El psiquiatra Javier Olivera y la psicóloga Bárbara Morer advierten de los daños colaterales
O. ISARRE/M. SISTAC 03/11/2020
HUESCA.- El impacto sanitario de la covid va mucho más allá de
los 195 fallecidos, las personas que la han superado pero sufren graves secuelas
y los muy numerosos pacientes de otras patologías a los que se les ha pospuesto
la operación o han visto reducida la calidad asistencial.
La pandemia de coronavirus también está suponiendo un golpe muy duro
en salud mental, sobre todo en el primer confinamiento y ahora, con una segunda
ola acelerada, por la incertidumbre en el futuro sobre una situación que se
va a prolongar bastantes más meses de lo que se creía.
El efecto en la salud mental se está dando tanto entre quienes ya recibían
atención médica por estos trastornos como entre la población general,
en la que han aumentado los casos de ansiedad, estrés y depresión no
solo por la situación sanitaria sino también por sus efectos -paro, pérdida
de poder adquisitivo, miedo a que el ERTE sea antesala del desempleo-, según
señalan Javier Olivera y Bárbara Morer, psiquiatra y psicóloga
en el Hospital Universitario San Jorge.
Mención aparte merecen los sanitarios, que no han tenido un segundo de tregua
desde marzo y encaran esta segunda ola "realmente cansados, agotados
y viendo como la sobrecarga de trabajo también es mayor". Para ellos y
para los familiares de los contagiados o fallecidos por covid, muchos de los cuales
no se pudieron despedir en condiciones de sus seres queridos,
se volverá a poner en marcha el programa especial de atención psicológica
que ya hubo en primavera.
Morer señala que la situación que estamos viviendo debido a la pandemia,
tanto en los meses anteriores con el confinamiento domiciliario como la incertidumbre
actual, está causando un gran impacto en la salud mental de los ciudadanos.
"Son las personas más vulnerables quienes más afectada han visto su
salud mental, pero está perjudicando tanto a las personas más frágiles
a nivel psicológico como a las personas más vulnerables socialmente",
explica la psicóloga en la Unidad de Salud Mental del San Jorge.
"Hay pacientes que han soportado altos niveles de estrés en esta
época, y que además, se han quedado sin apoyos fundamentales para su
estabilización", indica Morer, quien explica que el aislamiento y la
incertidumbre en el ámbito profesional y económico son factores que pueden
afectar directamente a la salud mental y hacer que empeoren los cuadros clínicos.
Afirma Morer que está situación está agravando los síntomas
de estrés, depresión y ansiedad, así como problemas de consumo
de sustancias y de alcohol. Así mismo, hay personas que no tenían
antecedentes previos de problemas psicológicos y ahora han tenido que acudir
a profesionales.
En la misma línea, Olivera declara que el incremento de estrés, ansiedad
e incluso en los casos más graves depresión es "una reacción
un poco lógica" a la situación causada por la pandemia y todas
sus derivadas (laboral o aislamiento). Resalta que el aumento de estos trastornos
también se explica porque este estado "se ha mantenido mucho tiempo".
Además, el cómo se responde a esta situación "depende de cada
personalidad. Las personalidades más sensibles son más vulnerables
a la ansiedad o la depresión".
EL PANORAMA LABORAL DESENCADENA TRASTORNOS
Añade Olivera otro factor que está detrás del aumento de muchos de
estos trastornos, que no es otro que la situación económica y social
derivada de "las medidas que se han debido tomar" para intentar mitigar
la pandemia. "Muchos (de los pacientes actuales) se dedican a trabajos que han
reducido la actividad, como la hostelería, y presentan más cuadros adaptativos,
que son secundarios del desencadenante, que no es más que la pérdida
laboral o de poder adquisitivo y sin saber cuándo habrá una solución
de futuro".
En definitiva, "hay mucha afectación no solo por el coronavirus y el temor
a él, que también, sino muchos problemas que se asocian" a los efectos
de las medidas contra la pandemia. Todo ello deja un panorama global en el que hay
"sobre todo ansiedad y también depresión. Ahora hay incertidumbre,
tristeza y tensión". Y previene que, dada la evolución del
coronavirus, "debemos estar preparados para más incertidumbre".
QUIENES YA TENÍAN TRASTORNOS SUFREN MÁS
Olivera matiza que las declaraciones anteriores se refieren a la población
general para a renglón seguido aseverar que un golpe todavía mayor se
lo están llevando las personas que ya antes de la pandemia tenían trastornos
mentales. "En estos momentos, la clínica empeora y hay más recaídas
en depresión y más cuadros de ansiedad".
Pero son las personas con trastornos mentales graves (esquizofrenia o bipolaridad)
quienes peor lo están pasando, porque el coronavirus, "además
de poderles afectar (contagiarse), también ha modificado mucho su vida".
El psiquiatra se remonta al confinamiento de primavera y a "la pérdida
de relaciones" que todos sufrimos, pero que a ellos "les afecta mucho más".
"Se quedaron sin centro de día, sin talleres ocupacionales, sin actividades
lúdicas... Tienden más al aislamiento y todo eso lo favoreció".
LA ATENCIÓN TELEFÓNICA EMPEORA LA ASISTENCIA
La covid también supuso un cambio en la atención médica, que pasó
de ser presencial a, en su inmensa mayoría, telefónica. Y en áreas
como la salud mental esto tiene un impacto mucho más hondo que en otras dolencias.
Morer explica que muchos pacientes opinan que no sienten que sea la misma atención,
ya que el "cara a cara" es muy importante para este tipo de consultas,
además de que en el trabajo psíquico y psiquiátrico es muy importante
el vínculo entre profesional y paciente, el cual se consigue gracias a la presencialidad
y al encuadre especial de la consulta. La escucha, la mirada o el sentimiento de
acompañar son matices importantes que se pierden con las consultas telefónicas.
Olivera apunta otra consecuencia de este cambio en la atención: "Muchos
pacientes han acudido a Urgencias y también han subido mucho las citas
de pacientes por algo que no saben explicar, que no saben qué es, pero están
afectados por la situación y las noticias".
Además, debido a la covid-19, se han limitado las actividades terapéuticas
grupales de las personas con trastornos mentales, así como las visitas
familiares y los permisos.
Actualmente, manifiesta Morer, estos pacientes no pueden salir del hospital y "para
ellos, es muy importante que los pacientes, en la medida que mejoran, tengan
alguna salida al exterior", expresa la psicóloga, ya que lo contrario
repercute en su evolución clínica, debido a que desde el momento en el
que ingresan y hasta que reciben el alta, no pueden salir del hospital.
En este sentido, aconseja a toda la población asumir esta nueva realidad,
"algo que no siempre es fácil, pero tenemos que concienciarnos de que esta
situación se puede alargar en el tiempo", eso sí, "hay que confiar
en que se recuperará la vida anterior", añade la psicóloga.
También considera de gran importancia realizar actividades que nos generen
bienestar, incluir las relaciones sociales en la medida que sea posible, físicas
o telemáticas, así como cuidarse y atender a las necesidades de uno
mismo, y por supuesto, solicitar ayuda si es necesario, ya que "los problemas
psicológicos pueden tratarse y con la adecuada atención de un profesional
se puede aliviar el sufrimiento psíquico", añade.
De igual manera, Olivera afirma que "es importante no perder la esperanza.
Eso es básico". Reconoce que la gran incertidumbre actual "genera
miedo", pero también recalca que "las situaciones son transitorias":
"Incluso las guerras han terminado y nuestros antepasados tuvieron tres años
de guerra civil".
Y de cara a un posible confinamiento domiciliario, recomienda encarecidamente no
perder los lazos familiares y de amistades, valiéndose de las nuevas tecnologías
para mantener contactos "diarios".
En el aspecto del ocio, aconseja planificarlo, con tiempo para diversos hobbies
y también para ejercicio físico. "Será muy importante no
desesperarse y planificar el tiempo con hobbies y con contactos con el exterior",
resume sus consejos para un hipotético segundo cierre.
Y para ese posible confinamiento, pero también para ahora y cualquier momento,
Olivera pide evitar en el "exceso de información". "La información
es muy adictiva, pero saber el número de contagios y de muertos cada hora no
aporta nada. Es suficiente con saber que el virus se extiende.
Está bien saber la visión global, pero no las cifras diarias".
El psiquiatra advierte de que hay personas que "llegan a obsesionarse" con
estos datos, lo cual es muy negativo para la salud mental. También pide huir
de medios "sensacionalistas" y en especial de la información en
redes sociales, "que muchas veces no tiene seriedad". En ese equilibrio
para estar informado pero sin caer en el exceso, apuesta por "los medios
de confianza, fiables y serios".
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