HUESCA.- Ana Alós, candidata del PP a la Alcaldía, está convencida
de dar a Huesca un impulso que ve necesario y que debe pasar por la economía
digital. Dice que si está en situación de ser alcaldesa, no lo será
a cualquier precio.
¿Qué le impulsó a aceptar la propuesta de su partido de ser candidata
a la Alcaldía?
- Fue una decisión muy meditada. En 2016, cuando dejé el Ayuntamiento
y pasé a ser diputada en el Congreso, pensé que había pasado página
a una etapa municipal de 12 ó 13 años. Plantearte retomar la iniciativa
municipal no fue una decisión sencilla. Quien me acabó convenciendo fue
la gente que me fui encontrando y que me pedía que volviera a retomar el impulso
que le dimos a la ciudad durante nuestro gobierno. Durante estos cuatro años,
no se ha hecho prácticamente nada y de una forma sectaria se ha dejado aparte
todo aquello que nosotros impulsamos. Vuelvo a estar igual de ilusionada que
el primer día, con nuevos retos y buscando nuevos proyectos para Huesca,
aprovechando todo aquello que conozco estando en Madrid con un mundo de oportunidades
que Huesca puede aprovechar.
¿Le resultó muy frustrante perder la Alcaldía?
- Fue duro porque habíamos trabajado muchísimo. Fuimos un equipo que nos
dejamos el alma en ese trabajo cuatro años. El tiempo ha demostrado que
fuimos capaces de dar la vuelta a la ciudad, de hacer muchísimo en muy poco
tiempo y con recursos muy limitados; en unos momentos muy complicados, pero gracias
a la pasión, la ilusión y el esfuerzo que pusimos. Y, sobre todo, abrirnos
a colaborar con todo aquel que en la ciudad quería hacer cosas.
¿Qué faltó para obtener un mejor resultado?
- En primer lugar fue un tsunami nacional que se nos llevó a muchos
que estábamos en la gestión municipal y autonómica. Para el Gobierno
de la nación y para el Partido Popular fueron años muy duros. Hubo
que afrontar muchos problemas, en una situación crítica de nuestro país.
Afortunadamente, se hicieron las cosas muy bien, pero quizá no se entendió
suficientemente por parte de la ciudadanía. En segundo lugar, veníamos
de una etapa en la que todo el tema de la corrupción nos había hecho mucho
daño. Fue una situación general que nos sobrepasó a todos. Con el
tiempo, he pensado que en Huesca hubo un exceso de confianza en lo que podía
pasar con el gobierno municipal y con nuestra candidatura; hubo mucha gente votante
del PP quizá desilusionada en el ámbito nacional que dejó de votar
en Huesca pensando que no habría cambios. No lo digo porque lo intuya, sino
porque ha habido mucha gente que nos lo ha contado.
¿Ha pensado en estos años que hubiera sido mejor seguir en el Ayuntamiento
para defender su gestión?
- Creo que no. Fueron las circunstancias las que marcaron mi camino. El ir a Madrid
fue una decisión de mi partido, que pensó que en aquel momento era más
útil en la candidatura al Congreso de los Diputados. Y he aprovechado estos
años primero para luchar por todo aquello que la ciudad necesitaba; algo
habrá tenido que ver en la reapertura del cuartel y traer a Huesca un cuartel
general de División. Ha sido un Gobierno del Partido Popular, María Dolores
de Cospedal, el que acabó tomando la decisión. Me ha permitido ver cosas
nuevas, oportunidades, cómo se gestionan las cosas desde el ámbito nacional
y qué se hace en otras ciudades. Coger perspectiva que ahora pretendo trasladar
a mi ciudad, con contactos y experiencia de lo vivido y trabajado en Madrid. Y la
labor de oposición de nuestro grupo municipal, con Gerardo Oliván a la
cabeza, ha sido más que extraordinaria en la defensa de nuestra gestión.
Yo no lo hubiera hecho mejor.
Y desde esa nueva perspectiva ¿cómo ve la ciudad y qué necesita?
- Veo la ciudad con preocupación en una situación muy complicada, y es
otra de las razones que me ha empujado a tomar la decisión. La veo triste,
parada, un poco muerta. Y creo que más que nunca es necesario darle un impulso
liderando desde el Ayuntamiento a la sociedad oscense. Desde todos los ámbitos,
me llegan noticias de que no se han hecho bien las cosas porque se ha actuado
de forma sectaria, de forma poco eficaz en la gestión y dejando cosas de
lado porque venía de la etapa anterior. Hay que generar nueva ilusión
a los oscenses y dejar que la gente haga cosas e impulsarlas. No se trata de que
todo lo tenga que hacer el Ayuntamiento. Nosotros colaborábamos con mucha gente
que quería hacer cosas en Huesca y nos sumábamos a ese esfuerzo, con actividad
que venía de la sociedad civil. Y eso pretendo impulsar, con nuevos proyectos
que permitan que la gente joven quiera quedarse en Huesca. Estamos intentado analizar
por qué mucha gente que trabaja en Huesca no quiere vivir aquí; gente
que trabaja en Walqa, en la administración o empresas y que va y viene a Zaragoza.
Bienvenida sea la reapertura del cuartel. ¿Pero no hace falta empleo en
otros sectores productivos que no sea en servicios?
- Por eso estoy pensando en otras cosas. Pensar que el futuro de la ciudad pasa
por la reapertura del cuartel es un error. La noticia es magnífica para Huesca.
Nos permite pensar que hay un foco de posible desarrollo porque posiciona Huesca
en un lugar estratégico desde el ámbito militar y de la defensa nacional
e internacional. Eso va a conllevar que aquí va a haber reuniones de alto
nivel, maniobras de alto nivel... Pero quien quiera pensar que con eso está
todo hecho es un error de bulto. Estoy pensando en el futuro de Huesca digital.
Hay una economía digital que es una realidad ya y que pasa por la inteligencia
artificial, el internet de las cosas, la economía de los datos, el Big Data...
Proyectos que a nivel tecnológico permiten que haya un modelo empresarial,
de las "startup", que tiene un crecimiento exponencial si dan en el clavo
con el desarrollo económico de aplicaciones para nuevos servicios y productos.
Es una nueva economía y allí puede estar Huesca. Y tiene que estar pensando
qué tiene y qué puede generar en esa economía. En esto estoy trabajando,
para no perder el tren de la cuarta revolución industrial.
El foco de la crítica ya lo tiene: una alcaldesa a media jornada.
- No, no, no. Tengo la ventaja de que he gestionado el Ayuntamiento y he demostrado
cuál es mi capacidad de trabajo y mi capacidad de compromiso con la ciudad.
En esos cuatro años me dejé la vida, textualmente, por desarrollar los
proyectos a los que me había comprometido. Sigo en ese compromiso. La perspectiva
que me ha dado el estar fuera me dice que lo que necesita Huesca se gesta más
fuera que en el despacho de Alcaldía. Así como cuando fui alcaldesa todos
los proyectos que queríamos impulsar me conllevaba tener que estar 24 horas
al día gestionando eso, ahora Huesca necesita otra cosa. Eso no significa
que no tenga que haber un equipo que gestione el día a día. Pero no creo
que lo que la ciudad necesite ahora sea un alcalde que esté mirando la farola
o el bache; eso también, pero tenemos que ser ambiciosos. Desde la humildad,
digo que es una oportunidad que yo esté en estos momentos en el Congreso, siempre
que mi partido siga confiando en mí y quiera que continúe estando en Madrid.
Al final, se trata de resolver los problemas de Huesca donde más útiles
seamos.
¿Cuáles son sus límites, sus líneas rojas, como se dice ahora,
para pactar si lo necesitara para ser alcaldesa?
- Ya goberné con un acuerdo de gobernabilidad; ni siquiera con un gobierno
de coalición. Demostré que soy capaz de pactar no solo con mis
socios de gobierno, que eran entonces el Partido Aragonés, sino con muchas
fuerzas políticas y gente que no tenía nada que ver con mi ideología.
Mis pactos van a ir dirigidos, igual que en el pasado, a proyectos e ideas de futuro
para la ciudad, lo que sea bueno para Huesca. No voy a ser alcaldesa a cualquier
precio; no voy a dejar mi dignidad a un lado por ser alcaldesa y no voy a consentir
con cuestiones de mi fuero interno o mi conciencia o cuestiones básicas a las
que no se puede renunciar. Ha habido cosas que me sorprendieron desde el principio
que le van a pasar factura al actual al alcalde: por ser alcalde, centrar su
gobierno en cuestiones que solamente dividen a la sociedad y que no son positivas
porque no aportan en mejora de la vida de los oscenses.
"EL MODELO HA FUNCIONADO"
Ana Alós considera que "en esencia" el modelo de peatonalización
"ha funcionado extraordinariamente bien". "No porque lo hiciéramos
nosotros sino porque se decidió entre todos después de un diagnóstico
y un análisis de un modelo que tenía un porqué", apunta. "No
ha generado ningún problema sustancial como para pensar que ha sido un error
llevarlo a cabo y hacerlo como se hizo", prosigue. "La unanimidad no existe,
pero la mayoría asume como positivo lo que se hizo y como se llevó a cabo.
Matices caben siempre", concluye la candidata popular.