Polémica en la capital del Cinca Medio, por un proyecto al que se oponen al menos 450 vecinos
HUESCA.- El proyecto de habilitación de un centro religioso y cultural
en un local de la calle Lope de Vega de Monzón ha abierto una polémica
en la ciudad.
Un grupo de vecinos del entorno, avalado por un listado de 450 firmas, se opone
a la iniciativa por entender que el lugar es inadecuado para funciones de culto
religioso y por razones de aforo y seguridad.
El Ayuntamiento fue informado en su día de esta postura, y también el
Justicia de Aragón, quien recibió una queja formal. El asunto latía
desde 2017 y afloró este jueves al conocerse que van a comenzar las obras
y publicar un semanario de la ciudad una nota de los vecinos.
El local hace esquina con las calles Lope de Vega e Ignacio Luzán, tiene unos
200 metros cuadrados de superficie y lo compró en julio de 2017 la Comunidad
Islámica Cordobé. Un portavoz de los vecinos indicó que esta agrupación
cuenta con más de 400 socios. "Nuestro planteamiento no es xenófobo
-añadió-. Creemos que por aforo y seguridad no es el lugar apropiado para
un centro de culto religioso. Alegamos y el alcalde en un año no nos contestó".
El Justicia sugiere al Ayuntamiento "que estudie la aplicación de las normas
de aforo del Código Técnico de Edificación y adopte, en su caso,
las medidas pertinente, y valore la incorporación de una regulación específica
del planeamiento en relación con edificios destinados al culto, la cual, con
la participación de las confesiones religiosas, se acomode al principio constitucional
de libertad religiosa y evite el fenómeno de la segregación urbana".
LA RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO
El Ayuntamiento emitió este viernes un comunicado en que detalla: "Los
vecinos hacen referencia a un centro cultural islámico, mientras que el proyecto
presentado es de un centro religioso cultural, por lo que lo ampara el derecho
fundamental de libertad de culto, lo que determina la aplicación de las normas
para su autorización".
La licencia de obras se aprobó en septiembre de 2018. La nota indica: "Los
trabajos no comenzaron debido a la intención de los solicitantes de
llegar a un acuerdo con los vecinos. El Ayuntamiento ejerció de intermediario.
Se planteó la compra del local por los vecinos, pero al no conseguir la cantidad,
la idea fue desestimada.
El Ayuntamiento no puede paralizar una obra que cuenta con licencia y cumple
con la normativa en vigor. Así mismo, la negación de una licencia de forma
arbitraria es un acto ilegal".
Sobre la falta de respuesta del Ayuntamiento, el último párrafo explica:
"El alcalde ha mantenido un contacto permanente con los vecinos, como demuestra
el hecho de que, entre el 24 de septiembre de 2017 y el 4 de junio de 2018, se reunió
dos veces con representantes, atendió otras tantas llamadas telefónicas
y se intercambió 35 mensajes de móvil y dos correos electrónicos.
Además, el Ayuntamiento notificó la resolución que autorizaba
las obras, por lo que desde septiembre de 2018 eran conocedores de que los promotores
contaban con las pertinentes licencias".
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