ELENA PUÉRTOLAS 03/11/2018
Qué pena que sus terneros del Pirineo acaben en canales tradicionales de venta.
¿Cómo ponemos en valor un producto de calidad? Inmaculada Lafita
se hizo esta pregunta y creó Ternera del Valle de Aísa, una marca
bajo la que envía carne fresca a domicilio y ha abierto una nueva
línea de productos como carne guisada, churrasco a baja temperatura o paté.
La idea funciona y ha generado un puesto de trabajo para su cuñada Bea
García, que reside en Sobrarbe.
Es una de los 64 productores agroalimentarios de la provincia que han participado
en el programa de cooperación transfronterizo "Hecho en los Pirineos"
(2016-2019), dirigido por la Agrupación Europea de Cooperación Transfronteriza
(AECT) Huesca-Pirineos, formada por la Diputación Provincial de Huesca y la
región francesa de Hautes-Pyrénées. El objetivo: abrir canales
de venta para los productos de proximidad.
Inmaculada Lafita ha participado en varios de los mercados que se han organizado
en Aínsa, Benasque o Jaca y su balance es positivo. "No hemos ido a todos
porque como producto caduca pronto y dependía de si coincidía con que
teníamos disponible. Pero para nosotros no era tan importante vender allí
como darnos a conocer", indica. Y en este sentido: "las ferias funcionan,
y funcionan en todos los sitios". Por ejemplo, tiene dos clientes en San
Sebastián a los que conoció en la cita de Jaca.
Ahora, los mercados organizados por "Hecho en los Pirineos" se han acabado
y la iniciativa queda en manos de los productores. Sin embargo, "que los
productores nos pongamos de acuerdo para organizar mercados es casi imposible",
indica. Y explica que para el mercado de Jaca llevan más de un año intentando
crear una asociación.
Lafita prepara los paquetes de carne y los envía con un servicio de transporte
en frío a cualquier domicilio. En teoría vende por internet, pero
la realidad es que la llaman al teléfono. Tiene clientes de toda España,
pero se siente orgullosa porque muchos son de la Jacetania.
La ganadería de Ternera Valle de Aísa es de su marido, heredero de una
tradición familiar de generaciones, y ahora se ha incorporado su hijo
de 21 años. "Su idea es quedarse en Aísa, aunque aún es muy joven",
indica. Además, ella tiene la empresa de transporte con su mismo nombre
con la que abastece de forraje a explotaciones ganaderas del sur de Francia y los
camiones vuelven con cereal. "Para nosotros no es tanto por los beneficios como
porque queríamos darle un valor añadido y es una satisfacción
que a la gente le guste", detalla. Por ello, a finales de 2016 creó la
marca.
Los terneros ya no salen cuando son pasteros (cinco meses) sino que los crían
en extensivo y los sacrifican entre los 11 y 14 meses. En general, se quedan
con las hembras porque la calidad de la carne es superior y, el resto siguen la
vía convencional. Para este proyecto, Inmaculada ha contado con el respaldo
de la Asociación para el Desarrollo de la Jacetania y el Alto Gállego
(Adecuara), que le ha ayudado mucho en todo el papeleo, y además utiliza sus
salas de despiece de Jaca.
Cuenta con la ayuda puntual de un carnicero así como de su cuñada Bea
García, experta cocinera. Esta última reside cerca de Aínsa, pero
no es problema porque concentran el trabajo en unos días tras matar la ternera.
"Me di cuenta de que el solomillo o el entrecot es al final una parte muy pequeña
y que lo que más hay en una ternera es carne para guisar, por lo que decidimos
comercializarla y crear otros productos derivados", indica.
Lamenta todas las trabas burocráticas para sacar adelante los proyectos.
Por ello, recalca que "hay que dar oportunidades en el medio rural, sobre todo
a la gente joven, que vea que se puede emprender y obtener beneficios, porque entonces
igual deciden quedarse". "El medio rural tiene posibilidades infinitas,
hay que saberlo aprovechar. No solo está la ganadería sino que se
pueden hacer muchas cosas", indica.
|