El readaptador del Huesca ve necesario un periodo previo de campo
MIGUEL ANGEL BLASCO 13/04/2020
HUESCA.- El Huesca afronta desde este lunes la quinta semana del confinamiento,
cuarta del trabajo telemático que la plantilla ha seguido en sus domicilios
bajo la atenta mirada de un cuerpo técnico capitaneado por el entrenador, Míchel,
y que en el apartado físico ha tenido en David Porcel y Jordi Carracedo a sus
dos escuderos.
Carracedo, readaptador, se muestra entusiasmado con la respuesta que está
dando la plantilla en unas circunstancias de trabajo tan complicadas como limitadas
y sin posibilidad de ejercitarse en el verdadero campo de batalla, el terreno de
juego. "El grado de responsabilidad es de un 150 por ciento, está
siendo una pasada. Todos nos hablan a David, a Anna, a mí, por el tema de nutrición
y por si necesitan trabajo extra que les estamos mandando. Y super agradecidos por
un entorno que se está volcando con ellos", afirma.
El principal problema es que todavía no hay un calendario para volver a entrenar
y mucho menos competir. Carracedo considera que antes de volver a jugar "un
mes de trabajo podría ser un escenario razonable". Serían tres
primeras semanas de adaptación y una cuarta de entrenamientos encaminados a
la competicion después de un parón que al menos se va a prolongar seis
semanas.
"Queremos terminar la competición, por supuesto, pero debemos mirar
por la salud del jugador. Siendo el calendario tan apretado que va a ser, queremos
tener controlado en la mayor medida de lo posible la adaptación al balón
y a los esfuerzos otra vez", observa el recuperador azulgrana.
Hasta ahora, y tras unos primeros días de "descanso" pero con actividad,
se han seguido las pautas de trabajo progresivo equiparables a lo que durante
la temporada normal sería una semana enfocada a terminar con partido.
Al no existir fecha para volver a pisar el césped, "no queremos hacer
ni una subida de carga brutal, que pueda pasar factura, ni dar tampoco muchos
días libres o bajar mucho la carga teniendo luego que hacer una subida que
nos pueda perjudicar. Intentamos llevar la misma línea que llevábamos
hasta ese momento".
Jordi Carracedo es quien más estrechamente ha trabajado en la recuperación
de Doukouré, cuyo concurso está llamado a ser muy valioso en las últimas
once jornadas. "Ahora mismo, si a alguien le ha podido venir bien esta situación,
egoístamente es a Cheick. Estamos entrenando con él al mismo ritmo que
los demás. Lógicamente, al igual que los que han tenido otras lesiones,
tiene un apartado individual muy dedicado a esa lesión, pero el ritmo que está
llevando ahora es, si por suerte volvemos al trabajo, para que se incorpore con
todos".
En buena lógica, y después de casi año y medio sin competir, acusará
la falta de ritmo. "Por los entrenamientos que le hemos podido ver con el
grupo es una bestia físicamente. De ahí a jugar 90 minutos y tan seguido
como van a ser los partidos con poca recuperación, irá entrando. Pero
yo no tengo muchas dudas de que le va a costar muy poco. Por cómo es físicamente
y por cómo está ahora mismo, le veo tanto a nivel de motivación como
físico preparado de sobra para reincorporarse", asegura convencido Carracedo.
También ha ayudado este parón a jugadores como Mikel Rico y Mosquera,
dos de los más veteranos y con casi todos los partidos en sus piernas. "Con
ellos hemos planteado, aparte de mantener la forma o para compensar ciertos aspectos
que pudieran mejorar, que les sirva de descanso y para quitarse impacto a las
piernas, para liberarse mentalmente y que estén para lo que se les pida
y como han estado hasta ahora, que la verdad están cumpliendo de maravilla",
señala el readaptador.
Cuando la normalidad se vuelva a instalar, y teniendo en cuenta que habrá
que jugar partidos cada 72 horas y a elevadas temperaturas, Jordi Carracedo
confía que impere el sentido común al fijar los horarios. "Entiendo
que las televisiones mandan, pero se tendrá que jugar lo más tarde posible.
El descanso mínimo es que se juegue cada tres días para tener una recuperación
y nosotros funcionar a nivel preventivo y de recuperación de los jugadores
al cien por cien, con todos los medios que tengamos y el tiempo que haga falta.
La capacidad de recuperar entre esfuerzos es lo que puede marcar diferencias".
Asiente cuando se le pregunta sobre el mayor riesgo de lesiones. "Desde
luego. Calor, deshidratación, muchos esfuerzos seguidos, muchos partidos juntos
y el posible playoff también es una posibilidad que debemos tener contemplada
todos. Con todo esto se pone en valor el esfuerzo del colectivo, que tanto los
jugadores como el cuerpo técnico se ponen a disposición de la competición".
Considera, no obstante, que el Huesca tiene plantilla suficiente para afrontar
el reto. "Es una de las cosas que tranquilizan, saber que tenemos una plantilla
super completa, jugadores de mucho nivel y que van a estar todos motivados y disponibles
para afrontar la situación que sea".
Un Huesca del que no se esperan sorpresas negativas. "Al final los equipos
somos lo que somos. Pueden cambiar matices pero yo creo que nosotros tenemos una
identidad bastante marcada y que nos está dando buenos resultados, que nos
mantiene en una zona muy buena en la clasificación y no creo que veamos a un
Huesca muy diferente a lo que hemos visto hasta ahora".
Para ello todo el cuerpo técnico está volcado, no solo en el cuidado
del nivel físico sino también Míchel y sus asistentes trabajando
aspectos tácticos por medio de videos con los jugadores para analizar conceptos
de lo que han hecho y de lo que se pretende que hagan.
Una labor a la que se suman la nutricionista, la doctora Anna Carceller, y el
cocinero Samu Allué, para que los jugadores sigan la dieta marcada, con
plena confianza en que la flecha de la báscula irá en la dirección
apropiada para cada jugador.
|