Diario del Altoaragón 04/04/2020
En medio de la adversidad, el ser humano encuentra un buen número de caminos
por los que buscar la salida. Uno de ellos es en la soledad, en ensimismamiento.
Otro en la abulia, en la tristeza. Otro en la rebeldía. Otro en el egoísmo.
Existe también el que recorre la senda en el enfrentamiento. Por supuesto,
alguno prefiere la ceguera y la irreflexividad. Y hasta la negación. Pero las
personas estamos dotadas de capacidades como la observación, que define a quienes
encuentran con más rapidez y certeza la salida de los túneles y la llegada
a los escenarios anhelados, no necesariamente paraísos pero sí lugares
apacibles, amigables en los que desarrollar la existencia con naturalidad. En la
curiosidad y en las cualidades intelectivas, se halla el cálculo de que juntos
somos mejores y llegamos mucho más lejos, por más que haya que congraciar
las voluntades en un trayecto que se allana justamente cuando se identifica el objetivo
y el ritmo sobre el que hay que remar para que la embarcación arribe el puerto
con bien para todos.
Estamos en un lugar y un momento de la historia críticos. Una gran oleada destructiva
nos pasa por encima y exige lo mejor de nosotros. Y ahí es donde se demuestra
la real esencia de los ciudadanos y de las comunidades. Iniciativas como el "crowdfunding"
nucleado en torno a Concahusa, Tecmolde y Podoactiva, ya más de 150.000 máscaras
de protección por toda España, el Vamos Huesca anunciado ayer o el Tequierohuesca
para la hostelería refrendan que, frente a la desolación, se impone la
acción; frente al derrotismo, el entusiasmo; frente a la enfermedad, la diversidad;
frente a la debilidad, la fortaleza. Senderos de convivencia reconocibles desde
el exterior por su carecer diferencial, y reconfortantes para nuestra autoestima.
Un orgullo.
Diario del AltoAragón
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