La inauguración de Aspace Village, como se ha denominado el parque de juego de Aspace Huesca, estuvo impregnada de una alegría especial, acompaña por un tiempo soleado idóneo para probar todos ingenios que la familia Luzán había volcado sobre un espacio idílico para todos, y singularmente para los usuarios y para los profesionales de la asociación que disponen de un escenario para el esparcimiento, para la pedagogía, para la actividad física y para acoger a los niños y no tan niños de la ciudad con una vocación eminentemente aperturista.
Diario del Altoaragón 07/06/2017
No era precisa ayer pieza musical alguna para apreciar en el ambiente una sinfonía
social que linda la perfección. Por un lado, la ciudadanía, generosa en
el esfuerzo atlético y económico en la cuarta Marcha. Por otro, las administraciones
en su deber ético de contribuir a una causa marcada, además de por la
extraordinaria labor, por su admirable optimización de los recursos que exprimen
hasta la última gota. En otro plano, las empresas que han colaborado con la
propia Marcha y, muy especialmente, por las que han aportado su experiencia, su
talento, sus medios y su grandeza al parque capitaneados por Tecmolde de Julio Luzán
y sus hijas. Percibir la grandeza de la pancarta que refleja los nombres de toda
la iniciativa empresarial resulta francamente reconfortante. Y, por supuesto, lo
justo en la prevalencia evangélica de que los últimos serán los primeros
es terminar con la gran familia de Aspace Huesca, con sus voluntarios y, sobre todo,
con esos profesionales que mejoran el día a día de los usuarios sin escatimar
un ápice de esfuerzo y de iniciativa. Una sonrisa recorrió ayer durante
horas Aspace Village, con un tono cálido, sensible y entrañable. Porque
ayer, entre todos, dimos un gran abrazo a la vida y al amor. Suenan las risas...
|