A esta sevillana la falta de trabajo le impide asentarse en el valle de Chistau
ELENA PUÉRTOLAS 23/02/2019
HUESCA.- Se empeña en vivir en Saravillo, pero el trabajo no se lo pone
fácil. Beatriz Mur ya se cansa de tener que marchar a trabajar por temporadas
en estaciones de esquí, por ejemplo. Quiere asentarse en el valle de Chistau
y, quizá, tener hijos. Nació en Sevilla, pero desde niña tuvo
claro que quería abrir la ventana y ver la montaña. Y no una cualquiera,
sino la de Saravillo, donde nació su padre y vivían sus abuelos. Curiosamente,
los tres hermanos han cambiado el sol andaluz por la sombra de Saravillo, una localidad
que se caracteriza porque en invierno apenas le da el sol. De hecho, Beatriz hizo
una vez los cálculos y le salía más barato irse en invierno a Thailandia
que quedarse en casa por el gasto de calefacción, el gasoil del coche...
Beatriz Mur, de 34 años, se fue al Pirineo a los 18 años y desde
entonces, de forma intermitente debido al trabajo, vive en Saravillo. "Desde
niña era el sitio en el que quería estar, no viviría en Sevilla por
nada del mundo. De hecho, no acabé los estudios porque quería venir
aquí", indica. Sin embargo, no acaba de encontrar la oportunidad laboral
para asentarse. "He estado trabajando en sitios muy interesantes y he atendido
a la familia real, pero ahora tengo ganas de asentarme y busco algo modesto que
me permita vivir", indica. Cuando llegó a Saravillo, se fue a trabajar
un temporada a Formigal y después ha pasado siete inviernos en tiendas de Baqueira,
ha estado en Ibiza, en Mallorca, en Irlanda para aprender inglés... "Sería
un lujazo no tener que mudarme cada seis meses", indica.
Es una de las alumnas del nuevo taller de empleo de Administración Digital,
que se muestra muy ilusionada por aprender para poder encontrar empleo en Sobrarbe.
"Siempre me he buscado la vida, y aquí nos llevan de la manita", dice.
Entiende que el
taller de la Diputación Provincial de Huesca puede darle una oportunidad
laboral en su zona. Además, "nos da una conexión porque dos de
los cinco días de la semana nos moveremos a los ayuntamientos", comenta.
Al mismo tiempo, "quiero dejar claro que pese a tener que ir al médico
a Barbastro o tener que coger el coche y perder muchas horas para hacer un trámite,
vivir en Saravillo me da una paz y una tranquilidad... Me estoy quejando, pero
me encanta", indica. Como ejemplo, explica que le parece un lujo poder subir
en cualquier momento al ibón de Plan.
Al mismo tiempo, "pese a todo, veo que hay gente que quiere volver. Hay gente
joven que se instala en Saravillo", indica. También lo hizo su hermana,
cuya pareja tenía antepasados de Saravillo, y se han instalado allí con
dos niños pequeños. Beatriz remarca su "imposibilidad de tener
hijos" sin un trabajo estable. Por su parte, el hermano pequeño ha
puesto en marcha su empresa de fontanería, con mucho esfuerzo porque tenía
que bajar a Huesca para formarse, pero está en Saravillo, donde comparte con
Beatriz la casa familiar que heredaron.
Pero, "instalada instalada no estoy porque no puedo", insiste. En los últimos
años, ha podido compaginar los inviernos en Baqueira y el verano en Saravillo.
"Hace tres o cuatro años conseguí quedarme en el valle porque encontré
trabajo en la oficina de información de Salinas de Sin. Me encanta, soy
muy feliz, porque me dedico a lo que me gusta: hablar de montañas. Es un
sueño porque el sueldo da para vivir y estoy a 10 minutos de mi casa",
indica, pero la pena es que no dura todo el año. Y buscando la proximidad,
con la Comarca de Sobrarbe hizo un curso de francés con alojamiento en Saint
-Lary, por la posibilidad de ir a trabajar allí.
¿HIJA DE LA CARAVANA?
Al ser su padre de Saravillo y su madre de Sevilla, muchos le preguntan si es hija
de la Caravana de Plan, pero no. Para empezar las fechas no cuadran, porque la caravana
fue en 1985 y Beatriz había nacido un año antes. Pero sí que bromea
porque su madre y sus tías, que eran seis, hicieron una "caravana particular".
No fueron a buscar novio al valle de Chistau, pero su madre lo encontró. El
marido de una hermana de su madre tuvo su primer destino como guardia civil en Plan.
"Mi madre vino a ver a una de sus hermanas. Y, claro, todas jóvenes y guapas
andaluzas, revolucionaron el valle", bromea. Años después, otra hermana
de su madre se casó con un primo de su padre. Y los tres hermanos han vuelto
a Saravillo.
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