Varias generaciones entre los 6.700 abonados siguen con emoción al Huesca
MIGUEL ÁNGEL BLASCO 27/07/2020
HUESCA.- No ha sido lo mismo, pero tampoco ha perdido su encanto. Al contrario,
con el fútbol a puerta cerrada y la afición siguiéndolo desde casa,
la hinchada del Huesca ha vivido el
ascenso a Primera con pasión desbordante y emoción y nervios a
flor de piel. Y con la contención de tener que celebrarlo
entre cuatro paredes sin poder salir a la calle.
Ha prevalecido el sentimiento familiar. Varias generaciones juntas compartiendo
primero el sufrimiento y después la alegría. Tomamos dos de los muchos
ejemplos del "Huesca en familia" que hay en la nómina de los casi 6.700
abonados del club azulgrana.
Tomás Félix, el incombustible almirante que fue directivo y presidente,
luce con orgullo, además de la suya propia, la fidelidad de sus tres hijos
-Sergio, Isaac y Nuria-, además de su nieta Ixella, que se incorporó a
filas cuando nació, hace doce años, el del ascenso en Écija, con
lo cual encaja perfectamente en aquello de que con ella empezó todo.
El patriarca, Tomás, reconoce que ha vivido con "incertidumbre"
el desarrollo de la temporada porque pensaba que "este año no íbamos
a subir". "Mi alegría es total, lo que pasa es que no sé si
lo podremos disfrutar en el campo y en la tele no es lo mismo", observa,
para añadir el deseo de "ser optimistas".
El que fuera dirigente en tiempos de penurias proclama sus alabanzas hacia quienes
ahora rigen la entidad. "Hay que quitarse el sombrero ante el Consejo de
Administración. Qué seriedad y qué fortaleza. Es la maravilla de
España. No hay club mejor gestionado. Espero que algún día
no se nos lo lleve el político de turno para que impere el sentido común
en sus instituciones".
Tomás Félix da por hecho que el Huesca ha tomado nota de lo sucedido tras
el anterior ascenso y haya aprendido de los errores. "De momento, ya tenemos
entrenador y base de plantilla. Ahora hay que reforzarlo y confío en el
acierto para traer tíos de Primera".
¿Sufrirá el Huesca? "Eso es muy relativo, yo creo que habré sufrido
más cuando íbamos por los campos de Preferente, Tercera y Segunda B.
Lo que sí pienso es que a los grandes los apuraremos. En el baloncesto
nuestro sueño era ganar a esos grandes y al final cayeron todos. Madrid, Barça,
Joventut... y el último en caer fue el CAI. En el fútbol, tarde o temprano,
pasará lo mismo".
Cierra la conversación con un reconocimiento y gratitud hacia la figura
de quien está considerado "presidente de presidentes", José María
Mur, "fue el motor, el que puso la primera piedra cuando hace casi 50 años
apostó por hacer el campo".
Su hijo Sergio califica este viaje de regreso a la cima como "bombazo y bestial"
y apela a seguir el ejemplo de los modestos (tipo Eibar o Leganés) para
tener continuidad en Primera. "Esto es un trasatlántico", afirma,
y avisa que "dentro de unos años nos daremos cuenta de la repercusión
social y económica que tiene".
Asegura ser "muy defensor de Míchel", al punto que se ha tenido
que cabrear incluso con algunos de sus amigos. "Hubo momentos que parecíamos
el Almería o Girona con ganas de echar al entrenador. Para mí ha sido
impecable. Ascenso y
campeones, qué más se puede pedir. En la primera vuelta disfruté
mucho en El Alcoraz y sí es cierto que fuera hemos sido un poco moñas,
porque se nos han ido puntos increíbles y podíamos haber sido más
puñeteros".
De cara a Primera, "Petón tonto no es y seguro que no desaprovechamos esta
segunda oportunidad. Hay una base sólida y un entrenador y cuerpo técnico
para competir en Primera. Se están haciendo las cosas bien y confío
mucho en no cometer los errores anteriores".
Y lanza un mensaje al club: "Teniendo en cuenta que nadie sabe cuándo volveremos
al campo los abonados, nos podrían dar gratis el de esta temporada que viene".
En la misma creencia está su hermano pequeño, Isaac, que dimensiona el
éxito. "Con lo sucedido por la Operación Oikos y los jugadores que
no quisieron venir, al punto que en Benasque solo había siete, no sé qué
más se puede pedir. Hay gente que ha criticado pero después de ser
campones y ascender, algo habremos hecho bien. Tal como pintaba el año,
con este final es para darnos con un canto en los dientes", afirma.
En su opinión, "hay que agradecerle a Míchel que viniera" y además
"este segundo ascenso a Primera, tal como están las cosas, es maravilloso
para la ciudad y la provincia".
Y ahora, "no hay que volverse locos, tenemos jugadores muy válidos para
Primera, un buen entrenador y solo falta acertar en esos fichajes que nos den
el salto de calidad. Ahora ya no somos novatos".
Isaac no quiere pasar por alto un gesto de agradecimiento hacia Agustín Lasaosa.
"Petón y Lasaosa son los artífices de este proyecto y aunque ahora
no esté, parte del ascenso es también gracias a Lasaosa. Con Petón
fueron quienes iniciaron este sueño".
LA FAMILIA SUELVES
Varias generaciones suman por el Huesca en la familia Suelves. Antonio padre e hijo
y su esposa Asun, el nieto Jorge, su hermana Isabel, su cuñado Fernando y el
sobrino Fernando. "Solo falta la abuela, que parece quedarse más tranquila
en casa cuando nos vamos todos al fútbol", señala Antonio, el
hijo, que junto con su padre son de esos socios con pedigrí por su antigüedad.
"Nosotros siempre decimos que el cambio más radical fue el ascenso de Écija
porque entramos en el fútbol profesional. Hasta entonces habíamos celebrado
los ascensos de Tercera a Segunda B. Y subir a Primera era impensable después
de estar acostumbrados a jugar en los campos de la provincia".
La familia está expectante y con ganas de retomar los viajes que ya hicieron
en Segunda "y aprovechar el tiempo que dure porque esto es un premio y un
regalo".
Sostiene, sobre la planificación que está haciendo el club, que "de
momento las decisiones mejoran las tomadas hace dos años. Se da continuidad
al entrenador y a buena parte de la plantilla. Todos tienen más experiencia
y sabes cómo trabajan. La gente del club sabe de fútbol y quiero pensar
que acertarán".
Tras recorrer muchas localidades, Antonio Suelves destaca el cariño que
se ha ganado el Huesca en la provincia como referente. "Antes parece que
los de la capital íbamos mirando por encima del hombro y había más
cariño hacia el Zaragoza de Primera. Ahora la tendencia ha cambiado y toda
la provincia empuja al Huesca".
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