Elena Puértolas 08/06/2019
Cristóbal Ortega y Mercedes Moya se sientan en el sofá con sus hijos Daniel
y Raquel más relajados que antes. Ya no hay peligro de que se les cuelgue
la película que están viendo porque han pasado de una ADSL a la fibra
óptica. Esta familia vive en Angüés, una de las casi 50 localidades
de la provincia donde ya se ha implantado el programa de extensión de la banda
ancha de la Diputación Provincial de Huesca, para llevar el internet de calidad
a todo el territorio.
"Llevamos un mes y se nota mucho la diferencia. Se nota mucho la velocidad",
apunta Mercedes Moya. El objetivo marcado por el plan es conseguir 100 megas en
los cascos urbanos y al menos 30 en las zonas diseminadas. "Antes internet
se quedaba enganchado y ahora va genial; y, además, es más barato",
explica acerca del servicio de la empresa aragonesa Embou, adjudicataria de la implantación,
que ofreció una sesión de presentación del servicio para los vecinos
"En el mes que llevamos estamos muy contentos, porque para nosotros es muy importante.
Aunque nuestro uso es particular, tenemos dos hijos y los ordenadores van que
vuelan con ellos", detalla. Y, como ahora también ha cambiado la televisión,
para lo que también se necesita conexión, ya no se les queda parada.
No obstante, al margen de su experiencia particular, considera que "al pueblo
le va a ir muy bien la banda ancha para que la gente venga a vivir aquí",
apunta Mercedes. "Puede ir muy bien para el colegio y para generar trabajo",
añade esta vecina que iba en la agrupación de electores Mujeres por el
Pueblo de Angüés, que ha ganado con mayoría absoluta las elecciones,
aunque no ha entrado como concejala. Precisamente, atraer vecinos a vivir al pueblo
está entre sus objetivos. "Creo que la banda ancha es un servicio cada
vez más necesario en los pueblos. Es fundamental", indica.
"Es un servicio que se echa en falta", admite Álvaro Lenin Gutiérrez,
padre de una familia de tres hijas, cuyas edades se sitúan entre la universidad
y el colegio de Primaria, que se ha asentado recientemente en la localidad. Pero
fue antes de la llegada de la banda ancha, por lo que puede valorar el cambio.
De hecho, procedían de un lugar donde tenían fibra y al llegar a Angüés
notaron el cambio. "Los pueblos y los tiempos, principalmente, demandan estar
conectado, ya sea con fines recreativos, como es nuestro caso, o para trabajar",
comenta. Además, también usan mucho las videoconferencias para hablar
con sus familiares, por lo que necesitan un internet de calidad.
Antes funcionaban con paquetes temporales con los que tenían disponibles una
cantidad de megas al mes hasta que los agotaban. Ahora, "estamos satisfechos
con la calidad del servicio, que es robusto y estable. De precio, consideramos
que es justo, porque tienes diferentes tarifas disponibles y eso es una oportunidad
para cada familia o negocio según las necesidades", detalla Gutiérrez.
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