Que internet abre una ventana al mundo es un tópico, pero a veces es la única salida para quedarse, aunque suene contradictorio, en el medio rural. Sin tractores, granjas ni casas de turismo rural, muchos habitantes se ganan la vida con el uso de nuevas tecnologías y a golpe de clic.
Sara Rubio se ha hecho un hueco en Sobrarbe como diseñadora gráfica, primero
desde su casa y a partir de 2014 desde el centro de trabajo compartido de Aínsa,
donde se encuentra cada día con dos arquitectas, un periodista, una interiorista,
una traductora y un ingeniero, que además construye instrumentos. Almudévar
también impulsó otro espacio similar al año siguiente para atraer
a emprendedores y diversificar la actividad de un pueblo agrícola. El plan
de extensión de la banda ancha de la Diputación Provincial, que dará
servicio a más de 300 núcleos donde no llegan las compañías
ni el programa del Gobierno de Aragón, es la llave para abrir más ventanas.
Cristian Dueso, con su tienda virtual de material de seguridad laboral desde Sariñena,
también demuestra que hay otra realidad y posibilidades de negocio más
allá de los tópicos que se asocian a lo rural.
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