HUESCA.- "La ganadería extensiva en el Pirineo es el único
modelo que puede luchar contra la despoblación, mantener el paisaje, la cultura
y la biodiversidad", y "todo ello a un coste muy bajo para la sociedad".
Con esta convicción tras un exhaustivo análisis de la situación,
la Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés (Adelpa) reclama
a las administraciones, y en concreto al Gobierno de Aragón, la reestructuración
de la ganadería extensiva con medidas que compensen y retribuyan, como un reconocimiento
social, la tarea de mantenimiento del territorio. En diez años, han desaparecido
500 explotaciones.
Por ello, proponen que se desarrolle el Contrato Territorial de la Explotación
(CTE), que ya está regulado (Real Decreto 1336/2011) pero sin aplicar, como
instrumento para el desarrollo sostenible del territorio. De este modo, mediante
el CTE las explotaciones de montaña asumirían un modelo de actividad
que genere beneficios en el territorio y, "en apreciación del interés
público", las administraciones competentes "compensan, incentivan y
retribuyen, como forma de reconocimiento por la sociedad de los servicios y prestaciones
de carácter público que generan las explotaciones ganaderas de montaña".
Esta es una de las propuestas que emanan del acuerdo adoptado por Adelpa,
que se trasladará también a todos los grupos de las Cortes de Aragón.
El modelo a seguir, indican, debe basarse en hacer rentables las explotaciones de
40-50 (UGM-Unidad Ganadera Mayor) de forma que se les asegure una renta anual de
40.000 euros. "Hay que garantizar un nivel de renta y vincularlo a los servicios
ambientales que hace la ganadería. Al final, de la PAC saldrá lo que
salga, pero el plan de la ganadería extensiva lo tiene que plantear el Gobierno
de Aragón", apunta el alcalde de Bonansa y miembro de la Ejecutiva de Adelpa,
Marcel Iglesias.
"Hace falta una reestructuración de la ganadería de montaña",
un modelo que promueva la incorporación de jóvenes a la ganadería,
señala Adelpa. En ese cambio, indica que las explotaciones del Pirineo no pueden
seguir el mismo criterio de tamaño y crecimiento que las de fuera de la montaña.
Con la actual dimensión de muchas explotaciones, abocadas a aumentar al número
de cabezas por las exigencias del mercado y de la PAC, "es imposible garantizar
una gestión sostenible del entorno natural y cultural, y un modelo sostenible
de ganadería tradicional de montaña". Según el acuerdo, "en
el Pirineo hace falta aumentar el número de explotaciones ganaderas
y disminuir el número de animales por explotación". Para ello, "es
imprescindible modificar la normativa de distancias".
Ese es otro de los puntos que resalta, porque es un "problema", ya que las
distancias de las explotaciones ganaderas al río, al barranco, a las viviendas
de turismo rural... son idénticas que en lugares más llanos, a menor altitud
y con más superficie. En este sentido, el Gobierno de Aragón tiene previsto
sacar a información pública antes de finales de año el nuevo decreto
donde se espera que existan normas específicas para la montaña.
SELLOS DE CALIDAD
Adelpa indica que es necesario promover "ciclos productivos cerrados"
en la ganadería de los valles pirenaicos con un "sello de calidad propio",
que favorezca la exportación del producto y no solo de la materia prima que
deja las plusvalías en otros territorios. Muchos ganaderos tienen las reses
los primeros meses en alta montaña y después se envían a cebaderos
en lugar de acabarlas de criar en el territorio.
Entre las propuestas, resalta la urgencia de modificar la legislación de
montes en Aragón y realizar una adecuada gestión, en especial en los
declarados de Utilidad Pública. En este sentido, denuncia que se están
perdiendo zonas de cultivo y prados en la montaña que se cubren de maleza y
que "sería necesario recuperar para no perder biodiversidad y paisaje,
por seguridad contra incendios, para frenar el cambio climático, para mantener
el turismo...".
La Asociación de Entidades del Pirineo Aragonés destaca también la
necesidad de que existan políticas agrarias encaminadas a la protección
de los ecosistemas de montaña y sus gentes. En concreto, "encaminados
al desarrollo de una agroindustria a pequeña escala, que produzca alimentos
saludables de alta calidad, que mantenga la población y que sirva para que
el turista que nos visita, se lleve un buen recuerdo y vuelva a visitarnos.