Creo que hoy es indispensable hablar del COVID-19 a pesar de que muchos (como yo),
estemos hasta la coronilla de tanto oír hablar de este bichito tan pequeño
pero que tanto daño está haciendo.
Los informativos están prácticamente y casi exclusivamente con las noticias
del coronavirus. Cualquier emisión de radio o televisión están sujetas
a que se anuncie la oportuna rueda de prensa o comparecencia del Presidente, de
uno o más ministros o de cualquier responsable de departamento.
No discuto que el asunto es grave, pero creo que deberían moderar las noticias,
porque a veces son contradictorias y no facilitan la tranquilidad de muchas personas.
Y no digamos las que se interpretan mal. Es el caso de una amiga muy querida que
me llamó muy asustada y me dijo que "en Alemania se están llevando
los muertos a camionadas". No se si a ustedes, pero a mi me vino a la mente
las imágenes del Holocausto con los cuerpos de los judíos amontonados
en fosas comunes.
También el Whathsapp está que hecha humo con comunicados, recomendaciones,
noticias y bulos, vídeos con canciones y jotas, otros con oraciones y novenas;
y todo para aliviar la reclusión y, en muchos casos, la inactividad a la que
estamos sometidos. Y todo repetido tantas veces como grupos se tienen además
de los particulares que se sienten obligados a compartirlo todo. Bienvenidos sean
todos estos actos nacidos de la generosidad y la solidaridad de tantas y tantas
personas buenas, que quieren aliviar los momentos difíciles por los que estamos
pasando.
Otra cosa son los espabilados que quieren sacar tajada de la situación, como
esa empresa que iba a subastar ¿al mejor postor mil mascarillas. Eso es enriquecerse
con el dolor y la indefensión de otros. Seguro que casos como este son los
menos.
Y no quiero terminar sin agradecer a todos los que están trabajando para hacernos
la vida más fácil. No quiero nombrar a ninguno, pues seguro que me dejaría
alguien y no quiero. Solo decir que nunca como ahora hemos valorado el trabajo de
tantos profesionales.
Ojalá sirva esto para darnos cuenta de cuánto nos necesitamos unos a otros.
|