Los de Nolasco caen ante Helvetia Anaitasuna
PAMPLONA.- Se acabó la racha. Queda en siete victorias consecutivas el
registro sensacional de Bada Huesca. Los de José Francisco Nolasco, quizás
muy cansados tras dos semanas muy exigentes, cayeron al final con claridad, siete
abajo, ante un más descansado Anaitasuna. Aunque vacía, la Catedral
es siempre la Catedral y los blanquiverdes fueron siempre por delante. Siete de
desventaja al descanso pero reacción corajuda de los oscenses en el segundo
acto, poniéndose a tres dianas a diez minutos del final. Pero los navarros
jugaron bien sus bazas en esos compases y se acabaron llevando el encuentro con
suficiencia.
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Bada Huesca se plantaba en la Catedral para el siempre especial encuentro ante
el Anaita, un ´casi-derby´ con primer misil de Tioumentsev desde nueve
metros nada más comenzar el choque, pero con una contundente respuesta de los
navarros para ponerse por delante con un 3-1 en menos de dos minutos y medio.
Y es que las variables defensivas del conjunto de Quique Domínguez se le
comenzaron a atravesar a una escuadra oscense que no acababa de dar con la tecla.
Sergio Pérez recortaba desde los siete metros pero el encuentro era claramente
dominado por los pamplonicas en los dos lados de la cancha.
Así, una de las primeras intervenciones de Nicolai Bols daba paso al contragolpe
veloz y a un 5-2 preocupante. Parecieron reaccionar los altoaragoneses de la
mano de Alex Tioumentsev, pero por desgracia resultó prácticamente un
espejismo. Así, a los trece minutos Ander Torriko volvía a poner a los
navarros con una renta de tres goles, siete a cuatro.
No era el día del conjunto de José Francisco Nolasco, cansados los aragoneses
tras unas semanas de mucha carga en este surrealista calendario a causa de la covid-19.
Los viajes intersemanales parecieron pesar en las piernas de los rojillos,
muy castigados por la velocidad del Anaitasuna.
Nicolai volvía a frenar a los oscenses, y una falta en ataque local permitía
cierto consuelo con el 8-6. No se culminaba el despertar de los de Nolasco, y pronto
Anaitasuna conseguía por vez primera una máxima de cuatro tras los
aciertos de Gastón y Torriko, mientras el cancerbero danés del Anaita
se iba agigantando con el paso de los minutos. Adrià Pérez rompía
esa mala racha de Bada Huesca en ataque con una diana por el extremo, 10-7, pero
esa jugada a los 19 minutos no sería sino el preludio a la peor avalancha pamplonica.
Y es que los minutos iban pesando en las piernas visitantes y Bada Huesca recibió
un doloroso parcial de 4-0 que permitiría a Anaitasuna doblar a su adversario
a poco menos de cinco minutos para el intermedio, con un 14-7 que dejaba pocos
espacios a la duda. Pasos en ataque, pérdidas, malos tiros de Bada y en el
otro costado del 40x20, un juego local muy fluido en el ataque para ese doloroso
tanteo. Al final, los aragoneses pudieron irse al descanso con una diana menos de
distancia en su contra, seis, tras el 17-11 que conseguiría Sergio desde los
siete metros.
En el segundo periodo, Bada Huesca estaba obligado a pisar el acelerador con
toda la potencia si quería pensar en la remontada. Miguel Espinha se ubicaba
bajo los palos, y a pesar de una primera diana de Gucek, acompañada de un paradón
del arquero luso y de un dos minutos a Del Arco, todos argumentos esperanzadores,
no se acabó de concretar en una reacción veloz de los oscenses.
Pasado el minuto cinco de encuentro, una brillante finalización de Adrià
Pérez acercaba a Bada Huesca a cinco dianas de diferencia con un 18-13,
pero en los minutos siguientes el Helvetia Anaitasuna iría haciendo la goma,
usando ese argot del ciclismo, para irse acercando y alejando, pero nunca dejando
a la escuadra de José Francisco Nolasco que resoplara demasiado cerca en la
nuca de los navarros.
A los once minutos, dos dianas consecutivas de Gerard Carmona y Sergio Pérez
recortaban a cuatro la distancia poniendo el 20-16 en el tanteador. Era posible
pensar en milagros, pero había que apretar mucho las tuercas en defensa.
Y se soñaba cuando Miguel sacaba dos balones seguidos a Izquierdo y Bazán,
haciendo el 20-17 Adrià con velocidad. ¿Por qué no?
Pero no. Anaitasuna despertó tras un tiempo muerto de su entrenador.
Nicolai volvía a desplegar brazos y de nuevo los navarros se iban de cinco.
Pero como la cosa iba de tirones, tras el 22-17 despertaba de nuevo Bada Huesca.
Golazo de Carmona, pérdidas de balón, momento de correcalles en la Catedral
y Gucek permitiendo soñar a los suyos con el 22-19 a diez minutos del bocinazo.
Álvaro Gastón sacaba el brazo a pasear con dos latigazos seguidos desde
nueve metros para dar cuatro de renta y mucha tranquilidad al balonmano de los locales.
Las prisas de Bada acabaron por permitir una diferencia excesiva quizás
al final, siete dianas. Pero la cuestión es que los puntos se quedaron
con justicia en la cancha de Anaitasuna.
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