La Casa de los Títeres de Abizanda o un nuevo proyecto para las artes escénicas en Fiscal atraen público y dinamizan el medio rural
Érase una vez unos titiriteros que desde Binéfar habían recorrido más de cuarenta países y conocido miles de escenarios, y después de ver tanto y tanto... quedaron fascinados con Abizanda y echaron raíces. Ni Nueva York ni Madrid. El medio rural presenta un gran escenario para la creación, donde germina la fantasía y se convierte en puro teatro.
ELENA PUÉRTOLAS 17/02/2018
Estas historias nacidas entre casas de piedra y atalayas medievales echan a volar
después por el mundo adelante cuando se abre la maleta de los Titiriteros o
la de una compañía como la madrileña Ferro Teatro, que se ha asentado
en Fiscal. Este último proyecto de creación de una residencia de artistas,
Casa Talentum, ha comenzado a desarrollarse con el uso de una ermita desacralizada.
Empieza la función en el gallinero o en la era. Pero, ojo, que las entradas
se agotan (y los hospedajes también).
¿Cómo es que estáis en Binéfar o en Abizanda Ya no sabe cuántas
veces ha escuchado esta pregunta Pilar Amorós, creadora con Paco Paricio de
los Titiriteros de Binéfar, Premio Nacional de Teatro. "Nosotros somos
militantes del medio rural porque bebemos de la tradición de lo popular y nos
encantar ir con esa cultura por el mundo, porque el folclore tiene esa grandeza,
que funciona en todos los sitios", argumenta. Con todo, "es complicado estar
en el medio rural y hay que trabajar mucho", apostilla. Hasta el Bandido Cucaracha,
nacido en Alcubierre en el siglo XIX, que robaba a los ricos para dárselo a
los pobres, se ha hecho internacional. Abizanda también.
De vuelta a casa, en Abizanda han creado "un nuevo público que planea sus
vacaciones en Sobrarbe para caminar por la montaña o ir en bici y se acercan
al teatro". El eco que resuena entre las montañas atrae a un turismo nuevo
que ocupa casas rurales y acude a restaurantes, pero también "crea servicios
para la población". Todos los puentes y en vacaciones se ofrece una programación
especial con sus espectáculos y los de compañías de primer nivel.
Existe espacio para vivir del teatro en el medio rural.
Simona sale a recibir a los espectadores en Abizanda. Es el personaje en homenaje
a la señora, un tanto estrafalaria, que un día habitó Casa Simona,
donde hoy se levanta el teatro de la Casa de los Títeres. Pero todos ellos
duermen en el inmueble de al lado, en Casa Lecina, donde esperan las manos de los
espectadores para que les den vida. El último espacio rehabilitado, como residencia
artística, es Casa Maza, declarado BIC porque contiene una torre del siglo
XI. Las compañías se alojan allí para concentrarse y preparar sus
espectáculos e incluso presentarlos en un formato más informal , comenta
Pilar Amorós. Allí se representan obras para adultos y para primera infancia
con cojines en el suelo. Además, cuentan con la era, donde los niños se
encuentran con los titiriteros y sirve de fin de fiesta. Hasta allí se acercan
los vecinos del pueblo, a los que invitan en ocasiones especiales, y entre cabezudos
rememoran las tareas agrícolas que un día hubo.
El viaje hasta Abizanda es parte de la experiencia que empieza nada más aparcar
a la entrada del pueblo. Después, los vecinos sirven de guías improvisados
para orientar al visitante hacia su destino. "Con las personas mayores, que
están de recepcionistas, estamos enamorados los unos de los otros. Es un proyecto
nuestro y del pueblo", comenta Amorós. La actividad le da vida también
al bar del pueblo y a los cámpines próximos. Y a Pepe, un vecino del pueblo,
los espectadores le compran miel.
CASA TALENTUM EN ABIZANDA
Cerca de allí, en Fiscal, han llegado a debutar en la interpretación vecinos
de Sobrarbe que nunca lo imaginaron. La creación de un grupo aficionado es
parte de un proyecto mucho más ambicioso de Cristina Zambrano, miembro de la
Real Academia de Artes Escénicas de España y directora de la compañía
madrileña Ferro Teatro, que un día soñó con un escenario en
el entorno de Ordesa. Este grupo de teatro lírico, ópera y zarzuela tanto
para niños como para adultos, nacido en 2004 en Torrejón de Ardoz, lleva
por toda España 18 espectáculos, en los que trabajan unas 30 personas.
"Como soy aficionada al ciclismo y a la montaña, venía por el valle
de Ordesa y me surgió la idea de comprar un terreno para hacer una instalación
"divertida" para colectivos de las artes escénicas, el deporte o la
infancia, porque tenemos una marcada labor con los niños", detalla. El
terreno de 1,5 hectáreas está muy próximo al casco urbano de Fiscal,
donde se levantará Casa Talentum, un edificio con 40 plazas de alojamiento
y aulas polivalentes, que se completará con pequeñas "casas de hobbit"
con cubierta vegetal para 20 personas más, y una carpa de circo que servirá
de teatro. Ahora, se están tramitando los permisos y se confía en que
sea una realidad en verano de 2019 tras invertir 300.000 euros.
Zambrana espera que sea un revulsivo en la zona, pero mientras tanto ya dinamiza
la vida cultural en Semana Santa y verano desde el teatro de La Ermita, un espacio
desacralizado, para donde planea un festival de teatro familiar para septiembre.
Cristina ya ha alquilado una casa en Fiscal y ha creado una extensión ("spin-off")
de su compañía desde noviembre. El alcalde, Manuel Larrosa, le tendió
la mano para desarrollar un proyecto que cuenta con el respaldo de la Comarca de
Sobrarbe, Diputación Provincial y el Gobierno de Aragón. "Fue tal
el apoyo, que fue elegido dentro de un Programa de Desarrollo Rural Sostenible del
Instituto Aragonés de Fomento en 2017, con el que hemos aprendido mucho",
indica. Al final, "mi idea es venirme a vivir aquí en quince años,
porque no voy a seguir muchos más dedicada al teatro como hasta ahora, porque
es duro", comenta. "Me siento tan a gusto aquí, que esta es mi casa",
añade. Y la de los sueños.
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