La Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos repasa la evolución de su representación más famosa en Ibercaja.
HUESCA.- El espectáculo La Pasión cumple 70 años de vida en
Huesca, aunque no siempre se llamó así. Ven y sígueme y Divino sacrificio
fueron sus primeras denominaciones, como pudieron comprobar ayer los más de
cien oscenses que acudieron a la inauguración la exposición Historia de
una pasión en el Centro Cultural Ibercaja.
La muestra hace un extenso recorrido por la evolución del montaje, que incluye
fotografías, decorados antiguos de gran calidad, otros realizados en el taller
de Julio Luzán que se utilizan actualmente, escenografía de tramoya baja,
detalles de vestuarios, sandalias o una recreación de una escena de Poncio
Pilatos.
"Es un resumen de la pasión que sentimos organizando esta obra. Derrochamos
un montón de horas para que todo salga bien y ya son cuatro o cinco generaciones
de oscenses las que la han llevado a cabo", informó ayer a este medio Jesús
Botaya, miembro de la comisión de organización del espectáculo y
vocal de la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos, organizadora de la exposición.
Una de las cosas que más llamó la atención del público fue un
rincón que traslada hasta el Palacio de Villahermosa el camerino en el que
se viste, se maquilla y se concentra el actor que interpreta a Jesús.
La evolución de la tecnología también ha producido varios cambios
y mejoras en la función, que se plasman en forma de recreaciones en esta muestra.
"En los años 60, la escena de la flagelación se realizaba con un tubo
de estufa y una bombilla de tractor, algo que nos parecía interesante exhibir",
dijo Botaya antes de afirmar que en la actualidad "las técnicas teatrales
han cambiado mucho y La Pasión se ha modernizado tanto que está a la altura
de cualquier espectáculo teatral que se pueda ver en una gran capital".
En el bonito y emotivo acto de ayer intervinieron, entre otros, Josan Montull, director
del Colegio Salesiano, y Antonio Sanclemente, concejal de Relaciones Institucionales
del Ayuntamiento de Huesca, que, junto a otros ediles y el público en general
se llevaron una sorpresa mayúscula cuando se hizo una pequeña representación
de la obra en los pasillos del centro.
Después, los asistentes disfrutaron de una merienda y se adentraron poco a
poco en una exposición que pone de manifiesto la importancia de La Pasión,
"que es de los Salesianos de Huesca y de Huesca en general, porque siempre se
vive con intensidad, sobre todo el Domingo de Ramos, y eso había que agradecerlo",
enfatizó Jesús Botaya.
Historia de una pasión se clausurará el 24 de febrero, después de
que decenas de oscenses hayan descubierto todos los detalles de la famosa obra.
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