La artista expone en la Sala CAI tras trece años apartada casi del todo de la pintura
HUESCA.- Azul es el reencuentro de la pintora oscense Pilar Bernad con el público
después de permaneceralejada del circuito expositivo desde 2006. La artista
inauguró este lunes en la sala de la Fundación CAI en Huesca una muestra
en la que reúne 27 óleos, muchos de ellos de pequeño formato,
y seis dibujos en los que refleja un mundo de austeridad, silencio, naturaleza,
tranquilidad y, a veces, soledad. En todos predomina el color azul oscuro para
describir noches tranquilas de pequeñas poblaciones o lugares que encierran
algún misterio. "Como en otras ocasiones, está siempre presente
la figura infantil porque me conmueve la mirada brillante y limpia de los niños",
así como "la naturaleza y la casa como lugar al que regresar".
Licenciada en Pedagogía, Pilar Bernad (Huesca, 1959) comenzó a dedicarse
a la pintura compatibilizando esta actividad con otros trabajos a tiempo parcial.
En 1998 abrió un taller de artes plásticas junto con Vicky de Sus y Antonio
Santos, en el que impartió clases de pintura y grabado para niños
y adultos, aunque también se enseñaba talla de madera, fotografía
y cerámica, además de ser un espacio dedicado a sala de exposiciones.
Desde entonces hasta 2006 se dedicó a la pintura de manera profesional. Ese
año comenzó a trabajar como maestra en la escuela pública
y desde esa fecha hasta 2017 dejó casi completamente la pintura. Solo realizó
una pequeña colección de acuarelas, Niños y paisajes, que fue
expuesta en la sala de Tardienta, localidad en la que ejerció la docencia
durante el curso escolar 2013-14, y posteriormente en la librería Anónima.
En el verano de 2017 realizó una serie de óleos pequeños que se
exhibieron en noviembre del mismo año en la sala del taller La Maravilla en
Huesca.
"Eran tres cositas pequeñas hechas durante los veranos porque al empezar
a trabajar como maestra dejé la pintura como profesional y como aficionada",
explicó Pilar Bernad a este periódico.
Respecto a Azul, surgió durante una visita a una muestra de Concha Ruesga en
la Sala CAI hace unos meses. "Yo había abandonado la idea de volver a exponer
porque trabajando en la escuela no me da tiempo, pero Raquel Bolea y Concha Ruesga
me animaron".
Durante el verano Pilar Bernad retomó los pinceles y se puso manos al lienzo.
Fue mucho esfuerzo y reconoció "que empleé mucho tiempo en encontrar
que es lo que quería hacer, algo que he descubierto ahora, cuando se me
había acabado el tiempo", pero lo bueno de eso es que la muestra reúne
"cuatro o cinco cuadros que son el inicio de una nueva colección",
confesó la artista.
Son esos óleos en tonos azules que dan nombre a la exposición ese camino
por el que Pilar Bernad quiere seguir trabajando, sin renunciar esas señas
de identidad que la caracterizan y que siempre aparecen en su obra: los niños
y el paisaje.
A lo largo de su carrera ha expuesto individual y colectivamente en numerosas ciudades
españolas y sus obras fueron seleccionadas y premiadas en destacados certámenes.
Además, como ilustradora, es autora de diferentes libros y carteles, pero esta
faceta artística es incompatible con su labor docente como maestra de francés
en el colegio Pirineos-Pyrénées, donde ejerce este curso. "Dar clases
no me supone esfuerzo, pero el funcionamiento interno del centro es difícil
de asimilar de forma rápida", por lo que no va a ser fácil compaginar
ambas pasiones.
Pilar Bernad asegura que no va a estar trece años sin pintar y exponer
como en esta ocasión porque "espero jubilarme antes", y así poder
dedicarse a la pintura, sobre todo porque en Azul hay algunos cuadros que son el
punto de partida de la artista Pilar Bernad en estado puro.
Mientras llega el momento de poder disfrutar de sus nuevas propuestas, la Sala
CAI reúne sus últimos trabajos hasta el próximo 19 de diciembre,
en una muestra que se puede visitar de lunes a viernes, de 18:30 a 21:00 horas.
|