Representantes de diversos sectores expusieron este miércoles sus puntos de vista en una mesa redonda sobre esta actividad en la Escuela Politécnica Superior de Huesca
HUESCA.- El debate sobre la sostenibilidad de la caza fue el eje de
la mesa redonda organizada por la Universidad de Zaragoza en el campus oscense que
reunió este miércoles a representantes de colectivos cinegéticos,
empresariales, científicos y conservacionistas, con posiciones a favor o en
contra de la actividad en la provincia.
Este acto fue el último del ciclo titulado "La caza sostenible en Aragón
en el siglo XXI", que ha organizado la Escuela Politécnica Superior de
Huesca, en el que se han abordado diferentes puntos de vista sobre las especies,
estado sanitario, normativo y espacios cinegéticos como las reservas de
caza, a través de diferentes ponencias ofrecidas entre los meses de octubre
y noviembre.
En declaraciones a este periódico, el presidente de la Federación Aragonesa
de Caza, Fernando Tello, trasladó que esta actividad es "imprescindible".
Según indicó, "la necesidad de cazar en Europa responde a un ecosistema
humanizado a tope". Respecto a las cifras de capturas, afirmó que han
sido registradas por el Gobierno de Aragón y que "son más bajas que
en la realidad".
De estos informes se desprende que entre los meses de junio de 2018 a junio del
2019, se han abatido un total de 47.240 jabalíes en Aragón de los
cuales 28.015 corresponden a la provincia de Huesca. También destaca el
elevado número de conejos capturados debido a la plaga en determinadas
zonas, con 171.523 animales abatidos en la provincia de Huesca, 46.553 en Teruel
y 529.614 en Zaragoza, que suman un total de 747.690 animales.
Y en el conjunto de la comunidad se han abatido 4.490 ciervos, 14.130 corzos y 20.567
zorros en el mismo periodo.
Respecto a la sobrepoblación de jabalíes comentó que se ha
logrado reducir el número mediante batidas en espera fuera de la temporada
de caza, con un número importante de hembras que tienen una reproducción
de al menos cuatro animales cada una de ellas.
El presidente de la Federación Aragonesa de Caza argumentó que la caza
del jabalí "es imprescindible para reducir el número de accidentes
de tráfico y los daños en agricultura". Del mismo modo indicó
que las batidas de corzos, cabras montesas y conejos son necesarias para disminuir
los daños en frutales.
Para Tello, "el Gobierno de Aragón ha sido sensible a la situación
y se han incrementado los cupos para controlar la caza".
E indicó que en "Aragón ha cambiado el ecosistema. Donde antes
se realizaba más caza menor ahora se ha convertido en un zona de caza mayor".
Tello echó en falta que se reconozca la figura del cazador por parte de algunos
colectivos. "Nuestra acción es imprescindible y hacemos una labor social,
nos los pasamos bien y pagamos y no cobramos", subrayó.
Y recalcó "que no se puede criminalizar a un colectivo que es esencialmente
respetuoso con la naturaleza. Según añadió, gastamos dinero y
nos preocupamos por la conservación del medio y de sus especies".
Desde la Asociación Naturalista de Aragón (Ansar), Henri Bourrut consideró
"que la caza no es una actividad sostenible por mucho que los cazadores
lo intenten demostrar". Y argumentó que no lo es "desde el punto de
vista ético, perturbando la naturaleza y matando bichos".
Respecto a las plagas de animales como conejos, corzos o jabalíes, señaló
que "los cazadores llevan toda la vida intentando controlarlas y no lo consiguen",
por lo que estimó que "la caza no es el remedio" y consideró que
habrá que estudiar otras alternativas. "Los cazadores quieren potenciar
la perdiz roja pero está desapareciendo", comentó.
Al final, la sobrepoblación de especies cinegéticas es resultado de "las
actividades humanas" por lo que plantea "la importancia de cambiar distintos
hábitos y modos de agricultura para reequilibrar este medio". "El
desequilibrio no se debe a la fauna silvestre sino a las actividades humanas que
habrá que reequilibrar", resumió.
En su opinión, aunque cada vez hay más gente preocupada por el medio ambiente,
"es mucho mayor el desarrollo económico en contra de los recursos naturales,
por lo que es muy difícil invertir esa tendencia".
El hostelero y presidente de la Asociación Turística y Empresarial del
Valle de Benasque, José María Ciria, subrayó que "las reservas
nacionales de caza en Aragón son un ejemplo de lo que es una buena gestión
en la sostenibilidad" de la actividad. Y en estos espacios, subrayó
la "comunicación con los distintos actores" del territorio. A su juicio,
"para que la biodiversidad se mantenga tienen que ir cogidos de la mano todos
los actores".
Por otro lado, lamentó "la existencia de pueblos que han perdido completamente
su identidad con la naturaleza". Del mismo modo que la agricultura evoluciona,
"también es bonito seguir viendo en un pueblo a los animales de siempre
como las perdices". Y se refirió a que muchas de estas poblaciones
del medio rural "se están convirtiendo en grandes polígonos industriales
de granjas y fábricas agroalimentarias". Para Ciria, "las transformaciones
tan profundas del ecosistema son negativas para la gente de los pueblos".
Por ello, incidió "en la necesidad de que existan unas herramientas
para una caza sostenible y así irá mejor para todos".
En el apartado económico, reconoció que la actividad cinegética "mueve
mucho dinero en Aragón y podría hacerlo mucho más" al estar
muy socializada la caza. "Hay que saber vender experiencias con cazadores locales",
recalcó Ciria.
Para Ricardo García-González, científico titular del Instituto Pirenaico
de Ecología (IPE-CSIC), "no existen grandes conflictos entre la caza
y la conservación".
Desde este organismo, "servimos de apoyo a la administración con estudios
y trabajos, para que regule de la forma más adecuada posible la actividad
cinegética".
Respecto a los sarrios, indicó que "existe un incremento sostenido y
no excesivo que es suficiente como para compatibilizar conservación, caza
y la generación de ingresos para las poblaciones".
Respecto a las sobrepoblaciones de especies como el jabalí, el ciervo o el
corzo, explicó que "la actividad cinegética no es suficiente
como para contener las explosiones demográficas en algunos lugares", por
lo que destacó el papel de la administración para permitir el incremento
de la caza.
En su opinión, "se está consiguiendo una conservación de las
especies faunísticas y un aprovechamiento del recurso".
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