Relatan que ha habido un cambio de mentalidad, que sus salidas cada vez son menores y que hay más restricciones por parte del Gobierno
BARBASTRO.- "No es fácil llevar 20 días en casa a sabiendas
de que serán bastantes más" señala el altoaragonés Darío
Prada (Estadilla) que reside con su esposa Begoña Bergua (Barbastro) y su hijo
Darío en la ciudad italiana de Padua desde la que cuenta
su experiencia, al igual que lo hizo hace dos semana para este periódico
en los primeros días del brote de coronavirus. Darío explica que "a
partir de entonces, comencé a trabajar en casa y de forma gradual hemos
reducido nuestras salidas a paseos por el parque y hacer la compra".
En cuestión de quince días, "han cambiado muchas cosas aquí,
veo grandes similitudes entre la reacción inicial que hubo en Italia y la que
puede tener mucha gente, hoy en España. En cierto modo es como si fuéramos
unos días por delante" explica desde Padua en declaraciones para DIARIO
DEL ALTO ARAGÓN y subraya que ha cambiado mucho la mentalidad, "en
general, muchos pensaban que, si bien preocupante, era algo que afectaría solo
a un grupo determinado de personas, en su mayoría ancianos".
Sin embargo, "ante el alarmante número de contagios esa idea ha cambiado
para dar paso a otra realidad, la expansión del virus pone en riesgo el
sistema sanitario porque muchos contagiados necesitan terapia intensiva y los
hospitales estan al borde del colapso en las zonas más afectadas. Las restricciones
han ido en aumento y cada medida del Gobierno ha sido un giro de tuerca para aumentar
el aislamiento, lo que antes eran recomendaciones, ahora son prohibiciones".
En este sentido, "a día de hoy solo salimos de casa para ir al supermercado
y los negocios están cerrados en todo el país, excepto los de alimentación
y farmacias. No es fácil llevar 20 días en casa a sabiendas de que
serán bastantes más". De todas maneras, "nos mueve la responsabilidad
de pensar que es por el bien de todos porque parece que la única forma
de evitar la expansión del virus es quedarse en casa".
Desde su casa, "animo a la gente de España a reflexionar y aprender
de la situación en Italia, si tenemos un comportamiento responsable y cambiamos
nuestros hánitos diarios, pasando más tiempo en casa, evitaremos que se
llegue a una situación tan extrema como la que vivimos mi familia y yo en Padua".
La familia reside en esta ciudad desde hace doce años, en el norte de Italia,
con censo es de 210.000 habitantes, nada que ver con Estadilla y Barbastro de
donde son naturales y residen sus padres.
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