El profesor José Luis Jiménez advierte de que son abrumadoras las evidencias de la transmisión por el aire
HUESCA.- Lavarse las manos, llevar mascarilla (bien ajustada a la cara para
evitar huecos de circulación del aire) y mantener la distancia interpersonal
son el trío de recomendaciones básicas para evitar los contagios.
Pero en interiores no son por sí solas suficientes: es imprescindible
una correcta ventilación o bien el uso de purificadores o filtros de aire,
subraya el profesor de la Universidad de Colorado José Luis Jiménez. Este
investigador es uno de los mayores expertos mundiales en aerosoles y se ha
convertido, en un grupo de científicos, en punta de lanza de un cambio de mentalidad
sobre el modo de contagio del covid. "Son abrumadoras las evidencias de que
el virus se contagia más por aerosoles que directamente por gotas, de que
los aerosoles son la principal vía de contagio", afirma José Luis
Jiménez, quien este martes ofreció una rueda de prensa a medios aragoneses
auspiciada por la Universidad de Zaragoza, en la que se formó inicialmente.
Los aerosoles están conformados, en este ámbito de pandemia y contagios,
por el aire exhalado por el organismo. En el caso de las personas covid positivo,
contiene virus. Advierte Jiménez de que los estudios multidisciplinares disponibles
indican que el virus expelido en la respiración por una persona infectada no
se produce ni en todo momento ni siempre con la misma carga, pero supone un riesgo
evidente de contagios, incluso masivos, en espacios cerrados. También si
se guardan las distancias y se llevan mascarillas, medidas imprescindibles en todo
caso. El contagio puede ocurrir si se comparte el lugar durante mucho tiempo
y más si se habla, se grita o se canta.
José Luis Jiménez utiliza el símil del comportamiento del humo para
visibilizar el efecto de los aerosoles: el aire respirado se va acumulando y
en el caso de no llevar las mascarillas bien ajustadas, puede incluso filtrarse
por los huecos.
A título de ejemplo, señala que se ha comprobado que no se producen
contagios en cines o bibliotecas, donde se permanece en silencio, si además
tienen una buena ventilación.
Las soluciones pasan por instalar filtros o purificadores de aire. Y si no
se puede asumir el coste o no se estima conveniente su uso, ventilar adecuadamente.
Y la correcta renovación del aire de forma natural -advierte- no significa
mantener cerrado el recinto y abrir ventanas cinco minutos cada hora, sino que se
requiere una ventilación permanente con un flujo suficiente.
El control de aforos mediante medidores de dióxido de carbono es otra
medida recomendable. Estos aparatos miden las partículas de este gas en el
ambiente, de modo que puede conocerse la cantidad de aire que ha sido respirado
por las personas según el nivel de CO2 en un recinto.
Mediante este sistema, podría reducirse el acceso a un local en el momento
en el que se sobrepasaran los umbrales máximos permitidos, entre 500 y
700 partes por millón como recomendación general. Superadas estas cifras,
habría que proceder a reducir aforo o a ventilar para evitar contagios. 800
partes de dióxido de carbono por millón supone que el uno por ciento del
aire en un recinto ya ha sido respirado por el organismo humano.
José Luis Jiménez utiliza el concepto de "capas de protección"
para explicar la necesidad de acumular medidas que impidan los contagios.
Estas capas de comportamiento que se superponen son: lavarse las manos, llevar la
mascarilla correctamente (ajustada a la cara también), mantener la distancia,
procurar hacer las máximas actividades al aire libre y si hay que permanecer
en interiores, la correcta ventilación.
Junto a ellas, sitúa la realización de un número suficiente de
pruebas PCR y rastreo de contactos eficiente y guardar los aislamientos cuando
se da positivo.
Obviamente, dado que el virus se traslada en las personas, cuanto menos movilidad
y contactos se produzcan, menor es el riesgo. Pero en este punto, señala
que medidas drásticas como los confinamientos generalizados pueden producir
hartazgo de modo que apuesta por medidas "inteligentes" que resulten verdaderamente
eficaces. Por ejemplo, insiste en esta línea en la necesidad de garantizar
la renovación del aire de manera permanente en los colegios, aunque
este martes advertía de que en la situación de España, lo más
adecuado sería las clases por medios telemáticos.
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