Es la cuarta generación de un negocio de carpinteros que comenzó su bisabuelo en Villanueva de Sijena
ELENA PUÉRTOLAS 13/07/2019
HUESCA.- Su bisabuelo llegó a Villanueva de Sijena desde Berbegal atraído
por el nombre. Quería establecerse en un pueblo que coincidiera con su apellido
y allí, en el interior del Real Monasterio de Sijena, comenzó a trabajar
como carpintero en torno a 1950. Hoy, Salvador Villanueva encarna la cuarta generación
de un negocio, Carpintería Villanueva, que no solo se ha transformado para
adaptarse a los tiempos sino que va un poco más allá: ha desarrollado
un sistema propio de domótica que va a vender por internet y en el taller aplica
un método con herramientas digitales para eliminar el papel.
Y todo ello, porque quería quedarse a vivir en el medio rural. "La innovación
con un sistema de domótica propio es una apuesta por estar aquí, a
pesar de que es muy difícil en el medio rural. Hemos tenido ofertas para irnos
fuera, pero no hemos querido", explica Salvador, que también ha formado
una familia con su mujer Silvia Gerbás, de Sariñena. Ella trabaja a media
jornada en la Comarca de los Monegros y la completa con tareas administrativas en
el negocio familiar. Además, tienen dos hijos de 12 y 8 años para los
que este desarrollo del negocio puede suponer su futuro para poder quedarse
en el medio rural.
Su experiencia demuestra que se puede innovar en un pueblo. Y, además, generar
empleo. En Carpintería Villanueva, además de su mujer, trabaja otra
persona en tareas administrativas y, contando con Salvador, siete empleados en el
taller. Aunque hay varias empresas en la localidad monegrina, es la única de
su sector, ya que la mayoría son de servicios de agricultura.
¿Qué es eso de un sistema propio de domótica? La domótica aplicada
a la vivienda ya existe, entonces, ¿dónde está la novedad? Precisamente,
explica Salvador, en que tienen una aplicación propia, que ya han instalado
en una decena de viviendas unifamiliares. Y cada vez se lo solicitan más.
Pero, además, van a comercializarla en breve a través de su página
web. Lo que pondrán a la venta son los motores y la aplicación para utilizarlos
será gratuita. Estos módulos son los que ellos mismos instalan en las
ventanas de aluminio que fabrican, que también venderán en la web, y en
otros elementos de la casa. Las persianas, la llave del agua, la calefacción...
ya se controla así en su taller.
"Nuestro objetivo es dar más calidad y ser distintos a los demás.
Por eso apostamos por la mejora con la domótica y las ventanas eficientes.
Además, se aconseja su instalación y la mayoría de las veces el cliente
acepta porque no supone un coste excesivo", detalla Salvador Villanueva. Esta
es solo una de las innovaciones introducidas en Carpintería Villanueva, que
ahora se dedica exclusivamente al aluminio.
Francisco Villanueva, su bisabuelo, comenzó como carpintero de madera en
el Real Monasterio, precisamente en una época en la que en el interior
del recinto trabajaban especialistas en otros oficios, como canteros, el padre del
exalcalde Alfonso Salillas, que inició el litigio para recuperar las obras
de arte religioso que se llevaron a Cataluña, parte de las cuales ya han retornado.
Su abuelo comenzó a trabajar con el hierro y, después, su padre
introdujo el aluminio. Ahora, Salvador Villanueva ha transformado la forja de hierro
en forja de aluminio, que tiene dos ventajas fundamentales: la conservación
y la ligereza. "Nadie hace forja en aluminio, por lo que también vendemos
a proveedores de talleres", indica. Por otro lado, tras visitar las feria
de Mercoequip y Femoga, donde escuchan las demandas de los clientes, han comenzado
a hacer productos que jardinería en aluminio, que también pondrán
a la venta en internet. Además, Carpintería Villanueva también estuvo
presente en la I Feria Internacional de Puertas y Automatismo en Valencia.
CONTINUAS INVERSIONES
Todas estas innovaciones han conllevado cuantiosas inversiones para ser punteros
en su sector, lo que también les ha incrementado la facturación. En
plena crisis, invirtió 250.000 euros; después 150.000 para desarrollar
los productos de domótica, la aplicación móvil y la web; y, ahora,
para implantar lo que llaman "el taller sin papel", para lo que ha recibido
ayudas
Leader que gestiona el centro de desarrollo Ceder Monegros.
Salvador organiza desde un ordenador de la oficina el trabajo y cada uno de los
operarios lleva una pulsera con un chip que, al pasarla por un monitor, le indica
las tareas que tiene que desarrollar, por lo que también se controla el
tiempo que se invierte, de modo que se mejoran los procesos. Como ejemplo, cortan
una pieza de una ventana, para la que sale una pegatina con un código de barras.
Después, se coloca en el centro de mecanizado con el código, de modo que
le hace todos los taladros que necesita para su instalación; incluso indica
la posición de colocación y ya no hay que pensar, por lo que se gana tiempo.
Para cada pieza sale una etiqueta con un código que permite conocer en todo
momento el punto de elaboración y el lugar donde se guarda. Ahora, "el
siguiente paso será que desde el móvil se siga en qué punto está
en la obra", indica Salvador.
Eso sí, la calidad de internet dificultaba sus proyectos y, por seguridad,
desde hace dos días cuenta con dos redes. "La fibra acaba de llegar
ahora al pueblo, aunque aún no funciona (implantación del Plan
de Extensión de Banda Ancha de la Diputación Provincial de Huesca),
pero al taller, al estar fuera del núcleo urbano, no llega. Hoy (por el jueves)
me han venido a poner el Wimax de Embou, y aparte mantengo la red convencional,
que tenía cortes. Al menos ahora tengo una solución, porque yo no quería
moverme del pueblo", indica. Desde cualquier taller hay que desplazarse para
trabajar, por lo que prefiere seguir en su pueblo.
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