La entidad pospone la primera subida de los tipos de interés hasta después del primer semestre de 2020
VILNA (LITUANIA).- El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado al alza
una décima las previsiones de crecimiento de la zona del euro en 2019,
hasta el 1,2 % (1,1 % previsto en marzo). El presidente del BCE, Mario Draghi, ha
dicho en rueda de prensa en Vilna que la entidad también baja los pronósticos
de crecimiento para 2020 dos décimas hasta alcanzar el 1,4 % (1,6 % en marzo)
y una décima los de 2021 hasta el 1,4 % (1,5 %). En marzo la entidad ya revisó
a la baja notablemente sus pronósticos de crecimiento para este año, en
seis décimas. Ahora sube una décima sus previsiones de inflación
para este año, pero todavía están lejos de su objetivo, que es una
tasa de interés cercana pero algo por debajo del 2 %.
El BCE prevé una inflación del 1,3 % en 2019 (1,2 % en los pronósticos
de marzo), del 1,4 % en 2020 (1,5 % en marzo) y del 1,6 % en 2021 (invariable).
La entidad ha decidido posponer la primera subida de los tipos de interés hasta
bien entrado 2020, como mínimo hasta después del primer semestre, en lugar
de a finales de 2019 como había previsto anteriormente.
Draghi ha dicho que la decisión de retrasar, al menos, seis meses la subida
de los tipos de interés refleja "el aumento de la incertidumbre" por
"la creciente amenaza del proteccionismo y el "brexit", así
como las vulnerabilidades de los mercados emergentes.
El consejo de gobierno del BCE ha decidido a su vez que el BCE seguirá prestando
a los bancos al 0 % en las operaciones semanales de refinanciación y a
un día al 0,25 % (facilidad marginal de crédito) y que les seguirá
cobrando un 0,4 % (facilidad marginal de depósito) por el exceso de sus reservas
a un día.
"Pese a que los datos económicos del primer trimestre han sido algo mejores
que lo esperado, la información más reciente indica que el viento en
contra global sigue lastrando las perspectivas de la zona del euro", ha
apostillado Draghi.
OBJETIVO DE ESTABILIDAD
Draghi ha subrayado, por otra parte, la disposición de la entidad que preside
para vigilar la necesidad de adoptar medidas para mitigar los efectos de algunas
"contingencias", aunque ha rehusado entrar en detalle al respecto, limitándose
a asegurar que el Consejo "tiene la determinación de actuar" en tal
caso y sigue preparado para ajustar todos sus instrumentos para garantizar que la
inflación se mueve de acuerdo con el objetivo de estabilidad del BCE.
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