Los virus pueden permaneceractivos según en qué superficies hasta nueve días
MADRID.- Médicos especialistas en Prevención y Salud Pública
no tienen ninguna duda de que la desinfección de calles para frenar el contagio
del Covid-19 es "una medida primaria" y aunque no se puede afirmar que
tenga "una causa efecto directa, es imprescindible", subrayan.
Y es así de evidente para María Sainz, especialista en Medicina Preventiva
y Salud Pública, que cree que el baldeo de calles es una iniciativa necesaria
que se tiene que adoptar siempre, al margen de que haya o no coronavirus, pero en
una situación epidémica como la actual "hay que insistir más
y hacerlo con un desinfectante", como es la lejía.
Sainz explica que el virus se queda en el suelo si una persona infectada "escupe,
tose o estornuda" y dependiendo de las superficies puede permanecer activo
entre dos horas y 9 días.
Otra variable a tener en cuenta es que el virus estará más o menos
activo en función de la temperatura porque su supervivencia es mayor en
materiales más fríos que calientes.
Atendiendo a todos estos factores, Sainz apunta a la posibilidad real de que
los perros, durante sus paseos, recojan "por arrastre estos microorganismos"
y los lleven a casa, un riesgo que sin embargo es remoto en el caso de las personas
"ya que sería mucha casualidad que alguien pise justo donde un infectado
con coronavirus ha escupido o estornudado".
Por este motivo y al margen de los baldeos que el Ejército, la policía
y empresas privadas están haciendo para descontaminar las calles de ciudades
y municipios, esta médico cree que se debe exigir a los propietarios de mascotas
que limpien sus patas para evitar que el virus se propague a sus domicilios.
Otro experto que defiende la fumigación de las vías públicas como
una barrera frente al contagio es Jaime Barrio, miembro del Consejo Científico
del Colegio de Médicos de Madrid, quien afirma que el objetivo de esto es
eliminar "toda la carga de virus que pueda haber" incluidas las calles
y otros elementos de mobiliario urbano.
Aunque ahora es más difícil el contagio en el exterior debido a las medidas
de confinamiento, sostiene que el peligro existe y, por tanto, la fumigación
de las calles contribuye a evitarlo.
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