Se aconseja desinfectar las zonas de preparado y lavar los crudos con lejía
HUESCA.- Los embalajes o superficies donde se almacenan o se dejan los
alimentos pueden ser elementos propagadores del coronavirus. Aun cuando "la
industria alimentaria cuenta con exhaustivos procesos de higiene y seguridad que
garantizan la seguridad alimentaria de los alimentos que llegan al supermercado",
ratificado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) recientemente,
"en el caso del virus covid-19, los embalajes o superficies puede propagar
el virus", tal como recuerda la responsable de Seguridad Alimentaria del
Centro Nacional de Tecnología y Seguridad Alimentaria (Cetsa), Cristina Garrido.
Por ello se recomienda a las y los consumidores seguir una serie de pautas sencillas
para "contribuir a evitar el contagio" y su propagación.
Las recomendaciones emitidas desde el Cetsa abarcan el qué hacer durante el
proceso de compra y al llegar a casa, en la recepción de paquetería,
o las prácticas básicas de higiene a tener en cuenta durante la manipulación
de alimentos.
Algunas de estas pautas responden a prácticas básicas a tener en cuenta
y a situaciones no excepcionales, como tratar de emplear materias primas de calidad
y en buen estado o asegura que no se rompe la cadena de frío, ni en congelados
ni productos refrigerados, para los que se recomienda sacarlos de la nevera "justo
para cocinar. Las bacterias se multiplican muy rápido cuando los alimentos
están entre 10ºC y 65 ºC", explica en Cetsa.
MANIPULACIÓN Y COMPRA
Respecto a la manipulación y preparación de alimentos, se recomienda antes
de todo desinfectar las zonas en las que se vaya a realizar dichas labores.
Tras la limpieza habitual, se recomienda hacerlo con detergente, y después
del aclarado desinfectar con lejía diluida al 0,1 %.
Para limpiar los vegetales que se tenga intención de comer crudos, es aconsejable
lavarlos con lejía destinada específica par alimentación: "Lo
mejor es que se sumerjan cinco minutos en agua con lejía de uso alimentaria"
en la proporción de "una cucharada de postre de lejía por tres litros
de agua" para aclararlos después.
Mantener separados los alimentos crudos de los cocinados y asegurase de que
la cocción que se lleva a cabo es completa puede evitar que los gérmenes
se reproduzcan, lo que puede resultar peligroso para el consumo. Según Cetsa,
"con el cocinado se eliminan gérmenes que podrían volver al alimento
por contacto con productos crudos", pero es importante que este coja una temperatura
determinada, pues "si no se llega a alcanzar 65ºC en el centro del producto
no se tiene la seguridad de haber destruido todos los gérmenes presentes
que podrían multiplicarse".
Respecto a las medidas a seguir durante el proceso de compra, la norma rige por
lo establecido por el Ministerio de Salud: guardar las distancias de seguridad
y emplear guantes, evitando tocar lo que no sea necesario, "por ejemplo,
no manipular envases de alimentos y volverlos a dejar en la estantería".
Se sugiere evitar las horas de máxima afluencia y llevar una lista de lo que
se precisa comprar para reducir el tiempo dentro del comercio.
Al llegar a casa con la compra, se deben continuar tomando precauciones, lavando
las bolsas si son propias y evitando reutilizar aquellas de plástico.
Antes de introducir los alimentos en armarios y frigoríficos, se deben eliminar
los embalajes. Si algún no se puede eliminar, se debe desinfectar con
un papel de cocina humedecido en agua con lejía. Al terminar, se debe proceder
a limpiar la zona y lavarse las manos.
En aquellos casos que se reciba algún pedido procedente del comercio electrónico,
se debe respetar las distancias con la persona que te trae el pedido, firmar
el albarán empleando un bolígrafo propio, lavarse las manos a continuación
y seguir las mismas pautas de manejo que al llegar con la compra del supermercado.
|