, organizadas por la Cátedra
de Despoblación y Creatividad de la Universidad de Zaragoza y "Empenta
Artieda".
Víctor Iguácel explica que el proyecto echó a andar en diciembre
de 2016 de la mano del Ayuntamiento y de varios jóvenes de Artieda "que
teníamos la inquietud de que la despoblación nos estaba afectando como
pueblo, igual que a muchos otros, y que había que trabajar". Dicho y hecho.
Comenzaron a construir su proyecto con la metodología Investigación-Acción
Participativa, que considera al pueblo no como un objeto sino como sujeto, haciendo
un análisis del mismo y del problema a atajar, tras lo que llegaron "las
propuestas para mejorar las carencias que tiene el pueblo" para que los
jóvenes, tanto oriundos como de otros sitios, pudieran vivir en él desarrollando
proyectos laborales.
El tener buena conexión a internet ha sido fundamental "para poder
trabajar desde el pueblo", indica Iguácel, que destaca que se ha trabajado
en otros ámbitos como los cuidados de la gente mayor para frenar su traslado
a residencias o con el plan de la infancia de la Comarca de la Jacetania. Además,
"se ha intentado dinamizar no solo el pueblo, sino toda la redolada", destaca,
y recuerda que Artieda es una localidad con una amplia y consolidada experiencia
en el asociacionismo vecinal sustentado en el rechazo al recrecimiento del embalse
de Yesa.
Dos años después de poner en marcha todo el engranaje, Artieda
tiene una decena de nuevos vecinos. Cinco jóvenes, de Mallorca, Zaragoza,
Madrid, México y Vilanova i la Geltrú, han montado "Senderos de
Teja", y tres jóvenes de Artieda o con vínculos familiares que no
vivían allí han vuelto, como Adrián Solana con su "Cima Norte",
un portal web del Pirineo que acaba de cumplir un año de vida y que gestiona
desde Artieda, a donde regresó tras estudiar Periodismo en Barcelona y tras
participar en diferentes proyectos en Oriente Medio y América Latina.
"Mi vida -relata este joven- ha sido paralela a la de muchos jóvenes del
medio rural aragonés y de la montaña, que por falta de recursos en
el territorio hemos tenido que salir fuera". Fue cuando estaba viviendo
en Chile cuando se gestó "Empenta Artieda", que para él fue una
oportunidad para cumplir tres objetivos: poder vivir en su pueblo, trabajar el periodismo
y que "lo que hiciera tuviera un impacto social y medioambiental positivo".
Adrián no duda en "lanzar un mensaje de esperanza a los jóvenes
de Aragón, porque está muy bien que salgamos y conozcamos mundo, pero
no debemos olvidarnos nunca de donde venimos. Si tenemos ganas y nos esforzamos,
se puede vivir en el pueblo".
Un caso diferente es el de Rosa Roca, llegada a Artieda desde Mallorca para formar
parte del equipo de "Senderos de Teja", una empresa social con un año
de andadura que desarrolla diferentes líneas de negocio. Explica que, aunque
Artieda tiene bastante población joven, junto a Mianos, Sigüés y
Salvatierra son cuatro pueblos que "reúnen las mismas características:
baja densidad de población, mucha población envejecida y alejados de la
cabecera de la comarca". Por ello, la empresa desarrolló el proyecto "Envejece
en tu pueblo", "que llega a donde no pueden llegar los Servicios Sociales".
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