El festival openMIC ofreció una edición online este fin de semana
HUESCA.- El confinamiento se alarga, pero la creatividad no descansa. El
festival openMIC, que ha celebrado ya cuatro ediciones en fechas previas
a las fiestas de San Lorenzo, decidió unirse a la lucha hogareña contra
el coronavirus organizando el pasado fin de semana un festival online a través
de Instagram con una buena representación del panorama cultural oscense.
Con Lorenzo Sanjuán oficiando de maestro de ceremonias desde Nueva York,
el festival arrancó el sábado con Helí Chu Ni ejerciendo de
presentador (lucía un traje con estética de carta de ajuste) y entonando
una introducción anti-virus sobre la base del It"s a man"s man"s
man"s world de James Brown.
Los primeros en ocupar el escenario digital fueron los componentes del Dúo
Zero, que transitaron entre las versiones de Hombres G, Radio Futura y Rozalén
y los himnos de esta crisis sanitaria: Resistiré del Dúo Dinámico
y ese Quédate en tu casa que ha compuesto Adrià Salas, el cantante de
La Pegatina. No faltó tampoco un popurrí de canciones españolas de
Eurovisión.
Por su parte, Violeta Palomares tiró también de versiones, sorprendiendo
con temas de películas como I don"t know how to love him (de Jesucristo
Superstar) y Maybe this time (de Cabaret), así como otros de Julieta Venegas
o Amaral.
Acompañada con su guitarra, mostró también su poderosa voz
en sendas versiones de Sweet child o"mine de Guns N"Roses y de Soldadito
marinero de Fito & Fitipaldis. Con ella, el festival alcanzó su pico de
audiencia.
Después llegó la hora de la poesía de la mano de Ángel Carmelo,
que derrochó intensidad en su lectura de su obra Po-ética y en la que
no faltó una certera cita de su querido Tristan Tzara.
Tomó el relevo uno de los asiduos del openMIC, el MC Yeray Ruiz, que, como
es habitual en él, mostró su desparpajo y su irresistible flow en
una actuación en la que no faltaron algunos de sus hits (Otro jazz, No sé
ná, Doja Bubba) ni sus recomendaciones musicales o una contundente impro con
la que se despidió. No hace falta decir que la audiencia subió con su
participación.
Y la primera jornada se despidió con una pincelada artística. Aunque con
constantes problemas de conexión, José Miguel Sánchez tuneó
en directo una pequeña mesa de té, convirtiéndola de forma asombrosa,
ante el público y con música techno de fondo, en un atractivo objeto artístico
de estética futurista.
LA FIESTA TERMINÓ ESTE DOMINGO
Precedido por un llamamiento solidario y una nueva canción de Helí
en clave de music hall, el domingo arrancó a ritmo de hip hop. Pero con
dos concepciones diferentes de este género.
En primer lugar, Cris Buenacrema (nuestra Missy Elliott particular) ofreció
la vertiente más luminosa, soulful y groovy del hip hop, encadenando temas
propios y finalizando con una ardiente y magnífica revisión al piano del
I"d rather go blind de Etta James, sin duda el momento más emocionante
de toda esta edición digital del openMIC.
Por el contrario, el MC zaragozano Cecuene giró hacia el jarkor rap
más combativo. Con bases contundentes y letras comprometidas no exentas de
crítica social, interpretó temas como Mi boom bap o Promesas rotas.
A continuación, llegó el turno del dúo ocasional formado por la
pareja que componen Virginia, cantante y guitarrista de las aguerridas rockeras
Selene, y Óscar, batería de Alma Animal, aunque en esta ocasión
se encargó de la guitarra y la percusión.
En su actuación, con su gato entrando y saliendo del plano, alternaron temas
de sus grupos respectivos, como Retales y El personaje de Alma Animal, o Violeta
al cielo y el vibrante Brujas de Selene. También sonó una adaptación
de Rosalía de Castro y terminaron con un canto dedicado a los raros, los diferentes,
los alternativos.
Por su parte, Ángel Val-di (Los Peludos) derrochó buen humor y,
entre toses un tanto inquietantes, fue enlazando versiones, que iban del Fascinado
de Sidonie al Romance de la mala persona de Académica Palanca, e incluso se
atrevió con una suerte de country-rap.
Para finalizar, le dedicó su peculiar versión de Príncipe Alí
de la película Aladdin a quien iba a ser el encargado de clausurar esta edición
del festival, Ale Musicman, quien, al igual que el día anterior José
Miguel Sánchez, tuvo problemas con la conexión, que entorpecieron
sin duda su actuación.
Aún así, el Chino hizo lo que pudo y sacó adelante un dj + live
set en clave electrofunk, rodeado de toda su artillería instrumental.
Alcanzó su cima con su apropiación de un tema del gran Afrika Bambaata,
Peace, Love, Unity and having fun, el himno de la Zulu Nation que, bien pensado,
no se me ocurre una recomendación mejor en estos días de lucha solidaria
y conjunta contra el virus. Por si acaso, traduzco el título: Paz, amor,
unidad y... a divertirse! Lo dicho, un broche perfecto.
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