Unos 700 estudiantes de todo Aragón se han inscrito en una lista para ayudar en lo que puedan
HUESCA.- De empezar las clases de 1º de Medicina este pasado otoño,
hace apenas medio año aunque con el confinamiento parezca que fue hace un siglo,
a presentarse voluntario para ayudar en lo que pueda contra el coronavirus. Este
es el caso del oscense Pablo Serreta y el de otros muchos estudiantes de su carrera
y de la de Enfermería que, vista la situación actual y con riesgos
de que el sistema sanitario se desborde, han decidido echar una mano allá donde
les permitan sus todavía incompletos estudios.
Leyre Navarro (2º de Medicina), Carlota Hernández (4º de Enfermería)
o Chesús Lanaspa (3º de Enfermería) son otros tres voluntarios
oscenses de los más de 700 estudiantes de Medicina y Enfermería de la
Universidad de Zaragoza que en todo Aragón han decidido aportar lo que puedan
en caso de que el sistema sanitario los necesite.
A diferencia de los estudiantes de los últimos cursos de Medicina o del MIR,
estos jóvenes no podrán estar "en primera línea" en los
hospitales -al menos, según lo decretado por el Gobierno hasta ahora-,
pero sí podrán ayudar en otras tareas para liberar de labores de apoyo
a los profesionales sanitarios y que así estos se centren en la atención
sanitaria.
Según explica Leyre, los estudiantes de estos cursos "no pueden participar
de forma clínica", pero sí pueden contribuir de otra manera, como
"recogiendo material sanitario, cuidando a los hijos de los profesionales sanitarios
que lo necesiten o ayudando a los mayores". "Lo que sea pero sin entrar
al hospital", resume Leyre, precisando que los alumnos de 5º y 6º
de Medicina sí pueden atender los teléfonos de emergencias sanitarias
y los de MIR pueden ser contratados para trabajar.
Carlota explica que se inscribió como voluntaria porque la enfermería
"es vocacional, es ayudar a cuidar a los demás", una afirmación
en la que coinciden Chesús, Leyre y Pablo.
Este último alude a que en estas profesiones hay un sentido del "deber
de ayudar a los demás". "Bastante gente de clase quería ayudar
y la mejor forma que tenemos los de 1º es esta, más que en los hospitales
o centros de salud", y es que apenas llevan medio año en la universidad.
"En un hospital, más que ayudar, estorbamos y bastante tienen", reconoce
de modo muy claro.
Chesús comenta que los estudiantes estaban haciendo las prácticas -él,
en 3º de Enfermería, en la UCI del San Jorge- cuando se suspendieron
en previsión del aluvión de casos de coronavirus que se esperaban.
"Mis padres tienen patologías, pero es mi decisión y la apoyan,
pero me piden que tome todas las medidas", señala Carlota sobre la reacción
de su familia.
También con algo de recelo inicial acogieron la noticia los padres de Chesús,
pero "entienden que es mi trabajo y que toda mi carrera estaré en contacto
con virus". En casa de Leyre, su madre, técnica de laboratorio, "también
está mirando cómo puede ayudar". "Si no nos toca hoy, nos tocará
mañana. Es nuestra profesión", concluye esta estudiante de 2º
de Medicina.
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