Los hermanos Patricia, Tomás y Lucía Serena han apostado por continuar con los negocios turísticos que iniciaron sus padres en torno a 1990 en la sierra de Guara, donde se han asentado, aunque Patricia admite que es difícil
ELENA PUÉRTOLAS 27/06/2020
HUESCA.- Una vez que se llega a la plaza Os Estalentaus ahí se acaba
o empieza todo, según se mire. Sí, no hay otra que se llame igual, solo
puede ser Rodellar. Ya no hay carretera más allá, pero da igual, se encuentra
ya dentro del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, el único
protegido en Aragón que tiene pueblos en su interior. Ante los ojos del
visitante se despliega un paisaje de excepcional belleza que esconde entre
sus cañones y en sus rutas de escalada muchas opciones para gozar. Ahí
es donde comienza todo. Y en esa "reserva" hay vecinos.
Ahí es donde empezaron de cero los primeros franceses que vieron el potencial
turístico de la zona y donde Pepe Serena, de Barbastro, mirando a su alrededor
entre lance y lance con la caña de pescar, se decidió a montar un camping
en torno a 1990, cuando se creó el Parque Natural, precisamente porque
se percató de que cada vez llegaban más turistas de Francia. Hasta entonces,
tenía un almacén de material de construcción en la ciudad del Vero.
Y su mujer, Fina Cortés, y el resto de su familia le siguieron.
Ahora tres generaciones residen en esta localidad de menos de 40 habitantes.
Pero "es muy difícil vivir aquí, porque la gente se asienta en función
de la demanda de trabajadores de los establecimientos. Para lo bueno y para lo
malo, estamos aislados", dice su hija Patricia, que hace diez años
dejó Barcelona para fijar su residencia en Rodellar, donde cría a su hijo
de 6 años, Pau. "Encontrar vivienda es muy complicado y los servicios
son muy limitados. Tenemos internet desde hace unos años pero a veces no
funciona. Son los problemas de la España vacía", indica. "La
carretera es mala y también eso tiene encanto porque cuesta llegar. Ahora con
la tranquilidad ves ginetas u otros animales...", resalta. Esta primavera, además,
luce espectacular.
Son cuatro hermanos y, además de ella, también se han quedado en el
pueblo para impulsar sus proyectos turísticos Lucía y Tomás.
Ninguno estudió ni se dedicaba al turismo, dice Patricia, que antes trabajaba
en el sector de la publicidad. "Hemos sido todos autodidactas", indica.
"Veíamos que cada vez había más demanda y hace 10 años
los tres hermanos decidimos hacer un aparthotel", comenta.
Rodellar llegó a quedarse prácticamente deshabitado y fue la actividad
turística en torno a los barrancos de Guara la que recuperó parte de la
población. Nunca llegó a irse la familia de Florentino Moncasi, que mantuvo
el único bar abierto durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX.
Y ahí sigue.
A ellos se han sumado muchos otros emprendedores que poco a poco han echado raíces,
como una pareja que montó una empresa de aventura. Ya llevan unos años,
sus hijos han nacido allí y van a la escuela de Bierge con el hijo de Patricia
y la hija de una trabajadora de la familia Serena.
Ahora, hay 43 empadronados, según el Instituto Nacional de Estadística
(INE), frente a los 25 con los que inició el siglo, y aunque hace pocos años
superaban los 50, esa progresión se echa en falta en muchos otros pueblos.
Pasan de 40 habitantes en invierno a 3.000 en verano. Y este año, aunque
la pandemia ha condicionado el arranque de la campaña de barrancos, se prevé
una buena temporada estival, aunque todo dependerá de cómo evolucionen
los brotes que han surgido en el sur de la zona oriental de la provincia. "Estas
dos últimas semanas han aumentado mucho las reservas, desde que se anunció
que Francia podía viajar", indica. Sin embargo, "hoy -por este martes-
llamaban para cancelar", comentaba en alusión a la repercusión
que el retroceso
del Bajo Cinca, La Litera y Cinca Medio a la fase 2 había tenido.
DESDE JAPÓN O AMÉRICA PARA ESCALAR
Pero no solo llegan de Francia, sino que cada año reciben a más japoneses
o americanos, por ejemplo. "Además del barranquismo, es una zona famosa
de escalada, cualquier escalador conoce Rodellar. Pero también llega cada vez
más gente por el senderismo, la BTT y el paisaje", indica. Ofrece badinas,
zonas encañonadas... es "una zona privilegiada".
No obstante, sus establecimientos lucen ya el distintivo "Hostelería Segura",
impulsado por la Confederación de Hostelería de España y la Confederación
de Hoteles y Alojamientos de España, que gestiona la Asociación Provincial
de Hostelería y Turismo. "En primer lugar, para saber cómo hacerlo
y porque tienes que dar unas garantías. Aquí no entra nadie sin mascarilla
y se mantienen las distancias de seguridad", indica Patricia Serena. De
hecho, resalta como una ventaja que en un apartamento o en un bungaló, no es
necesario relacionarse con nadie y, con las posibilidades que ofrece Guara, "puedes
hacer una excursión y no encontrarte a ninguna persona por el camino".
En este sentido, se plantea que en los meses de julio y agosto, cuando crece la
afluencia, se tendrá que aumentar la distancia entre grupos en los barrancos.
¿Y dónde se meten 3.000 turistas? La familia Serena comenzó con el
camping "El puente", donde ofrecen 90 parcelas y 20 bungalós, pero
además hace diez años apostó por construir el Aparthotel "Valle
de Rodellar" con 32 apartamentos, dos ocupados por la familia, y el resto
para alquilar. Al mismo tiempo, Tomás Serena es escalador y trabaja con su
mujer Julieta Montoya, guía de barrancos y escalada, en la empresa Rodellar
Aventura. Cuentan con una plantilla de 10 personas en la época baja, mientras
que en los meses de julio y agosto llegan a ser 40. En todos sus establecimientos,
tienen bar, restaurante y tienda, ya que no hay en la localidad. Pero en Rodellar
hay otro camping, un refugio y dos empresas más de aventura. "Todo el mundo
vive del turismo", asegura. Y, además, "es dificilísimo vivir
aquí porque no hay casas a la venta", indica. Sus trabajadores se
alojan en el camping y, a veces, en los apartamentos. Con todo, no hacen un llamamiento
a que llegue más gente como en otros lugares, ya que es parte de su encanto.
Y si se sucede: imprescindible llegar con talento, y ahora con las medidas
extra de prevención frente a la covid-19, porque la belleza del entorno puede
hacer perder el sentido. Si ha entendido la palabra "estalentaus" (sin talento),
es posible que no sea de muy lejos pero, no crean, que japoneses, americanos o australianos
son cada vez más habituales y están muy familiarizados con Guara.
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