Este fontanero, solo realiza ahora servicios básicos y de urgencia
PATRICIA MAIRAL 18/03/2020
Las dificultades habituales que puede tener un autónomo se agravan en estos
días de confinamiento. La Asociación de Trabajadores Autónomos
(ATA) se esfuerza desde el primer día para que los emprendedores tengan
garantizada una prestación por cese de actividad en caso de que no puedan
desempeñar su labor a causa del coronavirus, ya sea por el cierre de negocios,
por el cuidado de hijos o dependientes, o porque se hayan infectado o estén
en cuarentena y, por tanto, en situación de baja.
Mientras unos luchan por que esta situación suponga la menor afección
posible, otros siguen lidiando con su día a día, en estado de alarma,
como pueden.
Es el caso de Ramón Ubieto, propietario de fontanería que lleva su
nombre en Huesca, que además de ser instalador de fontanería y climatización
cuenta con una tienda a pie de calle en la que vende al por menor artículos
de ferretería, jardinería y baños. Su actividad dista mucho de
una semana normal en la que no da abasto para llegar a todos los avisos. Y es que
las medidas impuestas por el Gobierno le afectan doblemente, por un lado
porque su establecimiento, con una empleada, debe echar el cierre y, por el otro,
porque tiene que atender reparaciones de urgencia.
Ahora mismo está pendiente, ha declarado a este periódico, de muchas cosas:
de una asesoría para que le indique "qué pasa con la empleada,
Lorena, tal vez podría recuperar las horas más adelante - dice Ramón-
o tal vez tenga que plantear un ERTE, lo que sea menos malo para ambos",
asevera e indica que "todo depende del tiempo que se alargue esta situación".
También estaba a la espera de las ayudas del Gobierno o los bancos.
"Cualquier ayuda en estos momentos es poca, sé que no será suficiente,
pero bien recibida será, sea lo que sea". "Se nos ha planteado aplazar
los pagos unos seis meses, es una buena idea, pero veremos cómo se desarrolla
todo", manifiesta, mientras continúa pagando agua, luz, hipoteca, etcétera.
Ahora lo que más le preocupa es superar al Covid-19, la misma opinión
que le trasladan a Ramón sus compañeros de gremio en la capital altoaragonesa.
"Estamos todos en contacto y sólo trabajamos para ofrecer servicios
básicos y de urgencia, bien es cierto que alguno puede trabajar en su taller
sin tener contacto con nadie más, pero los que vamos a los domicilios extremamos
las precauciones, llevamos mascarilla, guantes, extremamos la higiene, lo que
sea necesario". "Ayer mismo -indica- tuve que reparar un termo eléctrico
en casa de unos señores mayores y les tuve que decir que fueran a otra habitación
para mantener el espacio de seguridad".
Asegura que los oscenses "estamos concienciados, solo he recibido llamadas
de urgencias", aunque afirma que "siempre hay algún despistado
que llama para asuntos no urgentes como un radiador que no calienta, es que si calientan
los demás ya lo miraré cuando esto pase".
"Nosotros hacemos lo que podemos, pero estos días ningún fontanero
se expone por cosas no urgentes", declara, a pesar de que eso signifique
su "ruina económica". Al hilo de lo cual, revela que "si hay muchas
urgencias, cobraremos, pero si hay pocas no tendremos ingresos, en cualquier caso,
lo vamos a sentir y mucho". Dicho esto, comenta que la previsión de
los pagos es que sean todos por cuenta bancaria, "prefiero no tocar el efectivo,
si no, ya se pagará más adelante". Ante la situación que podría
venir, recalca que "con la experiencia que tenemos de la crisis anterior,
sabremos sobrellevar la coyuntura, recortando de aquí y de allá, lo
que no quita para que deseemos que esta crisis sea lo más reducida posible".
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