ELENA PUÉRTOLAS 02/11/2019
HUESCA.- "Muchos buscan trabajo y una estabilidad. Otros una
zona tranquila y rural, en la que los niños puedan correr por la calle".
Estas son las razones que han motivado a familias numerosas a irse a vivir a Gistaín
y a aceptar las ofertas de trabajo en la empresa de construcción de Óscar
Bielsa y de su mujer Nuria Brun, según explica esta última, que luchan
por mantener la escuela abierta. De hecho, el trabajo fue la motivación
para que Lyssette Yúñez y Juan Álvarez decidieran hacer las maletas
en Tortosa (Tarragona) y trasladarse con sus tres hijos a dicha localidad del
valle de Chistau.
Solo llevan dos meses y es pronto para hacer una valoración pero... "Estamos
bien y los niños encantados. Y mientras todo vaya bien aquí seguiremos",
asegura Lyssette, de origen ecuatoriano, que admite que nunca había vivido
en una localidad tan pequeña y de montaña, pero de la que resalta la calurosa
acogida de los vecinos. De hecho, antes de llegar a Gistaín, han vivido
en Ecuador, en Chicago y en Tortosa. "A la gente no le cuesta adaptarse
porque los vecinos los reciben muy bien. La gente hace lo posible por que tú
te hagas. Que si te doy una docena de huevos de casa, que si te dejo un trozo de
huerto...", apunta Nuria.
El marido de Lyssette, Juan, natural de Las Palmas, fue el que vio la oferta
de trabajo en la página webvolveralpueblo.org de Coceder (Confederación
de Centros de Desarrollo Rural) y se animó a preguntar. "La oferta de empleo
es para salvar la escuela del pueblo así que nos ayudamos todos", apunta
Lyssette. Sus hijos, Lionel, de 10; Mathews, de 7; y Lucía, de 4 años,
han empezado este curso en la escuela de Gistaín, donde han alcanzado los
10 alumnos mientras que hace tres años solo quedaba uno.
No es fácil un traslado porque encontrar vivienda para alquilar es uno de
los problemas a los que se enfrenta la familia que ofrece trabajo. "Es muy
complicado porque aquí hay mucha vivienda pero o no está habitable
o prefieren alquilarla en verano porque es más rentable", señala
Nuria Brun. Finalmente, les han encontrado una casa en la que instalarse. Además,
Lyssette, aunque por horas, ya ha comenzado a trabajar llevando casas de turismo
rural. Por ahora "nos han recibido muy bien y mientras todo vaya bien, nosotros
contentos. Aquí se vive muy tranquilo y los niños están felices",
dice la nueva vecina.
Nuria es la primera que llegó de fuera, de Almudévar, porque subió
a trabajar a un hotel a Bielsa a los 17 años, conoció a su marido Óscar
y ahí se asentó. Y aunque echa de menos alguna menudencia, le compensa.
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