Andrés Sesé, de 26 años, salió a estudiar pero tenía claro que quería volver
ELENA PUÉRTOLAS 01/08/2020
Andrés Sesé, de 26 años, ha estado tres meses con el confinamiento
sin salir de su pueblo, Santa Maura, en Valle de Bardají. "Y podría
haber aguantado más", dice. No le importaría que el valle, con
40 habitantes repartidos en cinco núcleos, tuviera más vecinos. A
este paso, dice, no tendrá con quién irse a echar una cerveza, pero no
será eso, ni nada, lo que lo expulse de allí.
Santa Maura con en torno a una decena de habitantes mantiene abiertas sus tres casas
de origen. La apuesta de Andrés ha sido continuar con la tradición
familiar de la explotación de ovejas -de raza Xisqueta- y se ve viviendo
allí. A su novia Marina Torres, de Barbastro, cree tenerla convencida. Además,
está a apenas 2,5 kilómetros de Campo. "El planteamiento es seguir
en Santa Maura, que en Campo se va el sol muy pronto. En invierno, aquí hay
casi una hora y media más de sol", comenta.
Sus vecinos de la casa de al lado ya se han jubilado y han dejado la actividad
ganadera. La explotación del otro vecino, Gerardo Larramona, por ahora
no parece que vaya a tener continuidad, dice. Así que en unos años es
posible que se quede solo como ganadero, igual que José María Raso
en Aguascaldas, detalla. Se antoja que pueden llegar a ser algo así como
los "condes" de Valle de Bardají. "¿Los condes o los desgraciados?
Eso nunca se sabe", responde. En cualquier caso es su elección, porque
bajó a Huesca a estudiar FP de Mecánica y después continuó
con la rama Agraria con la idea de volver.
Al menos, tiene la suerte de contar con una "solera" familiar. "Empezar
de cero es imposible. Dicen que te dan muchas ayudas pero si no tienes base de
atrás, no te pongas", indica. Y cuenta que hay un chico que comenzó
de cero en un pueblo cercano "y va con el agua al cuello porque ha tenido que
comprar ovejas, alquilar la nave...". En su caso, aunque levantó una
nueva instalación tenía el apoyo de su padre, que entre los dos suman
1.000 ovejas. "Lo peor es el pastoreo, porque hay que sacarlas todos los
días y los precios tampoco acompañan, por lo que no te puedes permitir
tener a un empleado para tener fiesta", indica.
Ve difícil que alguien se pueda instalar porque "sin ganadería es
difícil quedarse. No hay industria ni nada y el turismo no es como en zonas
como Jaca", indica. Y habla por experiencia porque en su casa tienen
dos apartamentos de turismo rural. " Es una pequeña ayuda, pero no
puedes vivir de ello", señala .
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