Recuerdan que son una fuente necesaria de alimentos frescos en el medio rural
P. PÉREZ ÁLVAREZ 13/04/2020
HUESCA.- Al menos una cuarentena de pueblos y un centenar de asociaciones
de Aragón se han adherido a una solicitud dirigida a la Delegación
de Gobierno para que permita mantener y aprovechar los huertos familiares. Esta
actividad está expresamente prohibida en la comunidad autónoma a
raíz del estado de alarma, pese a que en alguna otra región sí está
permitido.
El Real Decreto del 14 de marzo, que impuso el
estado de alarma y la restricción de movimientos, permite salir de
casa a la población general para la "adquisición de alimentos".
También considera a la agricultura como una actividad esencial que no debe
detenerse. Sin embargo, no dice nada de los pequeños huertos familiares,
que en muchas zonas rurales son una más de las fuentes de abastecimiento de
los hogares.
Se quedaron en un limbo, pero la Delegación de Gobierno en Aragón incluyó
las salidas al huerto entre los desplazamientos a segundas residencias o las
actividades deportivas en el campo o la montaña.
La petición, impulsada por el foro Aragón Hacia la Soberanía Alimentaria
y tres de las organizaciones que la integran (Cerai Aragón, Red de Semillas
de Aragón y Amigos de la Tierra), pide a la Delegación que reconsidere
esta postura y autorice los desplazamientos de "particulares que se están
encargando de sus huertas de autoconsumo", por considerar que su prohibición
"entra en contradicción literal con el Real Decreto que permite la circulación
para la adquisición de alimentos".
El propio presidente aragonés, Javier Lambán, afirmó este domingo
que le
había trasmitido esa misma solicitud a Pedro Sánchez en la videoconferencia
de presidentes autonómicos.
La solicitud, que se tiene previsto entregar este lunes a la Delegación de
Gobierno, argumenta que "los huertos de autoconsumo alimentan a miles de
personas en todo el país y proveen de alimentos frescos, nutritivos y de
temporada a la población".
"Aquí, por la altitud, la temporada es distinta de otros sitios y hay
que empezar ya a trabajar los huertos", advierte el alcalde de San Juan
de Plan, Roberto Serrano, uno de los que se ha sumado a la iniciativa.
Serrano considera que la decisión de la Delegación de Gobierno tiene que
ver con una visión "urbanocentrista". "En un pueblo pequeño
no tienes esa visión urbana del huerto para hacer una barbacoa, sino que
es el complemento necesario para la economía y el propio sustento familiar",
añade.
"Se han imaginado el típico huerto urbano de ocio y aquí en los
pueblos es bastante diferente", coincide Juan Laborda, técnico del
Centro de Estudios Rurales y de Agricultura Internacional (Cerai) en Aragón.
En Galicia y en Cataluña, sí se está permitiendo ir a trabajar
los huertos familiares. Esto propicia incluso situaciones paradójicas,
comenta Laborda, como en la comarca de Matarraña, donde hay personas de localidades
catalanas colindantes que "están autorizadas, pero como tienen el huerto
en el pueblo de al lado, no pueden ir".
En San Juan de Plan todas las familias tienen un pequeño huerto pegado a la
casa y una huerta algo mayor junto al río, explica su alcalde. Aunque en teoría,
el pequeño sí lo pueden trabajar porque es parte de la casa, "no
podrías ni ir a buscar estiércoles porque tienes que desplazarte para
cogerlo".
Aunque Serrano confía en el sentido común de los cuerpos y fuerzas
de seguridad a la hora de aplicar las restricciones cuando vean a alguien dirigirse
a su huerto, asegura que "la gente directamente ni lo hacen porque saben que
no pueden y no se exponen".
Otra razón que esgrime la petición a la Delegación de Gobierno es
que las huertas son una forma de garantizar una alimentación saludable en
las zonas rurales, algo particularmente importante ante una pandemia y que en
muchos pueblos no es posible sin el producto de los cultivos familiares. "Hay
muchos pueblos sin tienda y en las tiendas pequeñas de pueblo puedes tener
problemas para abastecerte de productos frescos. Además son más caros
que en la ciudad", sostiene el técnico de Cerai.
Es más, agrega Serrano, se da la paradoja de que "sí está
permitido ir a comprar a la tienda donde te vas a encontrar con gente y resulta
que tú por el camino a tu huerta igual no te encuentras con nadie".
"A un vecino mío que iba a su huerto le dijeron que se fuera para casa
y que la lechuga la comprara en el supermercado. Lo mandaron al pueblo de al
lado a comprar la verdura, cuando tiene su huerto", relata Laborda.
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