Diario del Altoaragón 25/03/2020
Es quizás uno de los ejemplos más preclaros de la ilimitación de
las capacidades de las personas. Helen Keller, la primera persona sordociega en
conseguir un título universitario, dejó escrito que, aunque el mundo está
lleno de sufrimiento, también está lleno de superación. En el estado
de ansiedad en el que nos hallamos, cercados por un lado por el avance de la pandemia
y por otro por el de la "infodemia" (el acrónimo que refleja la destrucción
a través de una saturación o de una insuficiencia de información),
un día como el de ayer es un revés que afecta al estado de ánimo
de una población confinada que ni siquiera en la climatología encuentra
un resquicio por donde salga el sol para alumbrar la esperanza. Fue la jornada en
la que se multiplicaron las muertes por el coronavirus en nuestra provincia y la
que volvió a repuntar a nivel nacional el guarismo de contagios y de óbitos.
Y, sin embargo, hoy amanece y nos obliga a arraigar fuerte nuestro espíritu
mientras se acerca la fatídica hora del mediodía, cuando saltan las alarmas
y pronto irrumpirán las noticias más ilusionantes, y luego llegan las
20 horas para enorgullecernos de nuestros profesionales, esos sanitarios a 24 horas
y esos otros oficios que también son héroes anónimos, desde los farmacéuticos
a los trabajadores de supermercados, desde las fuerzas del orden público al
personal de limpieza, desde los gasolineros a esos dj"s que elevan el ánimo
de ese salón social en el que se han convertido los balcones. Cada día,
es un afán, como decía la santa, y hemos de hacer de cada jornada un fortín
desde el que resistir para acabar contraatacando frente a un enemigo cruel y silencioso,
que nos está clavando la hoja afilada del sufrimiento y, a la vez, está
demostrando que nuestras dosis de superación son inagotables.
Diario del AltoAragón
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