ELENA PUÉRTOLAS 26/01/2019
HUESCA.- Son festivales que buscan dejar huella en el interior, pero ni rastro
en el paisaje. Música, artes plásticas, artes escénicas, terapias
de autoconocimiento... invitan a abrir la mente y el corazón, a reencontrarse
con el mundo pero sobre todo con uno mismo. La clave está en volver a casa
ligeros de equipaje, sin ataduras mentales, pero sin dejar residuos. Áreas
con escasa densidad de población y de una gran riqueza natural se han convertido
en los escenarios idóneos para este tipo de eventos privados que mueven
público de toda Europa al desierto de los Monegros o a la playa de Baldellou.
¿Pero dejan huella económica o ayudan a asentar población?
Quince años después de que se instalara el festival
Nowhere en la Sierra de Jubierre, el entorno valora que esa cita "rara"
con gente a la que los vecinos no estaban acostumbrados se ha convertido no
solo en parte del paisaje sino que se ha integrado con normalidad durante
unos días en los que las tiendas de Sariñena llegan incluso a traer productos
específicos a demanda del público. Más de 2.000 personas se dan cita
en julio en torno al arte, en este festival que es la versión regional del
Burning Man de Nevada, en Estados Unidos, que ya se ha consolidado y que tiene
una repercusión económica en la zona.
Y del desierto de los Monegros, a la playa de Baldellou, en La Litera. De este paraje,
a orillas del pantano de Santa Ana, se enamoró Francesc Ibáñez,
un dj vecino de Lérida que conocía la zona de ir a bañarse los domingos.
El Own Spirit Festival, 100 % de iniciativa privada, comenzó en Manresa
porque, aunque ya se habían fijado en ese paraje junto al embalse de Santa
Ana, no se vieron "capaces" por la infraestructura, ya que "no había
nada" y en el otro emplazamiento había alguna construcción previa.
Tras un año de éxito, apostaron por desarrollar más el festival y
en su cuarta edición,
se trasladó el pasado verano a esta área de la comarca de La
Litera, donde tienen arrendadas 15 hectáreas para un periodo de diez años,
en las que instalaron agua, baños ecológicos, duchas e acondicionaron
espacios como escenarios. Por supuesto, repiten. Para este verano, que se celebrará
del 24 al 29 de julio, se esperan 2.000 participantes. En la pasada edición,
recibieron a gente de 40 países, que suponían en 50 % del total.
A grandes rasgos, el plan es: talleres y música. Por ello, hay varios
escenarios desde el principal, en el que se escucha música electrónica
y psicodélica; otro de chill out, con música ambiental alternativa y por
la noche música de club; y una zona holística con un área de sanación,
yoga, conferencias de crecimiento personal... Además, hay otra área para
terapias más individuales como ceremonias de cacao, talleres para el útero.
Por las tardes, también se abre un escenario de circo que da cabida por la
noche al cabaret. Este año se introducirá también la música
andina más alternativa y la balcánica. Además de ser multidisciplinar,
permite la participación de familias con niños, para quienes también
hay espacios de diversión. Incluso, "es un festival muy fácil porque
puedes ir solo y relacionarte con la gente", apunta. Todo ello para encontrar
la tranquilidad y el crecimiento personal. ¡Ah! y también asisten
los vecinos de Baldellou, a quienes el festival regala las entradas para que se
sumen. Y el pasado verano muchos respondieron a la invitación para ver qué
era eso.
"Todo esto en un sitio que es un paraíso. Nos sentimos muy afortunados
de poder hacer el festival en esta zona, con el lago...", resalta Francesc Ibáñez.
"Nos hemos sentido muy bien acogidos y con un año solo que llevamos
ya ha tenido repercusión en las estancias en la zona", indica Francesc
Ibáñez.
Además, "para esta edición queremos comprar todos los productos
de kilómetro cero, para fomentar esa cultura y potenciar la comarca",
indica. Dentro del festival, los participantes acampan y también pueden comer
en las diferentes "food trucks" con propuestas de todo tipo: hamburgueserías,
paella, comida vegana...
El festival quiere educar además en valores como la sostenibilidad y el
respeto. Por ello, pedían un depósito de 5 euros a cambio de dos bolsas
de basura y ceniceros que tenían que devolver llenos para recuperar la fianza.
Ahora, como ya dan por conseguido el objetivo, se eliminará esa "tasa"
de confianza. De hecho, les han concedido el Greener Festival Adwards 2018,
en la última de las cuatro categorías, pero podrán ir creciendo.
"Es como conseguir una Estrella Michelin, pero se pueden lograr más",
puntualiza Ibáñez. De hecho, en la categoría inmediatamente superior
se encuentra el Primavera Sound. Y no hay más citas españolas reconocidas.
En este caso, aunque todavía no se puede valorar la repercusión económica,
la organización se plantea como objetivo contribuir a revitalizar la localidad
de Baldellou, que en veinte años ha pasado de contar con 156 vecinos a
77, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística,
a 1 de enero de 2018. Por el momento, ya ha aportado un vecino, puesto que un joven
de la organización se ha instalado en la casa del antiguo horno de pan con
intención de rehabilitarlo y incluso se plantea otros proyectos.
El alcalde de Baldellou, David Grau, resalta que para el pueblo fue muy bien y la
repercusión se notó en el bar y en el albergue, a pesar de que dentro
del recinto hay alojamiento y comida. Además, ahora la organización se
plantea aprovechar las instalaciones para ofrecer más acontecimientos además
del Own Spirit Festival. De hecho, están trabajando en la posibilidad de
celebrar un encuentro de yoga en el mes de junio que podría reunir a 300
personas.
Para el alcalde de la localidad próxima de Tamarite de Litera y diputado provincial,
Francisco Mateo, "cualquier festival que se haga en la zona es positivo, porque
también tiene una repercusión para que la gente sepa dónde estamos".
En Tamarite no se notó en verano, pero "en conversaciones con otros alcaldes
de la zona sí que lo apreciaron", señala Mateo.
El Own Spirit Festival, que ya ha puesto las entradas a la venta por 100 euros para
toda la semana, se va a presentar en Londres, Roma, Florencia, París, Barcelona,
Austria y posiblemente en Huesca.
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