JUAN JOSÉ MAIRAL HERRREROS (SABIÑÁNIGO) 15/10/2019
Como suelen iniciarse los cuentos tradicionales y para no ser menos.... Había
una ve... un proyecto nación de República llamado Cataluña. Era un
proyecto situado en el noreste de un país llamado España y dentro de una
península rodeada de agua por todas partes menos por una, de allí lo de
península.
Era un territorio rico en cultura, con idioma propio, rico en industria y comercio,
rico en paisajes naturales, con una moneda única y estabecida llamada euro,
un territorio con unos ideales de otro tiempo que la mitad de su población
tenían y la otra mitad no compartía.
Sin embargo era su sueño, un sueño imposible de realizar para la mitad
de los lugareños del lugar, los llamado españoles, pero posible y reivindicado
de realizar por la otra mitas de lugareños llamados independentistas. Desde
hace tiempo estos segundos se empecinaba en querer algo que llamaban, de allí
su nombre, independentismo del reino español, y para ello no dudaban en ir
en contra de las leyes marcadas y auspiciadas por una Constitución Española,
eso que todo país democrático debe tener y hacer cumplir tanto ciudadanos
de a pie como lugareños de nobel procedencia o nobleza obligada o de nobleza
adquirida por política.
Y es que en este reino había tres Reyes o mandamases, uno consensuado y de
sangre azul llamado Felipe VI y otros dos tipo Virreyes que aspiraban y conspiraban
para ser Presidentes de esa República Catalana. Uno de ellos, el más listo
y llamado Puigdemont viendo el percal, tras un recorrido político algo chapuzas,
se desterró el mismo a otro país no muy lejano y desde allí movía
las cuerdas del títere del otro Virrey qué ocupó su cargo, llamado
Torra. Algo así como gobernantes de la misma República tipo Ikea, pero
sin instrucciones claras ni tornillos que sobraran de por medio. Una república
basada en grandes mentiras, en el eslogan "España nos roba", en años
de educación de us jóvenes de manera única. dirigída y formativa
hacia el independentismo y el odio a lo nacional a lo español, hacia las fuerzas
del orden, basada en mensajes día tras día de su televisión de régimen
pre-republicano, en tumultos y revueltas de calle por doquier y en fechas señaladas,
por supuestos "atentados para hacer ruido" por bandas organizadas "auspiciadas"
por el poder establecido, por comunicaciones y supuestos códigos secretos,
por símbolos, lazos amarillos y frases en pancartas públicas hacia el
independentismo y la liberación de presos que ellos llama políticos y
no de políticos presos como parece marcar la ley.
Un reino al que demasiado de vez en cuando lanza por ejemplo que Aragón pertenecía
en su pasado a esa inventada Corona de Cataluña y así pasarse la historia
por el forro de su sueño, un reino o república que de vez en cuando se
adjudica el pico mas alto del Pirineo, el Aneto con sus 3404 metros dentro de sus
límites geográficos, será por metros, que "roba" bienes de
interés cultural y eclesiásticos de nuestras iglesias y templos aragoneses
y luego dice que son suyos, etc., etc.
Un reino de fábula, de circo y de políticos encarcelados por rebelión
y no de presos políticos encarcelados y donde el "colorin colorado"
de los cuentos tradicionales podemos, a día de hoy, colocarlo en las agujas
de Montserrat y sus fuegos de reivindicación. ¡Qué bonita es República
imaginaria!.
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