Gobierno y PP acuerdan que sea la Cámara Baja la que pilote este proceso
MADRID.- La negociación entre el Gobierno y los partidos para abordar
el plan de reconstrucción social y económica cuando se supere la crisis
sanitaria del coronavirus, lo que inicialmente se dio en llamar unos nuevos
Pactos de La Moncloa, empezarán a fraguarse finalmente en el Congreso.
Tras un acuerdo este lunes entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,
y el líder del PP, Pablo Casado, será la Cámara Baja la
que pilotará este proceso y no el Ejecutivo, ya que la fórmula no será
una mesa de partidos sino una comisión que se creará en el Congreso, como
han pedido los populares, "con luz y taquígrafos".
Una decisión de última hora que la mayoría de los grupos aliados
del Gobierno en el Congreso ven con excepticismo e incluso alguna crítica,
al poner en cuestión la viabilidad de este nuevo formato para una negociación
cuyas líneas generales se habían ultimado en función de los contactos
de la semana pasada.
Y es que esta comisión aún tiene muchas cosas por concretar, incluido
el inicio de los trabajos, ya que "el día y la hora" de la primera
cita, así como el formato, será fijado por el Congreso, aunque el Gobierno
espera que sea "a la mayor brevedad posible" y siempre consensuando los
detalles con los grupos.
En este sentido, nada está establecido, sino que tanto la metodología
como el funcionamiento será acordada por todas las fuerzas políticas que
participen en este órgano parlamentario, tal y como ha recordado la ministra
portavoz, María Jesús Montero, quien ha destacado que "lo de menos
es el formato" de la negociación.
Más allá del escenario y el formato, la decisión de crear una
comisión sobre la reconstrucción supone un primer punto de acuerdo
entre Sánchez y Casado, tras un desencuentro que se ha prolongado durante meses,
aunque habrá que esperar para ver si se abre un entendimiento más amplio
entre ambos.
Por el momento, el apoyo del PP a la nueva prórroga del estado de alarma
que este miércoles se debatirá en el Congreso queda pendiente de que
se articulen medidas urgentes de carácter sanitario, económico y de transparencia
y libertad de expresión, y también continúan las críticas de
los populares al Ejecutivo por su gestión.
Mientras, el cambio de una mesa por una comisión parlamentaria ha servido para
sumar a Vox, que ha dicho que "en principio" participará después
de haberse desmarcado la semana pasada de las negociaciones.
Pero por parte de otros partidos, algunos de los socios de investidura de Sánchez,
ha habido cierto malestar por este cambio de última hora, cuando la
ronda de contactos iniciada el jueves se cerraba con la reunión con el PP.
El PNV, aunque ha dicho que participará, ha criticado lo que considera "falta
de rigor" y la "improvisación" por parte del Gobierno, que
ha cambiado la fórmula de negociación "apenas unos minutos después"
de haberles remitido la propuesta de metodología de trabajo.
Una documentación en la que el Gobierno había establecido que este proceso,
que esperaba iniciar este martes, estaría pilotado por la vicepresidenta
primera del Gobierno, Carmen Calvo, y que se articularía en una mesa principal
con el presidente, los vicepresidentes y los portavoces y cuatro grupos de trabajo.
Por su parte, la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha dicho que
no le preocupa tanto donde se celebren las reuniones para llegar a ese gran
acuerdo sino que el procedimiento "se agilice", porque "hay urgencia",
ha advertido.
Unidas Podemos ha destacado que el Gobierno esta poniendo "todas las facilidades
que hagan falta de forma sincera y generosa" para que el PP "no tenga excusas"
para no sentarse a esta mesa de negociación y hablar de acuerdos.
Casado se ha mostrado satisfecho y ha asegurado que el PP "arrimará
el hombro" en el Parlamento, donde cree que debe hacerlo, y no en la Moncloa
con un apoyo al Gobierno de Sánchez que no pretende otorgar de manera genérica.
|