Organizaciones de municipios #ContraLaDespoblación urgen medidas específicas para atender las singularidades del medio rural
El grito es unánime. Desesperado, en ocasiones. Los municipios de montaña
han sido los primeros en pedir ayuda pero también en proponer soluciones #ContraLaDespoblación.
Su eco, aún demasiado sordo, se extiende por toda España, por la labor
de organizaciones que entienden que a pesar de la majestuosidad de las montañas
sus problemas son invisibles. El presidente de la Asociación Española
de Municipios de Montaña (esMontañas), Francesc Boya, apunta esta última
idea que refleja una realidad para que le piden "un pacto de Estado" con
un estatuto específico para atender las singularidades del territorio.
Con todo, el problema excede los valles recónditos. La Federación Española
de Municipios y Provincias (Femp) en su informe "Población y despoblación
en España 2016" revela que la mitad de los municipios españoles se
encuentran ya en riesgo de extinción. En 14 provincias españolas, más
del 80 % de todos sus municipios no pasan de 1.000 habitantes. Huesca es una de
ellas con el 86,6 %.
En esta situación, la Femp considera que "la regresión demográfica
se ha convertido en un problema de Estado", especialmente en el medio rural,
y como tal ha de responderse, lo que conlleva la implicación de todas las administraciones
públicas en todos sus frentes de acción. Por ello, ha creado una comisión
y ha elaborado una lista de medidas para luchar contra la despoblación. También
la Asociación esMontañas ha editado una "Guía para la gobernanza
de las montañas", que puede servir de manual de buenas prácticas,
con estrategias para asentar o atraer población y medidas para actuar en ámbitos
como la innovación. Este documento se presentará previsiblemente este
mes en el Senado.
"esMontañas" nace en octubre de 2013 para "dar voz y conectar a
territorios que sufren despoblación". Hoy agrupa a más de 300 ayuntamientos
y cinco diputaciones, entre las que se encuentra la de Huesca. Surge de exportar
la experiencia de la Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés
(Adelpa), comenta el secretario de "esMontañas", miembro de la Ejecutiva
de Adelpa y alcalde de Bonansa, Marcel Iglesias. Esta última se creó en
1996 para defender intereses comunes, especialmente en política hidráulica.
Hoy, reúne 108 municipios y las cuatro comarcas del Pirineo.
Con todo, se ha convertido en un referente en la defensa de la vida en el Pirineo,
para conseguir su desarrollo desde el ámbito social, cultural, científico,
económico, medioambiental... Además de reclamar el reparto y la reinversión
de parte de los beneficios de las centrales hidroeléctricas en el territorio
donde se generan, piden ayudas para el mantenimiento de la ganadería extensiva
y la agricultura de montaña.
En la montaña cuesta más tener servicios sanitarios o educativos o arreglar
una calle, por ejemplo. "Nadie se da cuenta de que es más difícil,
especialmente en tiempos de crisis, estudiar una carrera o acceder a determinadas
consultas médicas", apunta Boya. Por ello, piden un "estatuto específico"
para municipios de menos de 5.000 habitantes y medidas fiscales que compensen la
dificultad, destaca Iglesias. De hecho, ambos recuerdan que el artículo 130.2
de la Constitución dice que los poderes públicos atenderán el desarrollo
de todos los sectores económicos con el fin de equiparar el nivel de vida de
todos los españoles y "con el mismo fin se dispensará un tratamiento
especial a las zonas de montaña". "Tendría que existir un pacto
de Estado para lograr la justicia territorial", indica Bayo.
Además, van a trabajar en recopilar lo que llaman "Smart mountain",
expedientes ejemplarizantes de zonas de montaña que puedan replicarse. Como
ejemplo, citó la Zona Zero de Aínsa, un centro de BTT que surgió
a partir de la limpieza y señalización de los caminos que unían pueblos
del Sobrarbe por parte de un grupo de empresarios aficionados al enduro.
Es el momento de pasar a la acción y de que las administraciones públicas
ejecuten todas esas medidas, aseguran tanto Iglesias como Boya. Su grito se escuchará
en el Senado.
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