Entre los trabajadores que ni en una pandemia mundial pueden dejar sus tareas y
cumplir con el confinamiento al que está obligada toda la población, están
los pastores y cabreros. Acostumbrados a ser invisibles y a vivir casi aislados,
han puesto en marcha en Cádiz la campaña "yohoytrabajo".
"La gente no se da cuenta de la labor que hacemos. Si los agricultores y los
ganaderos nos hubiéramos paralizado ahora, ni los sanitarios que están
en la primera línea de la lucha contra el coronavirus podrían estar haciendo
su labor", asegura Pepe Millán. Al gaditano,
el estado de alarma apenas le ha cambiado la vida, salvo que los
hombres que cada dos o tres días van a su majada, a un kilómetro y medio
del pueblo, para llevarle gasóleo o recoger la leche que ordeña, aparecen
con guantes y mascarilla y ya no se paran como antes a charlar con él.
|