ANABEL BAFALLUY MICHEL ALCUBIERRE Y TERE BAILAC. 21/09/2019
Caserras, pueblo abandonado a su "mala suerte", hoy diríamos, un complemento
más de la repetida "España vaciada", término que se ha puesto
de moda, pero que en realidad el fenómeno es más antiguo de lo que pensamos,
pues ya comenzó con el éxodo de sus habitantes, por múltiples
causas, en los años sesenta del siglo XX. Población rural que emigra
a las zonas urbanas, industriales y generadoras de porvenir y futuro.
Pero como en tantos otros lugares de nuestro país, también aquí,
y gracias a la Asociación So Nostre, fundada en 1967, por ese amor a
lo propio, a las hondas raíces y a las señas de identidad aragonesas con
ese sentido solidario y hospitalario (hay que señalar que en esta tierra
surgieron los "Gaiteros de Caserras" que recorrían los entornos
alegrando con su música a las gentes y que aún hoy son recordados en el
puente de abajo de Graus a donde van a recibirlos a las 12 del día 12), se
revive por un día la ilusión; esa que está marcada por la familiaridad
que se respira en el aire, por las relaciones cordiales y muy naturales que se
renuevan y por la reposada alegría del ambiente. La de los que se fueron
y vuelven a encontrarse; la de los niños que juegan en lo que fue el escenario
de sus abuelos; la de los hijos y nietos de aquellos que un día levantaron
su casa aunque ahora la vean sumida bajo un manto salvaje de vegetación arbórea,
arbustiva y de hierbas que crecen a su antojo ocultando bodegas, cuadras, corrales,
chimeneas y tejados.
Pero es la ilusión de volver a hacer un día de fiesta lo que une
a aquellos caserrinos y sus descendientes en lo que queda de su antiguo pueblo,
para lo cual organizan un día de asueto en el que no falta la convivencia en
la era, charlando y rememorando; los más pequeños reconociendo el entorno
con una bien organizada yincana; y todos, jóvenes y mayores alrededor del
tradicional juego de bolos, "els palitrocs", como si no pasara el tiempo,
echando unas divertidas tiradas. No falta la plática del cura escolapio D.
Joaquín, recordando al santo patrono del lugar Ramón Nonato en
la misa para en definitiva celebrar el ser felices de poder encontrarnos otro año
más, recordar también a los que nos precedieron llevando una oración
y unas flores al cementerio. Y después en el local único de la Asociación,
levantado hace unos años, la comida de confraternización que antes, no
sin esfuerzo y con muchas ganas han preparado varios de los miembros para agradar
a todos. Gracias a ellos se ha engalanado la era y el escenario para los músicos
que amenizarán la velada. Palabras de la presidenta de So Nostre, y del
nuevo alcalde de Estopiñán así como del concejal de Camporrels, darán
lugar a un rato de ocio "binguero" que servirá para recaudar fondos,
y repartir algún premio. Seguirá el baile y reparto de premios a los ganadores
de la yincana, los palitrocs, el concurso de dibujo; y reconocimiento al
caserrino mayor que ha asistido todos los años a este festivo acontecimiento
y a la pequeña de 2 años que acude por primera vez . Son las siete de
la tarde, baja el sol, vuelta a los actuales lugares, pero con la alegría,
la participación popular y la ilusión contenida, se parte con la emoción
de poder volver el año próximo. Lo expresa muy bien Anabel: "Hoy lunes,
aunque es inicio de semana, parece que estoy más feliz y es que guardo esa
sensación que cada año me deja la fiesta del pueblo de mi abuelo,
de sus padres, de mis antepasados que, por ende, es también el mío. Es
una sensación que solo la da el saber que perteneces a algo muy bonito, la
sensación que queda cuando compartes momentos con gente que sientes que te
aprecia, que se aprecia, cuando sientes que lo que hacemos, lo que tenemos con
nuestra asociación es algo único y que seguro que ven aquellos que
ya no están, honrando su recuerdo y perdurándolo en el tiempo, porque
aunque la piedra y el adobe de las casas se resquebraje, nuestro amor por Caserras
sigue en pie y firme, cada día más fuerte en nuestro corazón. Por
lo menos en el mío." Que no se olvide ¡¡Caserres Víu!!
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