David Grau, de 29 años, es el alcalde y casi el único joven de esta localidad
ELENA PUÉRTOLAS 19/01/2019
LA GENTE JOVEN SE HA IDO DE BALDELLOU. Apenas queda una chica de poco más de
20 años y el alcalde, David Grau, de 29, que apuesta por quedarse, pero no
se atreve a asegurar que nunca marchará. A más de 30 kilómetros
de Binéfar y 45 de Lérida se sienten lejos de todo, especialmente,
por el pésimo estado de las carreteras de acceso, que han servido para que
la población se vaya y solo vuelvan los fines de semana. En solo 20 años,
esta localidad de La Litera ha perdido la mitad de su población. En 1998
eran 156 vecinos y ahora solo 77.
"La solución es complicada, pero si arreglaran la carretera, sería
un gran paso", indica Grau. Al trazado, en el que en muchos puntos es difícil
cruzarse con un camión, se le suma el mal estado del firme. Este joven alcalde
considera urgente la adopción de medidas para mantener la vida en los pueblos,
pero al mismo tiempo admite que es "muy complicado", entre otras razones,
por la falta de oportunidades laborales.
En Baldellou hay una fábrica de cereales, que emplea a 4 o 5 personas,
y otros vecinos que trabajan en sus tierras o granjas, pero muchos incluso se desplazan
desde otras localidades que les permite una mayor conciliación de la vida familiar.
De hecho, David trabaja las tierras de la familia con su hermano, que vive en
Benabarre y, además, se construyeron granjas de terneros mamones. Otros
tienen cerdos, pero las ovejas ya han desaparecido del pueblo. "La gente joven
no se queda aquí y cuando los hijos se van, las explotaciones (cuando se jubilan
los padres) se cierran", lamenta.
En Baldellou hace ya muchos años que cerró el colegio, poco después
de que David Grau pasara al instituto. En estos últimos años, iban entre
siete y diez alumnos. Ahora, solo hay un niño de unos 10 años en
todo el pueblo, en el que la mayoría de los 77 vecinos son jubilados,
y sale fuera todos los días con el transporte escolar. Llegó hace un año
con su madre, hija del pueblo, que cogió el bar social y el albergue, que han
tenido diferentes gestores en los últimos años.
Al alcalde y casi el único joven del pueblo le gustaría dar una visión
más optimista, pero teme que "en diez años -quien dice diez dice alguno
más, pero a corto plazo- aquí no quedará nadie más que los
fines de semana y los veraneantes", indica. Por ello, es necesario que se
adopten medidas, porque los ayuntamientos no tienen capacidad. Grau quiere continuar
viviendo en Baldellou pero tampoco se atreve a asegurar que continuará allí
porque cuando piensa en el futuro o en la posibilidad de formar una familia... "Me
resultaría difícil irme, pero también me tengo que amoldar a las
circunstancias", indica con resignación.
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