En el décimo aniversario de su fallecimiento, una semblanza de un adelantado a sus tiempos
JOSÉ MARÍA ASPIROZ 01/04/2018
José María Escriche Otal, 14 de septiembre de 1950- 29 de marzo de 2008,
Pepe Escriche para sus amigos y más allegados. Desde muy joven su actividad,
al margen de su puesto de trabajo en Obras Públicas, la dedicó a los oscenses
desde la Peña Zoiti, siempre fue un peñista, después desde el Ayuntamiento
como concejal por el PSOE y como asesor de cultura en la DPH en los últimos
años de su vida.
Desde el comienzo de su andadura vital, se había construido un modelo de Huesca,
sus esfuerzos los canalizó a un objetivo esencial, modernizar su ciudad natal,
en la que vivió siempre a pesar de que fue un viajero sempiterno. Sus periplos
le influyeron para hacer de Huesca una ciudad más dinámica y habitable,
con mejores servicios, incorporando aspectos novedosos, especialmente en el terreno
urbanístico, del deporte y la actividad física.
La gestión de la Peña Zoiti como presidente a partir de 1972 y hasta 1975
le sirvió de escuela de aprendizaje. Desde la Peña se emprendieron con
sus amigos-colaboradores un conjunto de actividades que se convertirían en
la quinta esencia del quehacer cultural y vital posteriores. Por su temple personal
supo integrar equipos que no le abandonaron nunca, de jóvenes oscenses como
él, que desde finales de la década de los sesenta y durante el tardofranquismo
y la transición a la democracia intentaron convertir sus inquietudes en realidades,
y en muchas ocasiones lo consiguieron, no sin esfuerzo y tesón. Además,
sabía negociar con quienes ejercían el poder local y de más altas
esferas en aquellos años rígidos pero que vislumbraban resquebrajamientos
y cambios. Conseguía fondos de las instituciones (de la Delegación de
Información y Turismo, del Consejo Superior de Deportes, del Ayuntamiento,
de la DPH, de la banca local…). Se trataba de hacer cultura de izquierdas con dinero
de las instituciones franquistas.
La Peña celebró Semanas Culturales: conferencias, cine, música y
exposiciones configuraban el "leit motiv" de las mismas. Buñuel se
convertía en el director cinematográfico preferido; Ubú rey (de Alfred
Jarry), Cruel Ubrich (de Els Joglars), el Teatro Estable de Zaragoza, el TEI, la
Tartana de Huesca…, fueron obras y grupos que se dieron a conocer en aquellos años;
los carteles anunciadores de las semanas se convirtieron por su calidad en un buen
reclamo de las mismas.
Por las Tardes de Vino Tinto, tardes veraniegas, desfilaron los cantautores aragoneses
del momento: José Antonio Labordeta, Tomás Bosque, la Bullonera, Ana Martín,
Joaquín Carbonell…
El Cineclub fue seña de identidad de la Peña, Pepe Escriche fue su director,
se trataba de seleccionar 15 o 16 películas por temporada, del cine de ensayo
más vanguardista, que fue visto por un número creciente de socios (de
150 a 1.000 entre 1970 y 1975). Del Cineclub surgió el Festival Internacional
de Films Cortos Ciudad de Huesca, que claro está se independizó de la
Peña Zoiti.
La actividad deportiva sería otro de los grandes objetivos de la Zoiti. El
atletismo, el cros y especialmente el memorial a Luis Alós, el fútbol,
el balonmano, el club tenis y sobre todo el baloncesto que tuvo como presidente
a José Antonio Ortas y como entrenador a Toño Riva, y que con la evolución
competitiva se convirtió en el Club Baloncesto Peñas Recreativas (embrión
del Magia-Huesca, que llegó a competir en la ACB), fueron las manifestaciones
deportivas de la Peña.
Escriche fue el alma del Festival Internacional del Films Cortos. Con esta denominación
figuró desde 1973 hasta 1987. El corto pasaría por una etapa de languidez
y para dar continuidad al certamen se reconvirtió en ese año en Festival
de Cine Ciudad de Huesca, manteniendo el corto como seña de identidad de la
ciudad. Los contactos con otros de carácter nacional e internacional: Valladolid,
San Sebastián, Alcalá de Henares, Festival Iberoamericano de Huelva, Cracovia,
Oberhausen (Alemania), Clermont- Ferrand, Tours, Berlín, La Habana, Cartagena
de Indias, Morelia (México)…, lo prestigiaron mucho. Los frecuentes viajes
de la directiva a Polonia, Alemania, Checoslovaquia, Tampere (Finlandia), Canadá,
Colombia, Cuba…, redundaron en beneficio del festival introduciendo monográficos
del mejor cine de esos países en sucesivas ediciones.
Fundamental fue el apoyo de Fernando Moreno Viñuales, oscense afincado en Madrid,
directivo y después presidente de la Federación Española de Cineclubs,
pues introdujo el festival oscense en la capital de España, donde era una autoridad.
Por Huesca desfilaron una pléyade de directores de cine, productores, distribuidores,
actores y actrices, que dieron lustre a esta ciudad. Pepe Escriche dirigió,
hasta 2007, 35 ediciones en las dos versiones ya comentadas. Con mucho esfuerzo
se logró que desfilaran, entre otros: Carlos Saura (oscense), José María
Forqué, José Luis Borau, Jaime de Armiñán,Michel Piccoli, Krzysztov
Zanussi, Jerzy Kawalerowicz, Imanol Uribe, Pilar Miró, Fernando Colomo, Bigas
Luna, Moncho Armendáriz, Pedro Olea, Tomás Gutiérrez Alea (cineasta
cubano), Juan Luis Buñuel (hijo), José Esteban Alenda, Manuel Gutiérrez
Aragón, Gerardo Herrero, José Antonio Páramo, José Luis Garci,
Ventura Pons, Chema Prado (de la Filmoteca Española), Arturo Ripstein (mejicano),
Fernando Fernán Gómez, José Luis López Vázquez, Carmen
Maura, Marisa Paredes, Mercedes Sampietro, Fernando Rey, Paco Rabal, Asunción
Balaguer, Maribel Verdú, Fiorella Faltoyano, Charo López, Diego Galán,
Manuel Pérez Estremera (director del festival de San Sebastián), Carlos
Losada…
En 2005 se creó la Fundación del Festival Internacional de Cine de Huesca
como entidad promotora del certamen oscense. Conforme fue consolidando entidad,
a las subvenciones locales y regionales se fueron sumando otras de carácter
nacional e internacional: del Ministerio de Cultura a través de la Dirección
Nacional de Cine y de Bruselas (de la Coordinadora de Festivales Europeos por mediación
de Philippe Cova, alto funcionario europeo).
Pero la Peña Zoiti y el Festival de Cine constituyeron sólo una parte
de su actividad. La Zoiti fue el trampolín para dedicarse con el mismo ahínco
a lo público. Por eso el PSOE local no dudó un momento en presentarlo
como candidato en las elecciones municipales de 1983 (segunda legislatura democrática).
Dicho partido obtuvo 11 concejales, mayoría absoluta. Lo fue entre 1983-1995,
con Enrique Sánchez Carrasco como alcalde. A lo largo de esos 12 años
presidió varias comisiones y desempeñó diferentes responsabilidades:
presidente de la Comisión de Educación, Cultura, Deporte y Fiestas; concejal
de Parques y Jardines; del Círculo Oscense y delegado de la Alcaldía en
la negociación y firma de las donaciones y de los legados de Beulas, Felipe
Coscolla y Daniel Calasanz. Era miembro del Patronato de la Fundación Beulas.
Desde estos cargos institucionales desplegó una labor desbordante. Modernizó
las fiestas laurentinas, tratando de diversificar la fiesta y hacerla más popular.
Surgieron los grandes escenarios festivos. Así, ya en las de 1983 actuaron
en la Plaza de Navarra la orquesta de música cubana Van Van; en la Plaza López
Allué: Joaquín Sabina, Joaquín Carbonell, la orquesta Estrellas Negras
y el grupo musical de Tarrasa Huapachá Combo. También se incorporó
a la fiesta como escenario la Plaza de la Universidad con actuaciones de jazz, grupos
de rock and roll… Estimuló a la creación en 1985 de la Banda Municipal
de Música que dirigió José Luis Sampériz.
Afrontó dos decisiones importantes: la desaparición del Jardín de
Verano como espacio verbenero y la intención de suprimir las Mairalesas, por
ambas fue criticado y molestado demasiado. El cartel de fiestas de Enrique Torrijos
que en la legislatura anterior fue rechazado por "irreverente", en 1983
lució esplendoroso en toda la ciudad y en muchos domicilios de oscenses dada
su extraordinaria composición y contenido temático. Asimismo en los programas
de fiestas se introdujeron colaboradores de texto, intelectuales, oscenses reconocidos
y políticos que recordaban las fiestas del pasado, o reflexionaban con espíritu
crítico sobre la ciudad.
Como concejal de Parques y Jardines canalizó el río Isuela; el Parque
Miguel Servet durante su gestión lució esplendoroso, su obsesión
era tenerlo perfecto. Mejoró infraestructuras y canalizaciones subterráneas,
plantó arbolado (el Paseo de los Tamarindos), e introdujo todo un novedoso
plantel floral que lo embelleció notablemente. El jardinero Usón fue siempre
un estrecho colaborador de Escriche. En aquellos momentos siempre hubo una brigada
permanente en el parque. Introdujo ideas de la jardinería holandesa, de Berlín,
de Toronto…, país y ciudades que reconocía le inspiraban. Toño Julve
le asesoró en el tipo de cerámica, finalmente italiana, para los bancos
de la Rosaleda, espacio que transformó notablemente; y Julio Luzán (el
de la Ruperta del programa televisivo "un, dos, tres"; el de los anuncios
de Freixenet y de los decorados de Astérix…) fue su inspirador en el diseño
del Parque al que Escriche aspiraba.
Como concejal delegado del Círculo Oscense se propuso adecentar un edificio
que hacía aguas en su interior: se restauraron bóvedas y techumbres que
amenazaban ruina y se pintaron escrupulosamente los salones conservando en su integridad
el Modernismo decorativo de las paredes.
Y muy dilatada fue la actividad que desempeñó desde el Ayuntamiento relacionada
con el deporte y la actividad física. Fue el alma del Patronato Municipal de
Deportes que se creó en 1985 con un presupuesto de 50.000 pesetas. Se pretendía
asentar para el futuro la actividad física de los oscenses. Se inspiró
en el cinturón urbano de Madrid, en Alcobendas se había puesto en práctica
con anterioridad una experiencia similar. Escriche que no era experto en el mundo
del deporte, tampoco lo practicaba, "hizo el que más por el deporte en
Huesca". "Me tienes que ayudar, porque yo no tengo ni idea"- le decía
a Domingo Malo-. Por eso el alcalde Sánchez Carrasco nombró a Malo Coordinador
de la Comisión Municipal de Deportes, sin remuneración alguna.
El presupuesto del anterior Ayuntamiento para el área deportiva ascendía
solamente a 50.000 pesetas, que se utilizaban exclusivamente para trofeos. Anteriormente
el Ayuntamiento no generaba ninguna actividad física. Se necesitaban espacios,
se utilizó el Círculo Medina (otrora de Sección Femenina) donde Natividad
Mendiara introdujo la gimnasia rítmica. En esta etapa inicial también
Ricardo Constante y Juancho Rey, de forma voluntaria y gratuitamente, y más
tarde Jorge Ascaso, colaboraron con Domingo Malo para comenzar andadura tan exitosa
ideada por Pepe Escriche, que llegó a la conclusión de que había
que crear un Patronato porque se ganaría en agilidad, desvinculándolo
en la medida de lo posible de la lentitud burocrática municipal.
Además de la gimnasia rítmica se fueron introduciendo un abanico diversificado
de actividades deportivas (bádminton, fútbol sala, baloncesto, gimnasia
de mantenimiento…). Se pintaron las canchas de los patios de recreo escolares y
se iluminaron para prolongar la práctica deportiva. Pero eran necesarios nuevos
espacios, los pabellones deportivos escolares, que se levantaron entre 1989 y 1995:
Pío XII, Pedro Rubio, Alcoraz, Juan XXIII… Se construyeron mediante convenio
entre el Consejo Superior de Deportes, la Consejería de Educación y el
Ayuntamiento de Huesca. Se erigieron, por supuesto, anexos a los centros escolares
y ampliando hasta las once de la noche el horario para los usuarios.
En el 25 aniversario, es decir en 2010, el Patronato había invertido 31 millones
de euros en instalaciones deportivas. En la plantilla de trabajadores se apreciaban
visibles diferencias, de dos personas en 1985 se había pasado a 32, a las que
habría que sumar los trabajadores de empresas de servicios a disposición
del Patronato. El presupuesto en 2010 ascendía a 3.123.000 euros. Claro, son
cientos y cientos los oscenses que cada mes de septiembre inician el curso en una
gama bien diversa de actividades ofertadas por el Ayuntamiento.
Dos emblemas
Y mucho tuvieron que ver con Pepe Escriche dos espacios bien emblemáticos de
Huesca: el Palacio de Deportes ("el Polideportivo") y la Ciudad Deportiva
Municipal. La construcción del Polideportivo junto al Cerro de San Jorge se
inició en junio de 1991, el desplome de la "poética carpa de ondas"
en abril de 1993 prorrogó la ejecución de la obra un año más.
El afamado arquitecto Enric Miralles Moya ganó el concurso abierto a nivel
nacional por unanimidad (Agustín Obiol, Carme Pinós y Luis Moya completaban
el grupo ejecutor de una de las construcciones más reconocidas de Enric Miralles
a nivel internacional). El presupuesto alcanzó el equivalente a 10,22 millones
de euros, pagados en un 40% por el Ayuntamiento. Tiene una capacidad aproximada
de 5.000 espectadores y se edificó porque en esos momentos el equipo Magia-Huesca
de baloncesto competía en la ACB. En dicho espacio juegan los actuales equipos
de baloncesto y balonmano de Huesca y allí se han celebrado grandes eventos
musicales: B.B.King, ZZTop, Manolo García, Joe Cocker, Estopa…, y otras actividades
lúdicas. Pepe Escriche, que desde la adjudicación de la obra a Miralles
entabló una estrecha relación de amistad con el arquitecto recibió
una oleada inmerecida de críticas y ataques por el hundimiento de la bóveda
del Palacio de Deportes, pero pasados los años y los enfados momentáneos
ha quedado una obra bien significativa de la arquitectura contemporánea visitada
por estudiantes del gremio de todo el mundo: el conjunto está integrado por
una novedosa y original estructura de hormigón armado y acero.
Por decisión de la Alcaldía se aprobó la construcción de la
Ciudad Deportiva Municipal, que desde 2011 lleva el nombre de su principal artífice
José María Escriche. Era la primera instalación deportiva municipal
de Huesca. El diseño de ideas se emprendió en 1983 y en 1985 se iniciaron
las obras con la ayuda del Consejo Superior de Deportes. En el acto de homenaje,
Sánchez Carrasco destacaba el entusiasmo y dedicación que ponía en
todo lo que hacía, la Ciudad Deportiva "fue obra exclusivamente suya y
por eso le ponemos su nombre. Él fue su verdadero creador, aunque recordó
que no distinguía un hexaedro de un balón…".
En una de las necrológicas (nuevohuescaes.blogspost. com) se le recordaba en
estos términos: "…Si exagero me lo dices, pero creo que era de esas personas
imprescindibles para entender (o no entender) este pueblo. Más aún: Huesca
necesita hoy mismo una decena de escriches que tengan ideas y que sean capaces de
aplicarlas con plena responsabilidad y convicción de que son precisas para
que esta ciudad avance. Más vale hacer mucho y equivocarse (a juicio de otros)
algunas veces, que no hacer nada… Su otra virtud era la cercanía humana. Hizo
mucho y no presumió. No se dio la importancia que aquí le otorgamos. Siempre
agradecía a sus colaboradores. Si conserva docenas de amigos en todo el mundo,
no es casualidad…"
Efectivamente, por su talante participativo y tolerante se rodeó de un grupo
numeroso de amigos colaboradores a lo largo de su andadura pública, y no le
dejaron en la estacada nunca. No se pretende cerrar una lista, pero en los diferentes
proyectos mencionados se integraron entre otros y otras: Domingo Malo, Fernando
Moreno, Luis Artero, Ángel Marqués, Ángel Garcés, Lázaro
Venéreo, Manolo Broto, Federico Pardo, Pablo Sampietro, Ramón Juste, Álvaro
Puente, Jesús Castiella, José María Lacambra, Merche Machuca, Eduardo
Lapargada, Begoña Gutiérrez, Paco García de Paso, Alberto Sánchez,
José Manuel Porquet, José Luis Abad, Ramiro Puerta, Pablo Núñez,
María Elena Pardina, Lorenzo Irigoyen, María José Plo, Ricardo García
Prats, Jesús Moreno, Félix Fernández Vizarra, María Pilar Gabarre,
Miguel Martín, José Antonio Sánchez, Antonio Lapiedra, Concha Sesé,
Joaquín Zamora, Toño Dieste, Pepe Bernués, Domingo Ara, Julián
Aquilué, Antonio Angulo...
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