Una familia de Toledo que buscaba una zona rural se instalará con sus tres hijos en la localidad
La escuela unitaria del pueblo de Senegüé, en el municipio de Sabiñánigo,
no cerrará el próximo curso por el esfuerzo de sus vecinos, de
los padres y madres de alumnos, de la Asociación vecinal y de la alcaldesa.
Actualmente esta escuela tiene cinco alumnos, dos en Infantil y tres en Primaria.
De estos, dos pasan al instituto el próximo curso, con lo cual la escuela se
quedaría con tres niños. Ante esta alerta, se pusieron en contacto con
la directora provincial de Educación, Olga Alastruey, quien les aseguró
la continuidad del centro aún con tres alumnos, "y que cualquier familia
que viviera en un pueblo sin escuela en los alrededores de Senegüé podría
matricular allí a sus hijos y con derecho a transporte e incluso servicio de
comedor", explica la alcaldesa, Virginia Blanco.
Pero los vecinos no se quedaron quietos y se pusieron en contacto con la Asociación
Amar zonas rurales, de reciente creación en Aragón, que va de la mano
con la Asociación Contra la Despoblación, con el fin de buscar familias
de toda España interesadas en vivir en un pueblo con escuela, en Senegüé.
Laura Hernández, presidenta de la Asociación Amar zonas rurales, ha estado
trabajando y en contacto con Virginia Blanco y con el presidente de la Asociación
vecinal Toño Pardo, y finalmente, hace unos días una familia de Toledo
con tres hijos, uno pasará al instituto el próximo curso, otro comenzará
infantil y el tercero empezará la escuela en el curso 2020-2021, visitó
el pueblo y decidió instalarse.
SOLUCIÓN A LA VIVIENDA
Al lanzar el SOS, los vecinos contaban con el problema de las viviendas de alquiler,
difícil de encontrar en Senegüé, pero hablaron con quienes tienen
viviendas no habitadas. Toño Pardo explica que uno de los propietarios ha entendido
la urgencia y el problema y ha puesto su vivienda a disposición de esta
iniciativa. Ahí se alojará la familia de Toledo que próximamente
se mudará a Senegüé.
Esta vivienda se encuentra ahora en obras, que acomete su propietario para acondicionarla
y dotarla de calefacción. "Hay en el pueblo alguna otra vivienda que
podría alquilarse al no estar habitada, y estamos en conversaciones con los
propietarios porque aunque de momento salvamos la escuela, queremos seguir con este
proyecto. De hecho, una familia de Zaragoza también tiene previsto venir para
ver el lugar. No sabemos si al final le interesará, pero hay expectativas".
Los vecinos y la alcaldesa también se han movido para entregar currículum
de los futuros vecinos a empresas de la zona para conseguir un empleo, "y
no van mal las gestiones".
Asimismo, Virginia Blanco comenta que esta no es la única crisis que ha
tenido la escuela en los últimos 30 años. "En este pueblo nos
hemos movido mucho, estamos convencidos del futuro porque creemos en la escuela
rural. Aquí la educación es más personalizada y cercana. Queremos
agradecer a todas las personas que se han implicado en este cometido. Ha sido muy
importante el interés y las ganas de todos por sacar adelante esta iniciativa
que redundará en beneficio de todos".
UNA ESCUELA CON HISTORIA
Esta escuela es de las más antiguas de la Comarca junto con la de Panticosa,
data de 1883 y contaba con vivienda para el maestro. Han pasado por ella 36 docentes.
Hoy, hay 116 personas empadronadas en Senegüé y habitualmente viven unas
80.
Rosa y Maite son de Valencia y llevan ocho años viviendo en Senegüé
con hijos que han estado o están en esta escuela. Conocían esta zona del
Pirineo y un día decidieron quedarse. "Estamos muy a gusto aquí. Este
es un pueblo acogedor, hospitalario y muy activo, de aquí no nos mueven",
indican.
La maestra, Laura Montañés, llegó a Senegüé en lo que
fue su primer destino, en el curso 2014-2015. "No sabía ni dónde
estaba este pueblo", admite. A los dos años se podía trasladar, "pero
decidí quedarme aquí y no me arrepiento. Me gusta el medio rural. Aquí
somos dueños y señores de lo que queremos organizar".
En la Asociación Amar zonas rurales, estudian el desarrollo de otras iniciativas
en los pueblos encaminadas a la conciliación como "Canguritos",
un servicio de guardería de 0-3 años "adaptado y flexible a los horarios
y familias, con personal cualificado", y otro servicio, "Más que aprendizaje",
para niños y niñas en edad escolar, "de apoyo en el aprendizaje, en
horario extraescolar y a la carta", concluye Laura Hernández.
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