ELENA PUÉRTOLAS 09/02/2019
HUESCA.- Se quedaron en el paro al mismo tiempo, cuando en 2014 cerró
la fábrica de Sabiñánigo en la que trabajaban. Un viaje inspiró
a Daniel Chiorean y Laura Gracia y encontraron la respuesta a su recurrente pregunta
de qué hacemos ahora: cerveza. Y por qué no, en el valle de Tena. No una
cualquiera, sino artesana y con agua del Pirineo. Unieron la experiencia
de él en hostelería y los conocimientos de ella como Ingeniera Química,
que analizó el agua de Tramacastilla de Tena, que reúne las condiciones
idóneas. Por ello, lo de hecha con agua del Pirineo es algo más que un
eslogan, es el ingrediente principal de la Cerveza Tensina, que se elabora en
dicha localidad del Alto Gállego.
Es una de las empresas
asociadas a la Marca Reserva Biosfera Ordesa-Viñamala, que aglutina 17
establecimientos de los municipios de Biescas, Panticosa, Sallent de Gállego,
Torla-Ordesa, Broto, Fanlo, Puértolas, Tella-Sin y Bielsa, para iniciar acciones
de promoción conjuntas. Para Daniel Chiorean, esta iniciativa encaja con
la filosofía de su marca, en la que apuestan por la sostenibilidad y por
la venta local, "km. 0". Como ejemplo, los residuos de la elaboración
artesana de sus cervezas se destinan al alimento de caballos en Tramacastilla de
Tena.
Ya se habían fijado en esta localidad porque están afincados en
Sabiñánigo y habitualmente iban al monte. Consideraron también que
la población estaba asociada a la gastronomía por las migas y Daniel la
conocía porque había trabajado allí. Y, por último, el resultado
de los análisis del agua les hizo decidirse por Tramacastilla.
"Los cambios son buenos. Al principio, mal, pero después hemos sacado esto
adelante", indica. Le dieron muchas vueltas por la inversión que suponía,
pero Daniel Chiorean también destaca la importancia del apoyo de la Asociación
para el Desarrollo de Jacetania y Alto Gállego (Adecuara), que les asesoró.
"La ayuda de los Leader ha sido un pequeño empujón, pero también
los estudios de mercado y viabilidad que hicimos antes de empezar", comenta.
En paralelo, realizaron cursos para aprender a elaborar cerveza en Milán, Suiza
o Pisa. En 2015, comenzó la obra en la casa de Tramacastilla y a mediados de
2016, la comercialización.
Ahora, tienen en el mercado cinco cervezas diferentes: Peña Blanca (rubia),
Peña Roya (tostada) -con las que empezaron-, Peña Telera (cítricos),
Peña Nevada (para invierno) y Boira (turbia), todas vinculadas a alguna montaña
de la zona que aparece silueteada en la etiqueta con el sarrio símbolo de la
marca. "Queríamos asociar la cerveza a la zona y de ahí los nombres",
explica. Inicialmente pensaron que podía ser interesante ofrecer un producto
local para el turista, pero también para los vecinos del valle y se distribuye
en unos 100 kilómetros a la redonda. "Ahora empezamos a vender un poco
más lejos, pero en cervecerías especializadas. Mandamos a Madrid y
Barcelona para darlas a conocer y así cuando vienen por el valle las piden",
indica.
La Peña Roya es la ganadora de la Medalla de Plata en la categoría
American Amber Ale de la Barcelona Beer Challenge 2018. De hecho, Daniel indica
que ha encantado su sabor más amargo, para la gente más cervecera, con
gusto tropical y caramelo. "Estamos contentos porque las cervezas han gustado
mucho, pero este premio también ha sido un empujón", comenta.
"La cerveza gusta y vamos a crear un puesto de trabajo en Tramacastilla.
Vamos poco a poco", indica Daniel, que se dedica a ello a tiempo completo. Laura,
que trabaja ahora en otra industria de Sabiñánigo, también colabora.
La empresa crece y de los 2.000 litros al mes que producen quieren pasar
a los 4.000 para el verano, para lo que se plantean una pequeña ampliación.
Aprovechando la obra, quieren habilitar el primer piso de la casa en la que se encuentra
su obrador para ofrecer una zona de catas y enseñar el proceso de elaboración
de la cerveza.
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