HUESCA.- El tramo de la autovía Huesca-Siétamo ha dejado ya su huella
en el paisaje oscense, cuya visión aérea ofrece el dibujo claro de
un trazado reclamado desde hace décadas que pondrá fin a la autovía
a Lérida (A-22). Cuando concluya, se acabará también con un
embudo en una de las principales carreteras de la provincia (N-240) y acceso
a la capital oscense. En estos momentos, se trabaja en ocho estructuras y en
el movimiento de tierras en los primeros kilómetros desde Huesca, de un
tramo de 12,5 en total.
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana informa de estos últimos
detalles de la marcha de los trabajos, pero no indica qué previsión
hay de finalizar las obras que, según el plazo de ejecución de este
tramo, tendría que estar a finales del próximo verano.
Por el momento, se está finalizando la estructura sobre el río Botella.
Además, se ha trabajado también en la cimentación de la plataforma
sobre el río Flumen, entre otras estructuras. El proyecto incluye la ejecución
de dos viaductos, siete pasos superiores y siete pasos inferiores, entre
los que destaca precisamente el nuevo viaducto sobre el río Flumen, con una
longitud de 100 metros.
En los primeros ocho kilómetros desde el punto en el que acaba ahora la autovía
que viene de Lérida se construye toda la calzada de nuevo trazado. En las imágenes,
se aprecia cómo cruza el trazado actual de N-240. Sin embargo, en el resto
se realizará el desdoblamiento por el lado norte de la carretera y a lo
largo de la actual Ronda Norte de Huesca hasta la conexión con la autovía
A-23 hacia Jaca o Zaragoza.
En este trazado, se están construyen cuatro enlaces, alguno de los cuales
de puede ver en las fotografías aéreas: enlace de Loporzano, enlace de
Montearagón, enlace Centro de Ronda Norte de Huesca y enlace Oeste de la misma
Ronda Norte.
Con todo, al discurrir la autovía por las cercanías de la capital quedan
afectados numerosos servicios como líneas telefónicas, tuberías
de abastecimiento de agua, gasoductos, acequias y líneas eléctricas
de alta tensión. "Su reposición está requiriendo una extrema
coordinación con los operadores de estos servicios, lo que está interfiriendo
en el ritmo previsto de la ejecución de obra", indican desde el Ministerio
de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. La carretera intercepta también
cinco vías pecuarias que se reponen en la longitud afectada: Cañada Real
de Igriés, Vereda de Loporzano, Cordel del Saso, Vereda de Siétamo a Loporzano
y Colada de la Costera.
Los trabajos, que desarrolla la UTE de la empresa altoaragonesa Vidal con Copcisa,
pudieron continuar durante el estado de alarma y se sigue trabajando. No obstante,
no hacen alusión en ningún momento a la fecha de finalización.