Se desarrolló por la Cañada Real entre Loporzano y Nocito el pasado domingo 7 de abril
ECOLOGISTAS en Acción y la Plataforma Ibérica por los Caminos Públicos
celebraron el "Día de las vías pecuarias" con el objetivo de
concienciar sobre su importancia cultural y medioambiental el pasado domingo
7 de abril con un recorrido por la Cañada Real de Loporzano a Nocito
Desde la organización de esta actividad consideran que "resulta muy necesario
defender y conservar estos elementos de nuestro patrimonio que a menudo se desconocen
por haber caído en desuso".
En Huesca, se sumaron a esta celebración reivindicativa los colectivos de Ecologistas
en Acción Huesca, la Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva y Mallata.com,
quienes organizaron un paseo semicircular en el término municipal de Loporzano.
En total, más de 50 personas acudieron a esta convocatoria en una jornada que
amaneció soleada tras las lluvias del día anterior. Con la sierra de Guara
nevada como telón de fondo, los participantes recorrieron un tramo de la
Cañada Real que va hacia Nocito, el que discurre sobre el saso, con abundante
bosque mediterráneo, entre las localidades de Loporzano y Barluenga.
Durante el camino, la veterinaria Lucía López-Marco, responsable de Mallata.com,
fue la encargada de explicar que las vías pecuarias o "cabañeras"
son caminos de trashumancia que unen los lugares tradicionales de pastoreo, para
poder llevar el ganado a los mejores pastos: a los puertos o zonas de pastos
de alta montaña en verano o a zonas más llanas y de clima más
templado en invierno, para que el ganado pueda alimentarse de forma natural durante
todo el año.
Este desplazamiento del ganado resulta muy beneficioso desde un punto de vista medioambiental,
puesto que no solo se reduce el consumo de piensos y combustible, sino que también
se traslada un gran número de semillas y se abona el suelo. "Cada rebaño
de 1.000 ovejas o de 100 vacas trashumantes dispersa más de 150 millones de
semillas y 100 toneladas de estiércol a lo largo de los más de 500
kilómetros que suelen recorrer en aproximadamente un mes", comenta López-Marco.
De esta forma, se garantiza la biodiversidad de los distintos ecosistemas por los
que se transita.
Por el contrario, "el abandono de la trashumancia en favor de prácticas
industrializadas conlleva que no se regenere el arbolado, por ejemplo, con
efectos muy negativos para la avifauna, y contribuye a la desertización y el
cambio climático", explica.
En este sentido, Rosa Díez Tagarro, miembro de la Plataforma Loporzano Sin
Ganadería Intensiva y coportavoz de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería
Industrial, resumió los más de tres años de defensa del territorio
de este movimiento vecinal altoaragonés, aludiendo "al rico patrimonio
natural y cultural en un término municipal como Loporzano, que se halla en
parte dentro del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y que
destaca por una gran abundancia de flora y fauna protegida".
En contraposición a los beneficios de la ganadería extensiva, este movimiento
vecinal señala "el riesgo para la salud pública que supone la contaminación
del agua por nitratos debido a los vertidos de purines procedentes de explotaciones
de ganadería industrial".
Por su parte, Manuel Puyuelo, miembro de Ecologistas en Acción Huesca, destacó,
"la importancia de las vías pecuarias como corredores ecológicos que
conectan espacios naturales, y el valor de las masas forestales que suelen encontrarse
junto a estas vías". Además, lamentó que, "a pesar de estar
protegidas por ley, las vías pecuarias sigan gravemente amenazadas por la
usurpación de la agricultura industrial y la construcción de infraestructuras
ante la inacción de las administraciones autonómicas que ejercen la titularidad
de estos bienes públicos".
Una vez en Barluenga, se hizo un alto en la caminata para visitar la ermita de San
Miguel, uno de los tesoros del término municipal de Loporzano, donde, gracias
a las explicaciones de Diego Vázquez-Prada, se pudo admirar e interpretar
las magníficas pinturas murales de estilo gótico lineal.
Antes de proseguir el paseo, la Plataforma Loporzano Sin Ganadería Intensiva
invitó a los participantes a recuperar fuerzas con la tradicional torta
con vino.
Ya en la plaza del pueblo, los paseantes abandonaron la Cañada Real, que continúa
hacia Santa Eulalia la Mayor, para dirigirse hacia la ermita de El Viñedo por
una frondosa senda que discurre entre restos de antiguos muros de piedra de uso
agrícola y carrascas, con el siempre vigilante castillo de Montearagón
a lo lejos.
Al ir llegando a El Viñedo, indican, "el núcleo de Castilsabás
alzado sobre su tozal, parecía dar la bienvenida a todas las personas que
se habían acercado a conocer los beneficios de la ganadería extensiva,
las afecciones de la ganadería industrial y la riqueza medioambiental y cultural
de Loporzano".
"Las vías pecuarias son la huella, que no debería borrarse, de la
ganadería por la que debemos apostar: la ganadería que sí fija población,
crea empleo y protege la biodiversidad, moldeando nuestros paisajes", explican.
Desde la organización añaden que, "para caminar hacia el futuro hay
que mirar al pasado, y de ahí la importancia de celebrar una jornada como
esta para reivindicar nuestras vías pecuarias, nuestra tierra y nuestro
futuro"
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