Más de 400 oscenses colaboran con Cruz Roja, Cruz Blanca o Cáritas Huesca
HUESCA- La ciudad de Huesca se vuelca estos días de confinamiento con
los colectivos más vulnerables porque "la gente más frágil
sufre el doble" y por tanto "no hay que bajar la guardia". Son declaraciones
del secretario general de Cáritas Huesca, Jaime Esparrach, y la concejala de
Derechos Sociales e Igualdad del Ayuntamiento de la capital altoaragonesa, Rosa
Serrano, respectivamente, opinión a la que se suman Juan Rodrigo, presidente
de Cruz Roja, y Ana Gota, directora de la Casa San Lorenzo de los Hermanos Franciscanos
de la Cruz Blanca.
En estas primeras semanas de confinamiento se ha multiplicado su labor y, aunque
se ve dificultada por la crisis sanitaria y el estado de alarma decretado por
el gobierno, valoran muy positivamente cómo se está trabajando y, especialmente,
agradecen la respuesta de la ciudadanía que "ha sido mucha y muy rápida".
A pesar del riesgo de
contagio de covid-19, son muchos los voluntarios que regalan su tiempo ya
sea para pasear perros, hacer la compra a mayores o personas con discapacidad o
acompañando telefónicamente a quienes viven en soledad. Son muchas y muy
variadas las necesidades, desde las más graves como es pasar por dificultades
económicas y no poder hacer la comida para la familia hasta las más sencillas
de solventar como es sacar la basura de una familia aislada por el coronavirus.
Las cifras hablan por sí solas. A las decenas de voluntarios que trabajan habitualmente
con Cruz Blanca, Cruz Roja o Cáritas se han unido los más de cuatrocientos
oscenses que se han apuntado en huescaayuda.es ofertando su tiempo para apoyar
a quien lo necesite durante el confinamiento.
En esa misma página web casi un centenar de individuos se han registrado
para demandar ayuda, además de quienes ya son usuarios de alguna de estas
tres entidades sociales y las 33 personas sin hogar, cinco de ellas mujeres, que
han pasado a residir en el pabellón polideportivo Río Isuela que habilitó
el consistorio oscenses para dar cobijo a quien no dispone de un techo, y que tiene
capacidad para cincuenta camas.
Dada la situación generada por el coronavirus, en estas semanas ha crecido
el número de personas que necesitan ayuda o apoyo en Huesca. Ante lo cual
se ha dividido la ciudad y los municipios incorporados en tres zonas, una por cada
centro de salud, y se han repartido las labores "con plena coordinación"
entre el Ayuntamiento, Cruz Roja, Cruz Blanca y Cáritas para cubrir todas las
solicitudes y que "no se solapen los trabajos aprovechando que cada entidad
es especialista en una actividad", añade Serrano.
Así, por ejemplo, mientras Cruz Roja se encarga del mantenimiento y los materiales
necesarios para la habitabilidad del pabellón Río Isuela, Cáritas
está con sus usuarios, mañana y tarde, con el objetivo de que mantengan
las medidas de higiene y confinamiento, para lo que cuentan con la experiencia
profesional del equipo de apoyo psicológico del Centro de Solidaridad de
Proyecto Hombre". Mientras que desde el ayuntamiento atiende las emergencias
económicas.
Cada una de estas entidades añade a su labor habitual las desigualdades y preocupaciones
que genera la covid-19.
El área de servicios sociales de Huesca, que normalmente da ayuda a domicilio
a 355 personas, "se ha reconfigurado de forma personalizada a cada caso, porque
unos han aumentado y otros se han reducido ya que muchas familias, con el estado
de alarma, se pueden ocupar de sus mayores al quedarse en casa", explica la
concejala. Por otro lado, Serrano comenta que han aumentado los servicios en
el comedor social donde "se han tenido que habilitar dos turnos de comidas"
y que "varias familias recogen la comida allí y se la llevan a casa".
Además de la página web, se han habilitado dos números de teléfono,
el 974 292 188 para asistencia social y el 974 292 189 para información
general, gestionados por Cruz Roja y Cruz Blanca, que han recibido más de 350
llamadas, algunas de personas con ansiedad y otras, sobre a qué distancia se
puede ir a comprar.
En Cáritas, desde que se inició el confinamiento han centralizado todos
sus servicios en la sede de la calle Ricafort y desde allí continúan con
las tareas habituales que se pueden y gestionan todos los casos que les llegan.
Según explica Jaime Esparrach, "en función de lo que nos encontramos
los atendemos nosotros o los derivamos".
Entre los servicios que ofertan, en estos momentos, cabe destacar el del empleo
porque son muchas las entidades que se han puesto en contacto en busca de "personal
para residencias de ancianos y otros empleos en situaciones de riesgo".
Agradecen la labor del voluntariado "sin la cual no sería posible todo
este trabajo". Incide Esparrach, en este aspecto, en que muchos de sus voluntarios
"son gente de edad y, aunque están bien, les hacemos acompañamiento
telefónico".
Por su parte, en Cruz Roja ha puesto a disposición del 061 su transporte
sanitario y se ha trasladado a varias personas desde distintos puntos de la
provincia en vehículos adaptados a la residencia preparada para la covid-19
de Yéqueda. Y, entre las múltiples actividades que desempeñan "porque
no hemos dejado de hacer el resto" recuerda Juan Rodrigo, cabe destacar el acompañamiento
educativo a catorce chavales en riesgo escolar, servicio que han sabido adaptar
a la modalidad telemática para que no crezca la desigualdad. También continúa
el reparto de comida a domicilio, de la cocina de José Fernández.
En cuanto a la respuesta de los voluntarios, como los demás, Rodrigo la califica
de "excepcional e inmediata" en especial, con los de Cruz Roja que "están
en "stand by" y cuando hay una situación de emergencia enseguida nos
llaman y se unen a los que están al pie del cañón".
Igual de encantada se encuentra Ana Gota con el voluntariado, ya no solo con los
que participan, sino también con aquellos que por circunstancias no pueden
"y nos llaman y nos dan su apoyo, que aunque no lo crean nos da mucha fuerza".
Y es precisamente fuerza y ganas los que rebosa la casa de Cruz Blanca donde, indica
su directora, "los residentes están bien y alegres y sus familias, tranquilas".
Desvela que "la ayuda a los demás crea vínculos afectivos" y por
eso defiende que "muchos de los nuevos voluntarios continuarán con esta
labor una vez venzamos al covid-19".
Cruz Blanca se encarga, además, "siempre tomando las medidas oportunas",
recalca la directora, de ayudar a los vecinos de Huesca en sus tareas diarias si
no pueden realizarlas y en la atención telefónica desde el Centro de
Escucha, "para lo que contamos con 16 voluntarios con formación, que
calman a quienes llaman angustiados o preocupados por esta situación que vivimos".
Sin ninguna duda, destacan estas entidades que la principal necesidad es que
los oscenses colaboren con las medidas de confinamiento para que sea efectiva
de verdad la lucha contra el coronavirus. Pero también recuerdan que es importante
para llevar a cabo todas estas acciones la ayuda económica con donaciones "porque
cuando pase esto lo notaremos en las arcas".
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